Alberto Velasco representa «Vaca» unas pocas fechas en la madrileña sala TÚ, para despedir un trabajo que creó hace siete años, por el que ha conseguido el Premio de la Unión de Actores como Mejor Actor de Castilla y León 2008, Premio Mejor Espectáculo Festival Internacional TAC Valladolid 08 y Mejor Artista Joven de Castilla y León 2008-2009, y que sin duda fue una inflexión tanto en su vida personal como de creador. Me parece muy precisa la palabra «inflexión» porque, en una de sus acepciones significa «Punto de una curva en que cambia de sentido su curvatura» y «Vaca» es un ejercicio o preforman, en que no está claro, o lo está totalmente donde está el punto de la curva que cambia el sentido entre el personaje y la persona.
El canon estético obliga, pero los caminos de nuestra mente son inescrutables, y basta que nos torture un pensamiento, para que contraataquemos con una acción que empeore la situación, en este caso si lo que nos obsesiona es la rotunda redondez de la gordura, el tapón a esa ansiedad lo pondremos devorando toneladas de comida.
En «Vaca» se cuestiona de alguna forma, por qué no podemos sentirnos cómodos con nosotros mismos, la mayoría del personal al que se le formule esta pregunta achacaría su mal a la presión exterior, pero tampoco está tan claro que obedezcamos a esa presión con tanta sumisión, porque en este caso, es mayor la presión y rechazo que sufre un gordo por estarlo, que para que adelgace. En estos casos parecería casi un desafío dictado desde el inconsciente que nos hace revelarnos: Si no me queréis gordo, yo sufriré hasta la muerte pero seguiré gordo.
Velasco, con su espectáculo parece que quiso hacer de su necesidad virtud, realizando un trabajo de barricada: Si al canon social no le gustan los gordos, pues yo me presento con camiseta imperio y un escueto slip de la peor calidad, bailo, canto ante el público en un reto que para mí tiene más de autoafirmación personal que de denuncia, lo que da mayor valor a la preforman y un sentido al hecho artístico que hace que pueda ser saludable para abanicarse complejos el observado y para reflexión del que observa.
El espectáculo resulta divertido pero el juego es duro y sin tregua, y el trabajo del artista es muy expuesto, sin escatimar esfuerzo alguno por cultivar lo grotesco e incidir en la provocación, colocándose en el filo de la navaja porque el material con el que trabaja es su propio cuerpo, con sus redondeces, su pelo por la espalda, sus varices y que una vez acabada la función, duchado, vestido y perfumado es con el que ha de continuar sus luchas y hallar sus goces.
Yo la función la disfruté del principio al final y aplaudí hasta que me dolieron las manos, pero al salir siempre queda la reflexión de si merece la pena exponer tanto, no resulta un ejercicio algo masoquista para el artistas desnudar así un estado, cuando ese estado físico no pertenece ni a caracterización, ni a vestuario y mas allá del espectáculo puede ser transitorio porque todo es siempre mejorable.
Está claro que preferimos ser insultados que ignorados, Alberto Velasco hace una función rotunda, con un humor punzante y mucho empuje, un trabajo en el que hay una parte de reivindicación y otra de provocación, y siempre que hay provocación puede haber respuesta es lo suyo y lo deseable, porque eso precisamente es lo que hace que el espectáculo esté vivo.
No perdáis la oportunidad de ver a «Vaca», cuando un artistas con talento realiza una función de riesgo en la que lo entrega todo sin codicia, se convierte en algo irrepetible y que sólo se tiene la oportunidad de ver una vez.
Sala TU Calle Velarde, 15, 28004 Madrid
Titulo Vaca / Dirección y interprete Alberto Velasco
Fechas: miércoles 5, 12. 19 y 25 de de noviembre a las 20:30 horas
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