El cineasta estadounidense Judd Apatow, uno de los nombres más representativos de la comedia de su país durante las primeras décadas del siglo XXI, ha demostrado a lo largo de su carrera una cierta inclinación por mostrar en clave humorística los problemas sentimentales de treintañeros y cuarentones con síndrome de Peter Pan. En la mayoría de los casos, el autor de Virgen a los 40 se ha centrado en personajes masculinos. No obstante, en su faceta como productor, ha puesto de manifiesto su interés por plasmar las cuitas afectivas de las mujeres situadas entre la juventud y la madurez, como la divertida La boda de mi mejor amiga, el filme dirigido por Paul Weig.
Curiosamente, Y de repente tú, largometraje dirigido por Apatow, sigue en cierta medida los pasos de la película que apadrinó. Nos encontramos una película más gamberra de lo habitual donde la protagonista femenina está lejos de ser la frágil damisela que suspira por un príncipe azul . En este caso se trata de una treintañera bastante promiscua que parece llevar a rajatabla la enseñanza de su padre: la monogamia no es un estado realista para el ser humano. No obstante, este pilar de su comportamiento se viene a bajo cuando su progenitor comienza a tener problemas de salud y empieza a sentir cierta atracción por un médico especializado en tratar a deportistas.

Una casi irreconocible Tilda Swinton encarna a la exigente directora de la revista donde trabaja la protagonista en Y de repente tú.
La película triunfa especialmente en su primera mitad, cuando apuesta por la comicidad más pura que permite que una desternillante Amy Schumer, también guionista del filme, se luzca en su papel de chica ligera de cascos. El comienzo del filme es quizá una de las mejores secuencias cómicas del cine de 2015: un padre le explica a sus dos hijas, unas niñas de corta edad, que la fidelidad no es algo natural. A partir de ese momento seremos testigos de las aventuras amorosas de la treinteañera y su noviazgo con un tipo musculoso, al que da vida un divertido John Cena; su particular relación con su jefa, la exigente directora de una revista interpretada por una irreconocible Tilda Swinton, y el inicio de su romance con el doctor que encarna un entrañable Bill Hader.

El luchador y actor de cine de acción John Cena encarna a un novio musculado de la protagonista de Y de repente tú.
No obstante, en una segunda parte, cuando el filme opta de manera inesperada por intensificar los elementos de melodrama familiar y buscar racionamientos psicológicos del salvaje comportamiento de su protagonista, la cinta pierde su fuerza y capacidad de transgresión para convertirse de manera un tanto forzada en un largometraje moralista. Como ya ocurriera en anteriores trabajos de su carrera en el cine, Apatow no acaba de redondear sus películas debido a una duración excesiva y sus frecuentes arritmias. Sin embargo, a pesar de estos lastres, Y de repente tú logra en numerosas ocasiones despertar la carcajada del espectador, el fin último de cualquier comedia que se precie.