Un acierto del texto de Perea, y de la puesta en escena de Jaén, es contar el frenesí de la compañía desde el camerino y entre bambalinas.
Rulo Pardo pertenece a ese puñado de dramaturgos, que veas lo que veas de él, lo identificas porque tiene cuño propio
Ronejo vino a dar la razón de que con la vacuna del covid, nos iban a introducir un chip para controlarnos, en la obra escrita en 2018 pura distopía, era un conejo del tamaño de un átomo.
Bolta, nos presenta a los maltrechos pícaros en un salón del palacio real Madrileño, que no es otra estancia que en la que mucho después pintaría Velázquez sus Meninas
Al clásico “Danzad, malditos”, Félix Estaire, como adaptador y Alberto Velasco como director y coreógrafo, le han dado un toque apocalíptico pero visualmente potente.
Con una gran farsa, como si una pieza de La Zaranda se tratase, así abre Canícula su espectáculo: tres hermanos en una sala de espera discutiendo sobre cuestiones anodinas.
Ambición, corrupción, traición. Han pasado más de cuatrocientos años desde el estreno de Macbeth y sus temas principales siguen siendo plenamente actuales. Ambición, corrupción, traición, locura, temas trasladables a cualquier sociedad de cualquier época. También, claro, a la actual, a la nuestra. Juan Cavestany y Andrés Lima hacen una apuesta
