
Demelsa Cabeza nace en 1980 en Valdemorillo, Madrid. Es una mujer bella, con unos ojos profundos, brillantes y una sonrisa casi permanente, habla despacio y capta tu atención desde el primer momento, psicóloga por vocación, aunque fue una profesora de filosofía la que le dio el empujón definitivo, está licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y ha realizado estudios en la Universidad Francois-Rabelais en Tour (Francia).
En el Hospital Gómez Ulla, donde hizo su Practicum, una compañera de curso la hablo de Instituciones Penitenciarias, la pico el gusanillo y ahora es funcionaria de su Cuerpo Superior, aunque fue en la Agencia Anti Droga dependiente de educación en el ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial, donde comenzó a trabajar.
Nos encontramos en el Cafetín Croché, un precioso rinconcito de San Lorenzo de El Escorial, donde reside en la actualidad.
Lo primero que llama la atención en ella, es una sonrisa que le da color a su cara, está radiante después de haber hecho realidad un deseo que tenía desde hace tiempo, ver publicado su libro Chucherías para el Alma (2025) un trabajo duro y que ha hecho mover los cimientos de Demelsa, a este libro, le acompaña aunque de manera independiente, un libro de trabajo personal que se llama Diario de gratitud (2025), con el que a través de ejercicios se consiguen entender mejor ciertas cosas y llegar por un atajo a la felicidad, es un trabajo diario y necesario.
Entrevista a Demelsa Cabeza, autora de Chucherías para Alma y Diario de gratitud
Cielo Muñoz Martínez (CMM): La primera pregunta es casi obligatoria: ¿Por qué psicología?
Demelsa Cabeza (DC): Pues es algo que tenia claro desde muy pronto, pero fue mi profesora de filosofía la que me enseñó que hay tantas formas de ver la vida como personas. Cada cual es un mundo y a mí me llamaba la atención entender el de cada uno, ver por qué cada quien actúa de una forma ante el mismo asunto y entender por qué llegaba a las conclusiones o al resultado del problema de manera diferente.
Meterme en la cabeza de cada persona y poder ayudar, siempre ha sido mi objetivo. Ya de pequeña asumía chaparrones que no me correspondían, cargaba con culpas que no eran mías; desde siempre supe que tenía un propósito adquirido con la vida y ese propósito era ayudar.
Desde que empecé en la Agencia Anti Droga, mi cabeza tenia la necesidad de sacar de cada persona lo mejor que tuviera y hacer que el resultado siempre fuera el mejor posible. Somos complicados, no siempre queremos que nos ayuden y, aunque sepamos que estamos haciendo algo mal, nos demos cuenta que no es el camino, enderezar, no es fácil.
CMM: ¿Qué es lo más duro de tu trabajo?
DC: Hay casos muy dolorosos, trabajo en un ambiente duro, cargado de agresividad y con muchos problemas de fondo, pero para mí, lo más terrible es la violencia sexual. La mayor parte de las mujeres con las que trabajo, tienen y han tenido una vida muy complicada, en un número muy elevado, con problemas de agresiones sexuales, estos problemas, se ven agravados, por el consumo de sustancias, la insatisfacción personal y los problemas conductuales, a muchas de ellas, la violencia sexual, las ha conducido a la droga, a delinquir para poder hacerse con esa sustancia que las evada del resto de sus problemas, en gran número, están presas por consentir que sus parejas abusen de sus hijos, encubrirlos o incluso ser ellas las que prostituyen a los menores para poder de esta forma pagar el chute que necesitan.
Es algo muy sórdido, muy feo y muy triste, pero para mí, cuando las estoy ayudando, mi único objetivo y mi único pensamiento, es que salgan. Que salgan lo antes posible de la autodestrucción y que se encuentren lo mejor posible. No todo el mundo está dispuesto a ayudarse, no es un camino fácil, pero yo intento darlas las herramientas y acompañarlas en el camino, pero como siempre las digo: “¡Yo no lo puedo hacer por vosotras!”.
CMM: Demelsa, en Chucherías para el Alma, cuentas un momento de crisis que tienes en tu vida, ¿nos puedes acercar un poquito a ese momento?

DM: Sí claro. Fue hace unos tres años. En ese momento, yo creía que estaba bien, aunque mi cuerpo decía lo contrario. Tenía mareos y no comía. Aunque trabajaba por impulso, sabía que algo no andaba bien. Hasta que un día, que como cuento en el libro, salí para ir a trabajar, pero no llegue. Me volví a casa y le pedí a mi pareja que me llevara al hospital.
Empecé un trabajo duro para sanarme y poco a poco lo conseguí. Estudié mucho, apliqué diferentes enseñanzas y conseguí hacer conmigo una sanación de la que ahora he sacado muchas cosas para poder ayudar a mis pacientes. Eso que yo hice y funcionó conmigo y es lo que intento aplicar a la gente que ayudo.
Me formé para ayudarme a mí y a través de la Ley de la atracción, empecé a ver que sanaba y quise trasladar eso a mí trabajo, viendo transformaciones increíbles. Un día que salí a fumar, rodeada de rejas y concertinas, empecé a pensar en como poder trasladar esto más allá de las rejas y surgió Diario de Gratitud, haciendo acopio de ejercicios que hago dentro de prisión con las reclusas, utilizando la Gratitud como punto de partida. Dar las gracias a diario nos hace vivir en la abundancia, hacer de la gratitud nuestra forma de vida.
CMM: ¿Qué trabajo desarrollas dentro de prisión?

DC: Tenemos programas como PICOVI (Programa de intervención en conductas violentas), que es un programa para prevenir la conducta violenta, algún otro programa para tratar problemas de inseguridades, pero la verdad es que yo intento dar cobertura a los problemas que veo, con ejercicios encaminados a la autoestima, que en la cárcel suele ser un problema muy grande y muy común, o temas relacionados con la dependencia emocional, es muy difícil estar dentro, sabiendo que fuera tienes personitas que te necesitan o padres que están en situación complicada y pensar que no puedes hacer nada, genera mucha ansiedad, impotencia e incluso genera una violencia que desencadena en problemas más graves.
Tratamos a las reclusas de manera individual pero también en grupo, es más fácil ser capaces de reconocer ciertos comportamientos si los vemos en las demás que darnos cuenta de que ese problema lo tenemos nosotros.
CMM: Demelsa, ¿Cómo consigues dejar los problemas del trabajo fuera de tu vida?
DC: (Demelsa se ríe) Es una buena pregunta, yo me los dejo por el camino, cuando vuelvo a casa, los voy soltando por la carretera, luego, pues llego a casa y la verdad es que tengo suerte, porque tengo una pareja fantástica que hace todo muy fácil.
El ambiente en casa fluye con calma, mi familia es lo más. Mi madre es un ser lleno de luz, con una sonrisa permanente (ya sabemos de donde la ha sacado ella) mi padre es genial, con un sentido del humor especial, mi hermana, ella es lo más, la adoro y luego mi familia política, que he tenido una suerte enorme, porque me aportan esa calma, ese puntito de juerga y por supuesto mis sobrinos. Vivo enamorada de ellos, no tengo palabras para describirlos, los amo.
Y hay algo a lo que no podría renuncia, el deporte, me da la satisfacción de saber que me he ganado la ducha, el descanso, la paz y la meditación, algo imprescindible para mí y que a modo de regalo incluyo un enlace en el libro para quien quiera hacerlo conmigo.
CMM: ¿Cuál es tu rutina para escribir?
DC: ¡El Caos! Mi mesa de comedor está llena de papelitos, cientos de notitas donde cada vez que la inspiración me asalta apunto lo que considero importante. Luego ya si, con calma, me siento, organizo y siempre con el ordenador delante desarrollo esas ideas a base de estudiar y de trabajar. Tengo lo que se llama un caos organizado.
CMM: Amiga, ¿Cómo puede uno hacerse con tus libros? Cosa que yo personalmente recomiendo ya que son una fantástica forma de agarrarte al mundo.
DC: Tengo una pagina web www.demelsacabeza.com. Ahí me los pueden pedir dedicados, tenemos una oferta en el pack y además incluyo un detallito o en la Librería Quesada, en San Lorenzo de El Escorial También pueden seguirme en Instagram a través de la cuenta @demelsa.psicologa.
CMM: Después de este ratito tan agradable, sólo me queda darte las gracias por lo fácil que ha sido todo. Desearte mucha suerte con los libros y sobre todo, que esta vida de Gratitud te lleve al éxito en todo lo que emprendas. Mil Gracias.
 
				 
				 
											 
								
 
		
 
		
