

La literatura como terapia
A mi amigo A. le preguntaron por la calle: “¿Usted ha pagado por tener sexo?” y él respondió: “Por supuesto que sí, ¡si he pagado por tener afecto!”. Sabemos de buena fuente que las madres extorsionan a sus vástagos para darles afecto. “Si haces esto, te doy un beso”.