«Polar» Una comedia escrita y dirigida con cuño propio por Rulo Pardo

«Polar» Una comedia escrita y dirigida con cuño propio por Rulo Pardo

En la imagen la actriz Cristina Gallego y el actor Chema Adeva en “Polar” escrita y dirigida por Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente.

 

 

Por Luis Muñoz Díez

 

 

Polar, de Rulo Pardo es una comedia tan coherente como hilarante, pertenece al desbordante imaginario del creador, en que se transparenta Carroll, Kipling, el Submarino amarillo, la cultura Pop en general -con sus paraísos artificiales-, con un toque “friki”, como toma a tierra.

Pardo pertenece a ese puñado de dramaturgos, que veas lo que veas de él, lo identificas porque tiene cuño propio, y lo que escribe, si no lo hiciera. Sería un mundo que quedaría inédito, lo que afirmo lo digo sabiendo que se dice que toda obra es irrepetible, pero en la practica eso es muy relativo, cada corriente, generación o colectivo han mamado de las mismas fuentes, y las preocupaciones son similares.

Natalia Hernandez  -lo que queda de la ex- en “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

Rulo nos trae un soplo de aire fresco que primero pasa por un piso de Madrid, donde un director cine «gore» de serie B, acude a pedir la “venia” a su exmujer para aceptar la propuesta de realizar una adaptación de la película “Nueve semanas y medias” que se llamará “Casi cuatro meses”. Ella con un carácter mas que irritable, apremiante, incluso se podría afirmar que castrador -que borda la actriz Natalia Hernández-, carga sin usura contra su ex –Secun De La Rosa-. Ella ha sido víctima y tiene sus razones, y las sabremos. Se limita a decir que el proyecto es basura. Él quiere oír que no está a la altura de su talento, pero no lo escuchará porque su ex se siente a años luz de su mundo con sus propuestas, y aceptarlo el trabajo es impepinable porque no hay plan B, ni puede que lo haya.

La exmujer le llega a decir que los artistas “no viven en la cuerda floja” que son ellos la cuerda floja, con la que se ahorcan solitos. Una reflexión dura de oír, pero es garante de su cereza quien lo dice. En el creador hay una inquietud constante. Si no le llaman se siente ninguneado, y si logra ser elegido, y no tiene éxito, malo, y si tiene éxito en taquilla, se queja de que no le reconocen con todos los premios que merecen, que conduce a ser mono temáticos con ansiedad a jornada completa.

Secun De La Rosa -el director de cine gore serie B  en “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente.“Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente. Pulsar sobre la imagen para ampliarla

Secun De La Rosa -el director de cine gore serie B  en “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente.“Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente. Pulsar sobre la imagen para ampliarla

Lo anterior es una creencia particular, sin ánimo de generalizar. Cada uno administra sus inseguridades con más o menos temple, pero entender lo difícil que pueden llegar a ser la vida para los que conviven con los que no tienen filtro, con su idea recurrente y su ansiedad en estado puro, si que es fácil de entender, por no nombrar a esos «artistas» por palabra de honor, sin saber porque piensan eso, o quien les dijo que lo eran.

El encuentro acaba de una manera sorprendentes, digna del autor-director, pero no seré yo quien desvele la sorpresa, porque si alguna intención tiene lo que escribo, es para animarles a que a acudan al teatro a ver Polar, pasarán una hora y algo gozosa.

Una cortina cubre el escenario con la pintura de un bosque. La voz de Aitana Sánchez Gijón cuenta la historia de una madre que va a recoger a su hija al colegio, y ocurre algo inaudito, que le lleva a ella, a correr hasta la extenuación por el bosque.

El diseño de la escenografía de Silvia de Marta, está muy bien resuelta, porque contando con la cortina, nos ofrece un decorado por historia, bien iluminados por Marino Zabaleta. Con unos espacios que cobran más vida con las composiciones musicales, y espacio sonoro de Mariano Marín

Chema Adeva -cazador y soberano de su bar en “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

Al abrirse el telón vemos un bar rural con la única presencia de un hombre, de la pared cuelga un cuadro similar al dibujo de la cortina que lo ocultaba. Le acompañan una serie de trofeos de caza, pronto entra una joven empapada, con una guitarra enfundada en la mano, que pregunta si puede refugiarse de la lluvia. El hombre le dice que por supuesto, que es un bar y para eso está, para añadir poco después cargado de ironía, sino va a tomar nada.

Le pide un vaso de agua, él no se la da. Ella juega con sus códigos aprendidos de hacerse la ofendida, primero le descalifica y sale airada, con la idea de que el hombre la pida que vuelva, pero él, sabe que volverá y la deja hacer indiferencia, pronto volverá, porque prefiere soportar al cazador que la inclemencia del tiempo. En la tregua le cuenta que la razón por la que está allí es para devolver la guitarra que se llevó por fastidiar a un novio cantante, cuando acabaron mal.

En la imagen Cristina Gallego -la vegana- que busca cobijo en “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

El encendido desencuentro es vida en estado puro, y muy divertido, porque nada de lo que se dice nos suena ajeno, y Cristina Gallego y Chema Adevael, redondean los personajes con una recreación primorosa. Ella, es una joven concienciada y vegana, y él, es condenado sin juicio previo por cazador. Cuando tiene una edad, y pertenece a una cultura en que, desde el principio de los tiempos en las zonas rurales, las llamadas vestías, eran mero mero útil de trabajo o comida.

Como el cazador nos ha salido juguetón, anima a la vegana a romper la guitarra, porque el músico que espera no llegará jamás, inician una catarsis en la que queda claro que no son tan diferentes.

En la imagen Cristina Gallego -la vegana- y Chema Adeva -el cazador en “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

En la imagen Cristina Gallego -la vegana- y Chema Adeva -el cazador en “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Pablo Lorente. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

La guitarra rota acabará sustituyendo en la pared uno de los trofeos de caza, sin aviso entra la mujer de la que nos hablaba Sánchez Gijón, y cae el telón.

Sin volverse a abrir, aparece Secun De La Rosa, como un zoólogo ecologista. De entrada, el personaje lo tiene todo ganado. Es como un muñeco, con su gorro, sus orejeras y el micrófono y los brillantes e infalibles ojos párvulos de Secun, que hacen que todo lo que ve, sea un gozoso descubrimiento, oye el ruido de la fauna, y con una pericia inaudita distingue sonidos que al personal le suenan iguales.

Cuando se abre el telón, descubrimos el campamento en alta montaña del zoólogo, mientras graba sus hallazgos, aparece una osa. Qué, inmediatamente después de saludar le dice que está hambrienta. El zoólogo le ofrece una bolsa de patatas fritas. A partir de ahí se entablan una conversación fluida entre la osa llena de razones, y el zoólogo, que ve con resignación su final.

Arriba las actrices Cristina Gallego y Natalia Hernández, flanquean por izquierda y derecha al autor directos Rulo Pardo, sentados abajo Chema Adeva, Secun de la Rosa.Un buen tándem para “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Luz Soria. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

Arriba las actrices Cristina Gallego y Natalia Hernández, flanquean por izquierda y derecha al autor directos Rulo Pardo, sentados abajo Chema Adeva, Secun de la Rosa. Un buen tándem para “Polar” de Rulo Pardo Foto ©Luz Soria. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.

Los actores De La Rosa y Natalia Hernández componen la pareja mixta encantadora. Hablan con naturalidad de sus cosas, con un diálogo lógico. A él, en su desvelo quimérico por mantener el espacio natural con su fauna, y en el caso de la osa, habla de su hambre, y el de sus crías. Si insistimos en invadir sus espacios, Lobos, coyotes, osos y jabalís bajaran a buscar en el cubo de nuestra basura, cogiendo el ascensor sí es preciso.

Cuatro historias, tres representadas y una insinuada, con todo en común para señalar la incorregible necedad del hombre, que no se entera de nada. Vivimos encapsulados en el circuito de lo cotidiano alienados por llegar a fin de mes, y los árboles no nos dejan ver el bosque, o nos preocupados como el director gore, por cosas que únicamente residen en nuestra imaginación. Hemos perdido la conexión con la tierra, nos sentimos fuertes en el abrigo de la ciudad, y somos infinitamente vulnerables si pisamos la madre tierra, que a veces, es madrastra, bien lo saben los campesinos.

Polar es un suma y sigue en su carrera ascendente para Rulo Pardo, y el planeta Tierra, pues, hasta que dé de sí, el personal directamente lo ignora, excepto cuando ruge con fuerza y nos zarandea.

Cartel de Polar de Rulo Pardo, con fotos de ©Luz Soria

Cartel de «Polar», de Rulo Pardo, con fotos de ©Luz Soria

 

Polar, se estrenó el 6 de junio, y seguirá en cartel hasta el 19, en la Sala Negra de Teatros del Canal -Madrid-, más información AQUÍ.

 

Texto y dirección: Rulo Pardo

Reparto: Cristina Gallego*, Natalia Hernández, Secun de la Rosa, Chema Adeva Narración en off: Aitana Sánchez-Gijón

*AVISO: Cristina Gallego será́ sustituida por Alba Recondo los días 11, 12 y 18 de junio

Diseño de iluminación: Marino Zabaleta Composiciones musicales y espacio sonoro: Mariano Marín Diseño de escenografía: Silvia de Marta

.

Dirección de producción: Manuel Sánchez Ramos Ayudante de producción: Javier Galán Prensa: María Díaz Distribución: Amadeo Vañó – Cámara Blanca

Una producción de Sanra Produce

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *