Fotografía de portada © Leland Bobbé
Desde el principio peiné sus pelucas, ordenaba su maquillaje, cosía lentejuelas; ya sabe, todo eso que hace la esposa de un transformista. Ya en la boda le hice un juramento: siempre estaré junto a ti; él, me cantó una de Betty Misiego. Estuvo graciosísimo ese día. Llegó a ponerse mi traje de novia y, ante los invitados, hizo el número donde Gilda se quita los guantes. Qué risa. Luego se transformó. Y fue la primera vez. Al día siguiente, de resaca, me pidió perdón.
Yo sé que no era culpa suya. Quizá debí pedir socorro, abandonarlo, mientras pude. Pero mantuve mi promesa, su señoría, y me quedé a su lado, callando, como alma en pena. Me fui apagando, diluyendo, volviéndome umbría sin más. No miento, señor juez. Sé que cuesta de entender, pero no hay muertos ni desaparecidos en esta historia. Simplemente, ahora él soy yo, y ella, ahí la ve, mi sombra.
Enhorabuena por este estreno con glamour de escenario y cruda realidad de backstage. Un abrazo.
Sí, es cierto, tiene mucho de crudo el backstage de la vida de esta singular pareja.
Qué bueno que ya estoy aquí. Gracias otra vez, Ana.
Un abrazo grande.
Enhorabuena Miguelángel! Me ha gustado mucho tu micro, el final es especialmente bueno. Así que cordobés…Entonces somos casi paisanos ;-). Un beso.
Me alegro que te guste mi primer micro en esta casa que vamos a compartir, Mercedes.
Has visto?, cordobés!! Casi paisanos!!
Un abrazo.
Felicidades, Miguelángel, redondo este Transformaciones.
Besitos
Gracias, Elysa, por venir hasta aquí y encima comentar.
Un abrazo, hermosa.
Enhorabuena por extender tus micros sobrados de calidad.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Eres muy generoso siempre conmigo, Indio. Si yo tuviera, te regalaba mi cabellera por ello.
Un abrazo
Me gustó el micro cuando lo leí en tu blog y ahora, además, me alegra que lo tarantuleen.
Otro «pasito» que celebrar! Un beso.
Has visto, Dolo? Estoy que no quepo en mí, y tan larga vida espero que… (uy, calla, que me estoy liando).
Un beso