Durante más de cinco siglos el conflicto israelí-palestino se ha ido gestando en Oriente Próximo hasta dar a luz a una de las situaciones más complejas que ha dado la Historia: la creación de la Franja de Gaza y Cisjordania, los llamados Territorios Palestinos. Como la vida misma siempre ha servido de inspiración para el cine, lo que podría haber sido la enésima visión acerca del conflicto que aún a día de hoy viven árabes y judíos en dichos lugares, se convierte en una deliciosa comedia satírica llena de crítica político-social, ganadora del César a la Mejor Ópera Prima 2012, el mismo año del triunfo de The Artist.
Rodado en Malta, el debut del novelista francés Sylvain Estibal presenta una historia centrada en el año 2005, antes de la retirada israelí de la Franja de Gaza, sobre un mísero pescador palestino que un día encuentra en sus redes un cerdo vietnamita. Jafaar (Sasson Gabay) decidirá anteponerse a su propia religión cuando descubra que cierto mejunje porcino le servirá para iniciar una (divertidísima) relación comercial con Yelena (Myriam Tekaïa) una joven judía. Y es que, como de todos es sabido, según dicta la norma del Corán, el cerdo es aquel animal impuro que ni siquiera puede pisar la tierra sagrada, una tierra que, como bien refleja Estibal a lo largo del metraje está claramente dividida en lo que a culturas y mentalidades se refiere. Con un tono cómico muy a la francesa, el ritmo de la historia no decae en ningún momento y juega con las relaciones entre los personajes secundarios para acabar de construir una red de situaciones que convergen en una conclusión final tan idealista como realista: la paz. Destacadas son las secuencias que comparten la bellísima esposa de Jafaar, Fatima (Baya Belal) y uno de los soldados que vigilan su casa desde el tejado (Ido Shaked), ambos enganchados a una telenovela brasileña que les sirve para llegar a la conclusión a la que llegará la propia película en su desenlace.
Sin caer en la arrogancia ni en la a veces muy mal valorada crítica social, Un cerdo en Gaza se convierte en una entretenida comedia con momentos impagables (véase el interrogatorio a Jafaar mostrándole las fotografías de cerdas incautadas, entre las cuáles encontramos a la teleñeco Peggy) que harán disfrutar al espectador más exigente que esté dispuesto a pasar un buen rato riéndose de la cruda realidad sin caer en lo zafio, y que da unas pinceladas de humor absurdo perfectamente resuelto que no desentona en el resultado final del film. Con dos años de retraso, se estrena en nuestro país esta humilde historia dispuesta a tocarnos el corazón y deleitarnos con una visión positiva de una parte de la cruda memoria colectiva actual. Una pequeña maravilla.
Un cerdo en Gaza (2011), de Sylvain Estibal, se estrena en España el 8 de noviembre de 2013