El grupo en su “forma” hace un teatro de mujeres sentadas al fresco a la puerta de su casa, y en “fondo” hilan un discurso feminista riguroso en toda regla. Unas piezas escritas con un oído finísimo de cómo siente y se expresa el personal. Un lenguaje que a nadie le es ajeno, porque con la globalización, la escalada capitalista, nos han rasado a todos por abajo. Dejándonos, andando a pie a trabajadores cualificados, no cualificado, con estudios y si ellos, medios o superiores.
Ana López Segovia, sitúa el centro de operaciones en un bingo clandestino regentado por una tal Dionisia. Una mujer que nadie sabe bien de donde salió, ni cuando apareció, pero su presencia ha proporcionado muchas alegrías al personal femenino, a su vera, van las mujeres a desahogarse, y a hablar con alegría de lo que no es tan alegre, entonándose con alguna pastillita, y unos chupitos sanadores.
La dramaturga en esta ocasión, centra toda la maldad del patriarcado machista en un sargento de policía empeñado en aguarles la fiesta binguera. El ayudante del representante de la justicia se chiva cada vez que el Sargento planea una visita al local, y de tanto ir el cántaro a la fuente, el celoso guardián del el decoro, se llevará una gran sorpresa.
Las Niñas de Cádiz sonTeresa Quintero, Rocío SegoviaAna López Segovia, yAlejandra López,ponen sus obras en escena como si vivieran en un tablao permanente a la puerta de cada, donde se baila, se canta con esa irónica socarrona con la que se burlan de lo más alto, en el sur los andaluces en general y los gaditanos en particular.
En está ocasión repiten la colaboración conJosé Troncoso, que ya fue codirector con Ana López Segovia en El viento es salvaje, y en esta montaje también como actor, y como tal, alterna papel con José Carlos Fernández, al que no tuve la oportunidad de verle, ni a Mer Lozano, que lo alterna con Teresa Quintero, y al que si pude ver fue al implacable defensor de todas las represiones interpretado con todo acierto por Fernando Cueto
Todos sus personajes se sumergen en el bufón, y salen de él, porque son de verdad, recreando la realidad como el disparate que es. Subidos en una noria en que sin sentir, se pase del alambicado esperpento, a inundar el escenario de ternura. El elenco realiza una composición de sus personajes impecables, porque nada tienen que ver los actores que llegan al camerino, con los personajes que nos hipnotizan desde el escenario.
Todos los personajes son un caramelo, para llevárselos a casa, de Dionisia –Ana López Segovia– sensual y poderosa. Al ayudante del sargento qué, tanta belleza y poderío, de Dionisia, le da un “no sé qué”. A él, que en cuanto escucha tocar unas palmas se le sale el corazón del cuerpo y se pone a bailar. Entrañable como un párvulo con su pantalón corto, calcetines de perlé, cangrejeras, y unas parchetas rojas pintadas en la mejilla y, donde el Sargento luce medallas, él lleva unos flecos rojos. Al personaje lo redondeaJosé Troncoso. Como contrapunto tenemos al Sargento, que parece un hijo espurio nacido de Arnold Schwarzenegger y Robocop. El personaje da mucho juego, y está interpretado con todo acierto por el actor Fernando Cueto
Teresa Quintero interpreta a una mujer real, rotunda. Absolutamente reconocible. Una fuerza de la naturaleza con una voluntad alimentada de Kryptonita como solo lo hacen ella, y Super-man, y la actriz está genial.
El personaje que mimetiza en su monotonía la actriz Alejandra López. Un día como otro, que iba a la plaza a por el habío de la comida. Un Tsunami, le proporcionó un reiterado encuentro sexual volandero con un desconocido, que le recuerda su condición, y que a pesar de su juventud, tenía olvidada.
La actriz Roció Segovia, recrea una viuda que no se sabe bien si sube o si baja, en principio silenciosa, pero según la vayamos conociéndola será una caja de sorpresas. Busca en el local de Dionisia, algo que le anime, porque bajo su aparente “pasmo” está necesitada de un rato de recreo. Una mujer que cuando hay que tomar una decisión no le tiembla la mano, y acabará siendo una ángela exterminadora que sabrá cortar el machismo de raíz.
Escribo está crónica en señal de admiración por lo mucho que he disfrutado con todos sus espectáculos, consciente de que no aporto mucho, y que lo que se siente al ver a las Las Niñas de Cádiz en un escenario, no se puede explicar con palabras van directamente al flujo sanguíneo.
Ayte. dirección: Jesús LaviEspacio sonoro: Mariano Marín Iluminación: Agustín Maza Fotografía escenario y vídeo: Susana Martín / Isa Vicente Cartel: Gemma Alonso de la Sierra
Comunicación y prensa: CULTPROJECT Asesoría en producción: Violeta Hernández. LA SUITE
Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.
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