Vuelve a la cartelera «El principio de Arquímedes», de Josep María Miró

Vuelve a la cartelera «El principio de Arquímedes», de Josep María Miró

En la imagen Pablo Béjar, Ana Belén Beas «El principio de Arquímedes», dramaturgia y dirección de Josep María Miró ©Moises Fernandez

Por Luis Muñoz Díez 

 

Vuelve diez años después de su estreno El principio de Arquímedes, una obra escrita y dirigida por Josep María Miró, con la que consiguió un éxito rotundo de crítica y público, traducida y representada en varios países con el mismo éxito, adaptada al cine por Ventura Pons en 2015 bajo el título El Virus de la Po, por lo que se puede afirmar que Miró con esta pieza hizo diana.

La obra está muy bien escrita, con un lenguaje muy directo para que el mensaje llegue cristalino al espectador, con una dramaturgia muy bien armada con tiempos fraccionados, que el autor administra con acierto. En principio nos propone una escena con su inicio y su final, y según avanza la trama nos permite conocer lo que ocurrió antes o después de ese momento, una información fundamental para estimular la sorpresa, que se mantendrá hasta el mimo final.

La particular dramaturgia se materializa en la cuidada puesta en escena que hace el autor, con un diseño de escenografía diseñada por Fer Muratori que representa el vestuario de una piscina que, con el cambio de la posición de las taquillas, los bancos y la caja con los útiles para la clase de natación, veremos la continuación de la escena, desde diferentes puntos de la vista.

El principio de Arquímedes es una reflexión sobre los diferentes puntos de vista, y de cómo anida la duda por el mero hecho de hacer una lectura equivoca. Quizá ninguno de los cuatro personajes que dibuja Miró tengan la razón, pero sí, una justificación de peso para actuar como actúan, y de alguna manera a los cuatro los condiciona el miedo.

Ese miedo le llevará al joven profesor a defenderse con altanería ante la directora del centro. El miedo a acusar a un inocente mueve a la directora a actuar con prudencia aunque esté presionada por los padres, y su pustura sin duda es la más legitimo, y el miedo de un padre anónimo por no estar a la altura, como protector de sus cachorros, le lleva a avasallar a la directora, y pedir la cabeza del joven profesor, sin tener la certeza de que sea culpable de algo.

Los hechos siempre tienen tantas interpretaciones como testigos hay de ellas, que pueden emitir juicios tan intangibles como “le ha mirado con unos ojos” o “se lo ha dicho de una forma” Si los testigos de un hecho pueden hacer lecturas diferentes, la sombra de la narración se agranda según se va repitiendo, con el miedo añadido que cada uno aporta.

Algo así le ocurre a nuestro protagonista. Un chico ruidoso que se sabe guapo, alardeando de su virilidad, y de su irresistible atractivo, que hace que todos le miren lo que se adivina bajo su slip de baño, mientras provoca de manera explícita a otro profesor de natación, dentro de un juego muy masculino en el que no pretende nada, solo manifestar supremacía.

El hecho que detona el conflicto es que un niño de los maás pequeños durante una clase, no quiere quitarse los manguitos porque le da miedo nadar sin ellos, el niño llora, y el profesor para tranquilizarlo lo abraza. El hecho queda en el aire y nunca sabremos que ocurrió, pero el buen dibujo que hace el autor del personaje lo redime de culpa. La información de que el joven profesor ha abrazado a un niño y le ha besado en la boca, le llega a la directora del centro deportivo, por la queja de una madre que no estaba presente, pero se lo ha contado su hija de corta edad, por lo que se ve en la obligación de preguntar al joven profesor por lo ocurrido, este admite haberle abrazado para tranquilizarle, y punto.

A pesar de la cautela que tiene la directora para juzgar el hecho, y la forma de hablar al joven profesor, este lo ve como un agravio y se defiende, encastillándose en su defensa provocándola y atacándola. Sin ver que ella no es su enemigo, lo es, la oscura sombra que se ha creado sobre él, al repetir y repetir la historia, hasta que la han conocido todos los padres de los alumnos.

En la imagen Pablo Béjar, Ana Belén Beas, Alejandro Tous y  Guillermo López "El principio de Arquímedes", dramaturgia y dirección de Josep María Miró ©Moises Fernandez

En la imagen Pablo Béjar, Ana Belén Beas, Alejandro Tous y  Guillermo López «El principio de Arquímedes», dramaturgia y dirección de Josep María Miró ©Moises Fernandez

Sin duda el papel en actitud más rico es el de la directora del centro deportivo. Interpretado de una manera impecable por la actriz Ana Belén Beas. Al joven profesor le aporta energía y credibilidad el actor Pablo Béjar, que a partir de lo ocurrido se le mirará con el oscuro tamiz de la duda. Una duda capaz de aplastarlo de por vida, que en principio por su juventud o su falta de maldad, no acaba de ser consciente, y eso le lleva a tomar una posición altanera. Al otro profesor le imprime sus dudas con acierto el actor Guillermo López, porque una vez sembrada la duda, las palabras dichas y los hechos bajo sospecha tienen una lectura diferente.

A Alejandro Tous, le toca bailar el menos agraciado, interpretando a ese padre anónimo irracional, aunque con un temor comprensible porque, igual se puede estar cometiendo un error irreparable con el joven profesor, no se puede negar que hay quién es capaz consumar actos estremecedores con niños. Tous es un actor que mantiene una gran complicidad con el autor director, con el que han trabajado en varias obras, y rema con éxito a favor de obra.

Si no han tenido la oportunidad de ver El principio de Arquímedes, no duden en asistir a una representación de la obra de Josep María Miró, porque quizá tenga hoy más vigencia que hace diez años, cuando se estrenó.

En la image Guillermo López, Alejandro Tous, Pablo Béjar, Ana Belén Beas "El principio de Arquímedes", dramaturgia y dirección de Josep María Miró ©Moises Fernandez

En la image Guillermo López, Alejandro Tous, Pablo Béjar, Ana Belén Beas «El principio de Arquímedes», dramaturgia y dirección de Josep María Miró ©Moises Fernandez

El principio de Arquímedes estará en cartel hasta el 29 de mayo en Teatro Quique San Francisco -Madrid-, más información AQUÍ.

Dramaturgia y dirección: Josep María Miró Reparto: Ana Belén Beas, Pablo Béjar, Guillermo López y Alejandro Tous Escenografía: Fer Muratori Asistente de dirección: Quique Jáuregui Vestuario: Silvina Falcón Diseño gráfico: MAKTUB Producción: El Tío Caracoles y MP producciones

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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