En la imagen las actrices Ana Ruth Resco y Elena Villa, en un momento de la representación de Dirty Acting, con dramaturgia y dirección de Josete Corral para Vida Cantina
Por Luis Muñoz Díez
Dirty Acting o «Sucia actuación» en castellano, cuenta con la dramaturgia y dirección de Josete Corral, para conformarla, ha contado con textos propios, y de Elena Villa, Fyodor Dostoyevski, Michel Foucault, Judith Butler, William Shakespeare y Donatien Alphonse «Marqués de Sade.
Vida Cantina, con la colaboración de la Universidad de Málaga, nos presenta dentro de la V muestra de nuevos creadores escénicos, a tres mujeres Imparables -como el lema de la muestra- en principio prácticamente unidas, cual si fueran un dragón asustado de tres cabeza, que si dejaran de hablar por una de ellas perderían la vida, no paran de hacerlo de una en una, de dos en dos, y las tres al tiempo.
Su discurso versa sobre lo conveniente para ir por la vida, y una vez ubicados sus patrones de comportamiento, contemplan los peligros y las posibilidades para lograr el éxito como actrices. Un discurso totalmente reconocible, pero expresado de una manera tan rápido como un buscador de Google, pasando de un asunto al otro sin apenas tiempo para reflexionar lo que han dicho. Pero el efecto está conseguido porque su veloz verborrea, adentra al público en el estado de ansiedad de nuestras protagonistas, que de varias maneras se cuestionan el ser, o parecer ser.
Elena Villa, Claudia Lafuente y Ana Ruth Resco en un momento de la representación de Dirty Acting, con dramaturgia y dirección de Josete Corral para Vida Cantina
Al público no solo le ubican en su apremiante necesidad, también percibe sus temblores porque los repiten, como un mantra.
Las tres mujeres interpretadas en alerta total, por las actrices Claudia Lafuente, Elena Villa, Ana Ruth Resco, se saben hijas espurias de la publicidad, las series de éxito, y la influencia de las estrellas musicales en su vocación, y como norma de conducta para la vida. Un ejemplo a seguir, aunque esos rígidos patrones elegidos en principio libremente, les alejan de una manera inclemente de lo que son, o podrían llegar a ser, si su camino no estuviera marcado por tan barroco modelo de conductas con el que somos literalmente asaeteados desde todos los medios de comunicación.
La pieza cuenta con un dialogo hilarante sobre la oportunidad de pronunciar una idea rompedora con la que se te identifique. Las tres están de acuerdo que, lo mejor es repetir lo expresado por algún influrencer reconocido. Aunque claro, corres el riesgo de que te clasifiquen. Lo que por una parte es incómodo, y por otra no te obliga a pronunciarte más sobre el tema, aunque llegan a la conclusión, de que la postura perfecta es saber administrar los silencios, como medida cautelar perfecta cuando ninguna idea es propia.
Cuantas partes de nosotros mismos tenemos que atrofiar o ampuntar, para lograr ser como creemos que debemos de ser, para aproximarnos al concepto de lo que creemos que es tener éxito. Pues metidos en harina, no hay vuelta atrás hasta que borremos cualquier rastro de nosotros mismos.
Hay una frase que no puede poner de una manera más clara la oquedad de nuestro afán, y la cosificación a la podemos llegar a someternos. La frase es “Para que queramos que nos quieran, si podemos conseguir que nos admiren”
La puesta en escena es avasalladora con el público, hacia el que avanzan sin vuelta atrás, y funciona, creando la tensión suficiente para conocer lo que significa transitar por el fino alambre de lo que no somos, con el riesgo permanente de caer y encontramos con nosotros mismos. Un riesgo que no corren únicamente nuestras protagonistas, que de alguna manera son un metáfora mágnificada, de algo que a nadie nos es ajeno.
Las tres actrices ponen sobre el escenario toda la energía que precisa el montaje que, por un colapso de información mal digerida sobre los modelos a seguir acaba en una necesaria catarsis, dejándole al publico su conclusión.
Enhorabuena a Claudia Lafuente, Elena Villa y Ana Ruth Resco las tres actrices, a Josete Corral dramaturgo y director, a Vicror Longás, responsable de la escenografía e iluminación, y a Berta Navas que viste y reviste a las actrices con acierto, porque entregáis al público un trabajo fresco y como requiere la muestra, Imparable.

Las actrices en un momento de la catarsis de Dirty Acting, con dramaturgia y dirección de Josete Corral para Vida Cantina
Dirty Acting está programada los días 22, 23 y 24 de septiembre en Nave73 -Madrid-, dentro de la programación de la V muestra de nuevos creadores escénicos Imparables, más información AQUI.
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN Josete Corral TEXTOS Josete Corral, Elena Villa, Fyodor Dostoyevski, Michel Foucault, Judith Butler, William Shakespeare y Donatien Alphonse «Marqués de Sade». INTÉRPRETES Claudia Lafuente, Elena Villa, Ana Ruth Resco ESCENOGRAFÍA E ILUMINACIÓN Víctor Longás VESTUARIO Berta Navas PRODUCCIÓN Vida Cantina