La vida nos empeñamos en cifrarla en décadas, periodos, años, pero eso no va más allá de la necesidad de datar las cosas con la ilusión de tenerlas controladas. Ningún suceso vital como la niñez, adolescencia, juventud o vejez tiene fecha exacta de inicio. En nuestra existencia hay otro tipo de calendario que marca el antes y el después y viene dado por los sucesos que nos marcan. Este es el caso del cineasta Bernardo Bertolucci, que a sus 72 años quizá sea hoy más joven que hace ocho años cuando tuvo que aceptar una enfermedad que lo mantendrá postrado en una silla de ruedas el resto de sus días.
La última película del cineasta italiano fue Soñadores (2003), después su enfermedad de la que hay pocos datos, y ahora vuelve con una película basada en la novela de Niccolò Ammaniti, titulada Tú y yo. Si en Soñadores (2003), nos mostraba a tres jóvenes, una chica y un chico que son hermanos y un tercero que irrumpe en su vida cotidiana, junto a él viven desde su asentamiento sofisticado y burgués su particular Mayo del 68 parisino, en Tú y yo encierra a unos hermanastros, también burgueses, en el tratero de su acomodada casa. Un trastero que por su dimensión y ventanas sería suficiente para ser habitado por cualquier mortal como vivienda.
Lorenzo (Jacopo Olmo Antinori), de 14 años, es el que organiza el encierro. Vive una adolescencia en la que entiende poco lo que ocurre a su alrededor y elije ser libre durante unos días con el pretexto de que sus compañeros de clase están esquiando, en su deseado aislamiento le sorprende su hermanastra Olivia (Tea Falco), nueve años mayor que él. La joven es toxicómana, y es la hija de un matrimonio anterior de su padre, un hecho que todos prefieren olvidar, y si se queda, es porque no tiene a donde ir. Lorenzo, en principio, ve invadido su espacio y protesta, pero la joven de algún modo le abre los ojos a un mundo que aún no conoce y acaba sintiendo por ella un cariño casi protector.
Bertolucci se maneja muy bien en los espacios cerrados, no olvidemos las asfixiantes secuencias de El último tango en París (1972) , pero al tiempo es un cineasta muy teatral en sus parlamentos, en 1900 (Novecento) (1976) las avanzadas de proletarios tienen algo de desafío escénico y de opereta. Tú y yo es muy teatral, y los actores parecen estar elegidos a drede para que en un principio no esté cómodo con su físico el espectador. El adolescente, Lorenzo (Jacopo Olmo Antinori), tiene un acné imposible y a la bella Tea Falco no le falta lunar ni accidente epidérmico en su cara, pero del mismo modo que los hermanastros aprenden a soportarse y a quererse el espectador los acepta.
En el Festival de Cannes fue ovacionadísima por crítica y público, también hay quien la ha tratado como obra menor, para mí ha elegido una historia sencilla, casi minúscula, y la ha rodado de una forma intimista. Que no tiene la plasticidad de El último Emperador (1987) , ni la densidad asfixiante de El último tango en París (1972), pues no, pero Bertolucci ha vuelto y es un maestro.
Tú y yo (2013), de Bernardo Bertolucci, se estrena en España el 26 de julio de 2013