La película En la carretera (On the Road) está basada en una novela de Jack Kerouac, que titulada En el camino tiene como argumento los viajes que Kerouac y sus amigos realizaron por USA y México. Se publicó por primera vez en 1957 y está considerada como la obra más significativa de la generación beat, el gusto por la poseía, el uso de drogas, el sexo, la vida bohemia con música de jazz de fondo. Un libro que se sigue vendiendo, que en 2007 se reeditó sin censura y llamando a los personajes por sus nombres verdaderos, coincidiendo con el 50 aniversario de su publicación. Esta reedición se hizo cuando ya llevaban trabajando Walter Salles, como director, y Francis Ford Coppola, como productor, más de un año en la adaptación a la pantalla.
Hay teorías que dicen que la escritura supone tal dedicación que hay que elegir entre vivir o contar. Esta es la postura que parece adoptar en principio el aspirante a escritor Sal Paradise (Sam Riley), que tras la muerte de su padre lleva una vida muy ordenada junto a su madre. Todo cambia, cuando conoce a Dean Moriarty (Garrett Hedlund), un ex convicto, y queda fascinado porque es un torrente de vida y vive exactamente cómo le da la gana con su novia Marylou, que interpreta Kristen Stewart, hay que decirlo, de una manera impecable.
On the Road no es un road movie al uso, porque sus protagonistas no hacen un viaje iniciático en el que al final se roza el éxito o se afronta el fracaso, en este caso, se realizan varios viajes en un periodo de tiempo de cuatro a cinco años, que se acota en pantalla en 124 minutos, en los que por corte directo y con la ayuda de un simple cartel nos informaran de la fecha y lugar donde suceden los acontecimientos. El protagonista, Sal Paradise (Sam Riley), recoge notas incansable, y por momentos parece que la cinta no es más que eso: una sucesión de anécdotas, vivencias, sexo, drogas, jazz… con Dean siempre por medio, en la que las fechas y lugares sólo están unidos por la repetición de los personajes. Casi se siente la necesidad de que José Rivera, el guionista, hubiera ordenado esas notas y nos presentase la historia con una mimbrería narrativa que nos hiciera comprender una historia.
La importancia de la novela de Jack Kerouac, y su éxito rompedor, se debe a que expone una forma de vida que a finales de los 40 y a comienzos de los 50, podría sorprender hasta el escándalo, aunque hoy no. Los actores están formidables, y Walter Salles rueda la historia con unos planos tan cercanos que cumplen su misión de intimidad o asfixia, pero los personajes de la cinta, que no de la novela, no tienen fuerza: no cuentan nada nuevo y de forma inexorable cumplen su destino. Dean Moriarty (Garrett Hedlund), el ex convicto que busca desde el principio a su padre en cada mendigo alcohólico que encuentra, no consigue arraigo con las mujeres que ama, los años le pasan factura de los excesos y no nos hurta Salles su fracaso ni su indignidad, como cuando por 20 dólares sodomiza a una «marica vieja», como él le tilda, olvidando que es él el que realiza el trabajo.
El aspirante a escritor, Sal Paradise (Sam Riley), al contario, consigue una vida ordenada, premiada con el éxito. Dicen que la novela la escribió en 20 días y por eso echaba mano de la idea del principio de este texto: la vida unos la viven y otros la escriben, y sin la historia ni el desarraigo de Dean, Sale no hubiera podido escribir su historia.
Al final de la cinta Sale hace el breve camino del portal de su elegante casa para entrar en un coche en compañía de una mujer vestida de con traje de noche. Dean lo llama y le dice que ha viajado cinco días sólo por verle, con los ojos rojos y suplicantes. Dean sigue siendo Dean, pero Sale lo esquiva como ajeno, porque quizá siempre lo fue, con una escusa le despide y se sube al coche camino de un concierto. Dean se queda en la acera… Todo acaba en su lugar.
On The Road -en la carretera- (2012), de Walter Salles, se estrena es España el 19 de abril de 2013