«Los guapos» de David Trueba

«Los guapos» de David Trueba

En la imagen el actor Vito Sanz -Pablo-, y la actriz Anna Alarcón -Nuria-, en “Los guapos” escrita y dirigida por David Trueba ©LuzSoria.

 

Por Luis Muñoz Díez

 

“Los guapos”, es una pieza teatral escrita y dirigida por  David Trueba en la que indaga en el pasado, y confirma lo creativo que puede llegar a ser nuestro recuerdo. El título nombra a dos hermanos a los que llamaban los guapos, porque lo eran, y eran motivo del deseo, en un barrio obrero con poco colorido, tamizado por el gris de la falta de medios económicos.

La belleza es un peligro si es extraordinaria, el personal sentirá atracción, pero también un poco de rencor para compensar su carencia. Se los cosificará como objeto de deseo, lo que suele conducir al guapo -que lo sabe-, a jugar sus cartas basándose en su poderío físico, pero también puede caer en la trampa de auto-cosificarse, y sentir más gozo en ser codiciado, que en su propio gozo.

Nuria, y su hermano fueron «los guapos» del barrio, pero no fue en paralelo su belleza con su fortuna, o quizá, el ser tan guapos fue un condicionante para que no fomentaran otras habilidades, por lo que después de veinte años sin verse, Nuria recurre a Pablo, un abogado que logró dejar el barrio atrás. Ella acude con la esperanza de que la fascinación que despertaba en él, cuando era un adolescente sirva para que le ayude en un cometido legal, que ella solita ha pergreñado.

Vito Sanz -Pablo- y Anna Alarcón, que crea una Nuria potente, a pesar de su bajada a los infiernos, para “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

Vito Sanz -Pablo- y Anna Alarcón, que crea una Nuria potente, a pesar de su bajada a los infiernos, para “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

A Nuria y a su hermano, les duró poco su gloria, porque ambos vivieron deprisa estimulados por los paraísos artificiales, para su hermano fue pasaporte para la muerte prematura, vía el SIDA, y ella, para salir de la grisura se aferró a un motero trapicheo y macarra. Sin que nadie le explicara qué, para para encontrar un hueco en otro lugar, no es el camino, cruzar la tenue línea de la precariedad económica a la marginalidad.

Nuria vuelve del pasado poderosa, como si aún fuera la preadolescente que hacía derrapar las feromonas de Pablo, con su sola presencia. Ya no es así, pero algo queda de la fascinación que hubo, y Trueba dibuja bien al personaje de Pablo, para que sus sentimientos sean un arcano para el público, forjado con una vulnerabilidad de hierro, que confunde y crea expectativas diferentes, en su posicionamiento ante Nuria.

El recuerdo es caprichoso y volandero, y la historia de ambos parece no corresponder con lo que cuenta una y otro. Nuria es hábil para la manipulación, pero esta se ejerce sí se puede, y hay en Pablo, una oscura deuda pendiente con ella o su pasado, que le hace vulnerable.

Pablo no hubiera encontrado mejor acomodo que en el actor Vito Sanz, para “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

Pablo no hubiera encontrado mejor acomodo que en el actor Vito Sanz, para “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

El reencuentro propiciado por Nuria, no está motivado por añoranza alguna, simplemente lo necesita. Su madre murió en un accidente casero por la rotura de un bastón silla, que en principio afirma haberle regalado ella, por lo que siente acreedora directamente a la desgracia, y le requiere porque busca sacar una compensación ecónomica argumentando que su pobre madre lo merecía, y que, a la que le vendieron el producto en mal estado fue a ella.

Pablo en principio rechaza llevar el caso, en una actitud de huida, como si cualquier vinculo le hiciera sentir miedo de ella, o de lo que significa, pero ante la convincente insistencia de su primer amor, aceptará llevar el caso y sin destripar nada, puedo decir que la realidad y el relato de Nuria de cómo fueron las hechos y del trato con su madre, no casan de ninguna manera.

Al final Pablo parece salir vencedor del reencuentro con su pasado, la trayectoria profesional de Trueba es de nota, y cuenta en su haber con una obra importante, tanto en literatura como en el cine, por lo que es diestro en crear diálogos, y cualquier trabajo que presenta crea expectativas, por lo que sorprende que al hablar de grosura de los barrio, la responsabilidad social de las bolsas de pobreza, y las teorías sobre «las drogas» como arma política para ablandar a la clase obrera, que lo cuenta estupendamente, pero no dice nada que no esté dicho, y reste espacio para incidir en el controvertido material de los caprichosos restos de la memoria. Es su debut como dramaturgo teatral, y no hace falta contra con una bola de cristal para saber qué nos dará muchas alegrías.

En la imagen Vito Sanz -Pablo-, y Anna Alarcón -Nuria-, en “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

En la imagen Vito Sanz -Pablo-, y Anna Alarcón -Nuria-, en “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

La dirección de actores es primorosa, a esa Nuria dura, superviviente, guerrera hasta el final, y con justificación para todo, la interpreta con toda la fuerza que precisa la actriz Anna Alarcón, que aporta un físico rotundo, y el personaje de Pablo, no hubiera podido encontrar mejor acomodo que, en el actor Vito Sanz,

Ambos personajes cuentan con unos buen libreto, y un físico conveniente. Vito Sanz al margen de contar con la buena  letra de Trueba, sabe trasmitir una especie de inquietud permanente, que intriga al espectador, creando expectativa para saber más, y es perfecto por su físico. Con un valor añadido: no es difícil imaginar a un Pablo en todas sus edades, incluida la de tímido adolescente.

Anna Alarcón se ancla con fuerza en su discurso directo. No pierde pie, ni en en sus contradicciones, y como apuntaba antes, cuenta con un físico rotundo, consonante con su belleza y la huella de haber bajadas a los infiernos. La pareja funciona muy bien, en su provocadora diferencia.

En la imagen Vito Sanz -Pablo-, y Anna Alarcón -Nuria-, con las cartas sobre la mesa, en “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

En la imagen Vito Sanz -Pablo-, y Anna Alarcón -Nuria-, con las cartas sobre la mesa, en “Los guapos” de David Trueba ©LuzSoria Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

 

Los guapos, está programada, del 9 de abril al 4 de junio de 2024, en el Teatro María Guerrero -Madrid- del CDN, más información AQUÍ

 

Texto y dirección David Trueba Reparto Anna Alarcón y Vito Sanz Escenografía y vestuario Beatriz San Juan Iluminación Pedro Yagüe Música y espacio sonoro Iñaki Estrada Asesoría de movimiento Carla Tovias

Ayudante de dirección Aina Tur Ayudante de escenografía y vestuario Arantxa Melero Ayudante de iluminación Paloma Cavilla Realización de escenografía

Mambo Decorados y Sfumato Pintura Escénica

Máquina recreativa Pinball Madrid Fotos Luz Soria Tráiler Bárbara Sánchez Palomero Diseño de cartel Equipo SOPA

Equipo Bitò Jefa de producción Beatrice Binotti Director de producción Josep Domènech Adjunta dirección de producción Blanca Arderiu Gestión de producción Eduardo Garre Coordinación técnica Pedro Pablo Pérez

Producción Centro Dramático Nacional y Bitò

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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