Por Rubén Romero Sánchez Llevan ocho meses llenando el Teatro de las Aguas todos los viernes. Levan ocho meses haciendo reír con su crítica ácida a los actores, al sistema, al público, con una obra, Compañía en alta mar, la primera que escribe y dirige el actor Fernando Ramallo, tras
Si de algo está sobrada In Extremis es de desparpajo y de provocación sensual, el autor nos brinda una función muy mediterránea.
La obra escrita en 1939 se estrenó en 1943. Brecht, rescribió el texto hasta tres veces, y como dándole la razón al autor, Ernesto Caballero adapta y dirige el último.
La escritura de Iván Bilbao, está emboscada en las oscuridades del alma, que todos arrastramos en mayor o menor medida.
Sin duda Marcos Fernández Alonso ama el teatro, y se arriesga en todos los palos, pone en pié una obra que firma, dirige e interpreta.
Bolta, nos presenta a los maltrechos pícaros en un salón del palacio real Madrileño, que no es otra estancia que en la que mucho después pintaría Velázquez sus Meninas
Por NACHO CABANA Cuando, hace dos años, Josep María Pou y Lluís Homar llenaban teatros representando Tierra de nadie (1974) de Harold Pinter, el primero me comentó: “creo que el público no se entera de nada”. Y algo así me parece que ocurre con este Invernadero dirigido con mano maestra por
Por NACHO CABANA. Lo malo de los revivals en un país con apenas veinte años de tradición en el teatro musical es que el repertorio de obras reestrenables es muy escaso lo que provoca que en la cartelera se sucedan una y otra vez la misma serie de títulos: Grease,
El texto es discursivo, se vale del desdoblamiento de los actores para que puedan narrar y ser narrados, emplea mas la evocación que en el diálogo
