Dos años atrás, el director de la celebrada denuncia contra la comida basura «Super Size Me» estrenaba «La historia más grande jamás vendida», un ácido documental sobre la participación y el control de múltiples compañías de consumo en la producción cinematográfica. «Viral», la ópera prima del argentino Lucas Figueroa, es capaz de convertir el más que justificable «emplazamiento de producto», incursión de marcas reconocibles de forma más o menos disimulada, en un ejercicio de género. Así los fenómenos paranormales que ocurren en un edificio pasan a segundo plano tras la apabullante imagen del centro comercial que lo ocupa.
Lejos de mi intención criticar ese concepto anglosajón del «product placement», que años atrás creíamos ver como publicidad subliminal, o incluso a la Fnac, esa cadena francesa dedicada hasta hace bien poco exclusivamente a productos culturales y audiovisuales. Son prácticas legítimas, legales y necesarias para llevar a buen puerto proyectos de ficción.
Concretamente el edificio que acogió la llegada a España de la marca francesa es uno de los edificios emblemáticos del centro de Madrid. Con más de 50 años de historia, ocupa el lugar del desaparecido Hotel Florida, del arquitecto Palacios. Por su historia, la cercanía del Convento de las Descalzas y los túneles y conductos que recorren el subsuelo de Madrid, parece la localización perfecta para una película de terror.
El reparto principal, acompañado de su director, nos presentaron a prensa la película con una noticia sorprendente y que da un poco de claridad al conjunto: se trata de la primera parte de una trilogía. La gran capacidad técnica y artística de los responsables de la película es incapaz de levantar el conjunto de la historia que vaga entre el romanticismo, el terror y la comedia. Chistes del calibre «En este edificio pasan cosas raras, y no me refiero a los viejos que te miran la picha en el baño, eso es normal” no son suficientes para entretener al espectador que no acaba de descubrir que es lo que le están ofreciendo.
El éxito de las redes sociales es el germen de la historia al basarse en una campaña real ideada por Fnac. Lucas Figueroa, director de la cinta, nos lo explicaba en la rueda de prensa “Javier Pascual, el coguionista, y yo queríamos hacer una película sobre los túneles del centro de Madrid, y coincidió con que FNAC había hecho una campaña que se llamaba “El friki de la FNAC”, les pedimos permiso para integrarla dentro de la historia y a partir de ahí vimos cómo combinar el Madrid antiguo con las redes sociales y el márketing”.
Descubrimos, no sin sorpresa, el uso y abuso del término “friki” que en esta cinta sirve para describir, no sabemos si con matiz positivo o negativo, a su protagonista. Su supuesto interés por la informática o por una réplica del sable láser de la Guerra de las Galaxias es suficiente para aplicarle el manido término. No extraña pues al fin y al cabo llevamos años escuchando “friki” de esto o “friki” de lo otro, casi siempre para referirse a cualquier hobby de un individuo y perdiendo totalmente el significado de “rarito” proveniente de los monstruos de Tod Browning.
Las teles de Samsung, Vodafone y las pizzas de Domino’s desvían demasiado fácil la atención de esos fenómenos paranormales e incluso llegamos a perder un poco el interés por esa niña terrorífica aferrada a la muñeca de Famosa. La historia comienza a ganar interés en sus últimos minutos, precisamente cuando parece entrar definitivamente en el terror aunque sin resolver los misterios que han ido surgiendo, pero un nuevo giro acaba descolorando al espectador. Preguntado sobre el enigmático final, Figueroa explicó que “es una trilogía, entonces hay que entender que el final tiene que tener una parte explicativa de lo que nos interesa explicar de la historia para que quede bien claro, pero dejar los suficientes frentes abiertos para que vayas a ver la segunda, y con la segunda que vayas a ver la tercera. Hay una convención del género que es la de la investigación del personaje, y en el tercer acto se tiene que explicar todo”. Esperamos que la cinta encuentre su público y se puedan realizar las mencionadas secuelas.
“Viral” (2013) de Lucas Figueroa, se estrena en España el 29 de noviembre de 2013.