No soy Dean Moriarty, de Juan Yago, dirigida por Gerard Iravedra

No soy Dean Moriarty, de Juan Yago, dirigida por Gerard Iravedra

Los actores Fernando Tielve y Ferran Vilajosana, en un momento de No soy Dean Moriarty Foto: Carlota Lobo

Por Luis Muñoz Díez

No soy Dean Moriarty de Juan Yago, centra su mirada en dos chicos, que ante un presente nada halagüeño, y un futuro poco prometedor, se unen para compartir una fantasía.  Los dos amigos trabajan en un bar, situado en cualquier lugar, y cuando se quedan solos, recrean lo que para ellos es una vida de las de verdad,  la que viven dos personajes de ficción, como Sal Paradise y Dean Moriarty protagonistas de «En la carretera«, la mítica novela que publicó Jack Kerouac, en 1957

On The Road -en la carretera-, fue adaptada al cine por Walter Salles en 2012, al ex convicto Dean Moriarty lo interpretó  el actor  Garrett Hedlund, y al aspirante  a escritor Sal Paradise, lo puso cara el actor Sam Riley.

La novela de Kerouac describe el viaje iniciático. Se dice que el persnaje Sal Paradise, esconde el nombre del autor y  Dean Moriarty, no es otro que Neal Cassady. Por lo que la novela tiene altas dosis de autobiográfica, se trata de un documento extraordinario de la llamada  «beat generationa», un movimiento pre hippy surgido a a finales de los cincuenta del siglo pasado. Que predicaba la libertad de vivir, sin nada propio, cambiando constantemente de lugar.  En una constante road movi o un pefecto viaje a Ítaca. Los personajes arrullan su rebeldía con alcohol, hierba y mucho sexo, todo ambientado con música de jazz.

mo soy cLos  personajes de Kerouac, se  sumergen en » lo canalla» y viven como tales, en clara oposición a una sociedad  puritana para unas cosas, corrupta para otras. Aficionada a vestir a su juventud de militar, luego les remplazarían los voluntarios hispanos y afroamericanos, con el fin de que las madres blancas y rubias, no tuvieran que llorar a sus hijos muertos, por defender intereses económicos, allende  de sus fronteras.

Juan Yago presenta a unos personajes concretos y los enmarca en un tiempo preciso, pero la función tiene mucho mas espectro, y toca, porque incide en la capacidad de escape que tenemos todos, para huir de nosotros mismos, por alguna vía de la ensoñación sin riesgo. En este caso los personajes eligen ser seres libres y asociales. Viven peligrosamente ajenos a la ley sin salir del bar, pero el común de los mortales tapona su falta de entidad, asociándose a clubs deportivos u otras propuestas gregarias, que ofrezcan altas dosis de adrenalina con bajo riesgo vital.

Gerard Iravedra, realiza un trabajo muy notable, con dos personajes que se desdoblan en cuatro, y han de ser creíbles en su doble personalidad, y pasar de una a otra, sin que chirríe. Trasmite con pericia la idea de dos personajes conformados por  «forma» y «fondo». En su ruidosa «forma» son osados, con mucho postureo, como si fueran los mismísimos Sal Paradise y Dean Moriarty. Cuando en el «fondo», no son más que  dos chicos asustados, con miedo a vivir, tanto, que han elegido representar en vez de gozar y vivir.

Gerard Iravedra, encara el montaje con mano diestra, recrea con acierto nostálgia y realidad. Se sirve de la iluminación, para crear espacios, movimiento y transitos, con un simple golpe de luz. Dirige a los actores en un tono vital bien rasado. Evitando excesos, logra que establezcamos un corriente de empatía con los dos personajes, en sus dos facetas.

Los personajes de los dos chicos son dependientes, uno de otro, en mayor medida que lo fueron Moriarty y Paradise, curiosamente, Paradise resultó ser el más fuerte,  y  con su escritura volvió al confort burgués. Moriarty, el ex convicto y auténtico desheredado de la tierra, siguió marcando su trazo de maldito. En la función se guarda el rigor con los chicos, y el personaje interpretado por Fernando Tielve, sería un Paradise, más dotado para lo cotidiano, que el hombre  marginal sin redención, que representa el de Ferran Vilajosana.

Fernando Tielve y Ferran Vilajosana, interpretan dos personajes que son un contrapunto. Totalmente diferentes, sólo unidos por sus miedos y fantasías, una amistades tan inquebrantable como dependiente,  por la dificultad de encontrar otro compañero de viaje, que comparta tan particular travesía.

 Fernando Tielve y Ferran Vilajosana Foto: Carlota Lobo

Fernando Tielve y Ferran Vilajosana Foto: Carlota Lobo

Los dos personajes se necesitan, y para darlos vida no podrían haber encontrado mejor acomodo que en Tielve y Vilajosana, trasminen complicidad y desazón. Durante toda la función existe la posibilidad de que su pacto se rompa. Creándose un punto de inflexión cuando un Tielve muy seductor, expone  a su amigo los pasos que ha dado, para que comience realmente el viaje. El personaje de Vilajosana, siente que todo se derrumba, y se siente de alguna forma traicionado.  Por un momento pensamos que Tielve emprenderá el viaje solo, pero no, han llegado a un punto en que está clara la elección, prefieren representar a vivir, o simplemente no quieren estar solos.

Los dos actores están esplendidos Feranado Tielve, aporta coherencia y realidad, a un personaje que aún conserva la capacidad de ilusionarse, y la de sorpresa. Es un sparring perfecto para Ferran Vilajosana, que no para, y demuestra que es un actor dotado para encarnar sin excesos, a un personaje en el que todo en acción, que rechaza lo que no le gusta de entrada, que ni argumenta, ni reflexiona.

No molesta en ningún momento su hiperactividad, porque logra realizar un trabajo dual, y que esté presente, el chico agobiado que lleva dentro, al que parece que le han convencido de que si se calla o se para, se le acabo en invento.

Un buen trabajo Gerard Iravedra, y un placer ver recrear  a Fernando Tielve y Ferran Vilajosana, a los protagonostas de una novela, que en 2016, se sigue vendiendo y fascinando como en 1957, cuando Jack Kerouac, puso En la carretera a Dean Moriarty y a Sal Paradis.

Feranado Tielve, aporta coherencia y realidad, a un personaje que aún conserva la capacidad de ilusionarse, y la de sorpresa Fotografía: Carlota Lobo

Feranado Tielve, aporta coherencia y realidad, a un personaje que aún conserva la capacidad de ilusionarse, y la de sorpresa Foto: Carlota Lobo

«No soy Dean Moriarty» / Autor: Joan Yago (A partir de la novela de Jack Kerouac)  /  Director: Gerard Iravedra / Intérpretes: Fernando Tielve y Ferran Vilajosana / Asistente a la dirección artística: Borja Vera y Gorka Lasaosa  /  Director técnico: Jaime Larrañaga / Fotografía: Carlota Lobo / Diseño gráfico: Münster Studio / Producida por Intemperie Producciones y Sala Tú.

La obra se estreno el 11 de mayo de 2016, dentro de la programación de SURGE Madrid 2016, en la Sal TÚ de Madrid, sonde está en catel los sábados 21 y 28 de de mayo, mas unformación aquí.

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

1 comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *