Cruïlla 2016: Sábado y domingo.

“¡Qué puto calor hace!” exclamó Xoel López hacia la mitad de la actuación con la que abrió el segundo día del Cruïlla 2016. Y no le faltaba razón. Con la mayoría del público sentado a la sombra en la grada y unos cuantos incondicionales abanicándose bajo el escenario, el artista antes conocido como DeLuxe ofreció una actuación transparente donde todos los elementos estaban donde tenían que estar para hacer brillar unas composiciones que mejoran con cada nuevo disco. Xoel se esmeró especialmente en Todo lo que merezcas, una de esas canciones de odio más hermosas que muchas canciones de amor.

Xoel sudando
Xoel sudando

Mientras, con menos sombra donde el público pudiera refugiarse, el colectivo de jóvenes músicos oriundos de Brooklyn, Snarky Puppy ofrecieron un recital de jazz funk asentado en los teclados y prescindiendo del componente vocal. Una música compleja que el virtuosismo de sus ejecutantes hace parecer sencilla. Se merecen una sesión completa en algún festival de jazz de la temporada que viene.

Virtuosos y jóvenes
Virtuosos y jóvenes

La siguiente cita ineludible era con los 091 pero camino de su actuación me topé en el escenario más grande con un tipo que parecía un cruce entre Mika y el líder de una secta satánica. Se trataba del vocalista de James, un grupo de Manchester que lleva activo desde los 80, que actualiza los arreglos vigentes en la década que les vio nacer y cuyos músicos están totalmente eclipsados por su vocalista (hasta el punto que muchos de los asistentes pensaban que el tal James era él y sólo él). En el primero de los temas interpretados en el Cruïlla, Tim Booth se tiró sobre el público para cantar el estribillo mientras el resto de la canción prefirió interpretarla desde el escenario. En la segunda canción, el trompeta corrió a situarse entre el respetable para interpretar su solo desde allí. Y en la tercera el cantante se olvidó de la letra de la canción y, tras tres retomes, decidió que era mejor dejarlo pasar.

La entrega
La entrega

Aunque a esas alturas ya estaba intrigado por como acabaría su actuación James, 091 estaba arrancando su concierto y memoria manda.

No todas las canciones de la banda de José Ignacio Lapido son buenas; pero cuando lo son, alcanzan la excelencia. Y además tienen un repertorio enorme en el que es fácil acertar incluso dejándose fuera de la setlist clásicos como Fuego en la oficina. En el concierto del grupo granadino probablemente escuchamos las mejores guitarras de todo el festival (que me perdonan los fans de Robert Plant pero en la actuación de éste apenas aguanté quince minutos y por pura obligación histórica) y donde más veces se nos puso la piel de gallina a los mayores de cuarenta. Inolvidable Qué fue del siglo XX.

Sin panza y de revival
Sin panza y de revival

Y, poco después de que Alabama Shakes nos hiciera de nuevo añorar que estuviera abierto el auditorio cubierto del Forum, Fermín Muguruza & New Orleans Basque Orkestra ofrecieron un concierto apabullante donde el músico abertzale revisó temas de su trayectoria tanto en solitario como con Kortatu y Negu Gorriak… interpretados por una banda de dixie y una formación tradicional de rock. El resultado es tan acertado que parece que las canciones, en Euskera, hubieran sido compuestas originalmente para la mezcla de músicos que invadió el escenario y acabó saliendo entre el público. Una gozada si uno era capaz de obviar el discurso proetarra del cantante que equiparaba el nacionalismo catalán (no violento) con el de los terroristas vascos para ganarse al personal.

Brillante y manipulador
Brillante y manipulador

Muguruza contó en una de las canciones con la colaboración de Ana Tijoux, la MC chilena llamada a actuar a continuación, una de las intervenciones más esperadas de esta edición del Cruïlla y el peor estilismo visto sobre un escenario con permiso de Cat Power.

Back in the 70´s
Back in the 70´s

La primera sorpresa fue la incorporación de una pequeña sección de viento a la banda que le acompañaba y la segunda que encontramos a la Tijoux alejándose de su etapa más rapera para adentrarse en terrenos cercanos a lo que antaño se llamó Canción Protesta. Un tema de Violeta Parra hizo que aquello se pareciera cada vez más a un concierto de Amparanoia hasta que la propia Amparo Sánchez, ese ectoplasma que vaga por los festivales de la península ibérica esperando el momento de corporeizarse, apareció sobre el escenario a cantar un tema con la chilena y haciendo presagiar que, al día siguiente, iba darnos la tabarra durante el concierto de Caléxico.

Como efectivamente ocurrió.

Y habitó entre nosotros
Y habitó entre nosotros

Porque el domingo, la coincidencia con la final de la Eurocopa nos permitió disfrutar de la banda de Joey Burns y John Convertino en una cierta intimidad. Caléxico sabe salpicar su rock estadounidense de las gotas latinas justas para darle calidez y personalidad sin caer en la World Music. El principal encargado de ello es el teclista Sergio Mendoza casi tan brillante tras su instrumento como Volker Zander al bajo. La banda cerró el Cruïlla creando atmósferas fronterizas solo rotas por las apariciones de Amparo Sánchez intentando capitalizar el aplauso de los que no habíamos ido a verla.

Ya con el sol cayendo se cerró una edición del Festival donde hubo quizás demasiadas propuestas melódicas más adecuadas para recintos pequeños y tranquilos pero que cuando se echó en brazos de lo lúdico consiguió acercarse al público como otros eventos no pueden por culpa de su desmesurado crecimiento.

Por NACHO CABANA

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Nacho Cabana

NACHO CABANA (Madrid, 1968) es guionista de cine y televisión y escritor. Desde “Colegio Mayor” (1993) a “Matadero” (2018) pasando por “Policías en el corazón de la calle”, “Médico de familia”, “Compañeros”, “U.C.O” numerosas series de TV llevan su sello . Así mismo es el coguionista de dos largometrajes de ficción, “No debes estar aquí” (2002) y “Proyecto Dos” (2008) y los documentales “Arizmendiarreta, el hombre cooperativo” (2019) y “Aute retrato” (2020) que fue nominado al Goya. También es el responsable de “Tres caídas” (2006), documental sobre lucha libre mexicana presentado en el Sitges Film Festival y otros certámenes internacionales. Como escritor ganó en L´H Confidencial 2014 con “La chica que llevaba una pistola en el tanga” (Roca editorial), el “Ciudad de Irún” de novela en 2004 con “Momentos robados” y el de cuento en el mismo certamen con “Los que comen sopa” (1993). “Verano de Kalashnikovs” (Harper Collins, México) es su última novela. Actualmente es tutor del módulo de ficción televisiva del Máster de Guion de The MediaPro Studios con la ESCAC y escribe críticas de cine, teatro y música en la revista cultural on line “Tarántula”. Viaja todo lo que puede y escribe aunque no pueda.

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