En The Queeret, Alba Mariño es Ester: niña medio china adoptada y fan del karaoke, Jorge Pascual es Otto Push: nacido en república checa y con sangre de corista y Carlos Munera es Petit Coplin: francés, occidental y amante de la revista española.
Los tres artistas juegan con las cartas del cabaré, que a diferencia del teatro, no se exige al espectador que permanezca callado, en el cabaret se bebe, se comenta y se jalea. No existe la cuarta pared y los tres artistas realizan un malabar sugerente y provocón, donde nos proponen una función, y un juego, revestidos para el rito de escuetos cueros, armados con su afilada lengua, blanden el marabú para abanicar miedos y prejuicios.
Desde que Bob Fose, rodara la película Cabaret, en el siglo pasado la visión de este género varió, y recordó la demoledora denuncia que contenía el cabaré, que iba del azote a la hipócritas prejuicios morales, a la profunda crítica a cambios sociales y políticos, que se reflejaban en el escenario como en un espejo, en la obra de Fose en concreto el crecimiento del nazismo.
En el escenario mujeres guapas, aparentemente fáciles, y hombres ambiguos que pintados como puertas y revestidos de bufones cantan las verdades con ahínco y desparpajo a un público al que no se le pide en absoluto que se comporte.
El bufón era al único que se le permitía decir las verdades al rey, y entre lo bufonesco y lo cómico es la única forma en que asimilamos nuestros miedos y nuestras verdades. El bufón decía la verdad al rey, y el actor se reviste de bufón para dar respuesta a las preguntas, que a veces no nos atrevemos ni a formularnos, por los mil diecisiete miedos que nos produce mirar a nuestro interior, expresarnos con libertad y vivir de una forma acorde con lo que nos propone nuestro propio cuerpo.
El cabaré tiene una vocación de denuncia y la compañía Réscenico toma el testigo de un género que se adapta al tiempo, sin perder la forma, con una continuidad a la que no han afectado ni guerras, ni hambrunas. Nace en Francia que le da su nombre «Cabaret», que no significa otra cosa que taberna, pero una taberna muy peculiar, donde se muestra un variedad que camina por la delgada línea de lo patético, lo frívolo y lo trascendental, como reflejo fiel del esperpento de la propia vida. Por lo que su escenario han acogido de igual modo a artistas con inquietudes existencialistas como Brassens, Gréco o Piaf, que a travestis y transexuales, a veces mostrados como monstruos de feria, pero el Cabaré es punzante en todas sus expresiones, y de algún modo ha dado visibilidad otorgando foco y color a una condición condenada al ostracismo, ya a principio del siglo la deliciosa Collet, pregonaba la dichas del placer lésbicos desde estos pulpitos, de igual modo que a mitad de siglo en Alemania les sirvieron a Brecht y Weill, para denunciar los excesos del nazismo, pero siempre como una incisión cómica y sin que falte nunca la música.
El nombre de «The Queeret», los componentes de Rescénico, lo definen como «la unión de las palabras Queer que significa raro y Cabaret. Queer es algo difícil de definir pero podríamos decir que es lo que se sale de la norma establecida«
Jorge Pascual, Carlos Munera y Alba Mariño realizan un trabajo fresco, y muy ágil, cantan, bailan, realizan un complicado estriptis, en el que con sus seis manos manejan seis abanicos, que hurtan a la mirada la parte de su anatomía que por el propio juego suscita mas interés de ver.
He tenido la oportunidad de ver la función en varias ocasiones, y aunque la plantilla del espectáculo es la misma, nunca es igual el resultado, y es obvio porque la interactuación con el público lleva a lugares insospechados, de lo que he sido testigo es de que los asistentes siempre disfrutan con los personajes de Ester, Otto y Petit, tanto con sus números, sus juegos y sus concursos, como con los artistas invitados que se unen a cada función con regularidad, o son ellos mismos los que recrean otros personajes, los actores Jorge Pascual y Carlos Munera realizan trasformaciones camaleónicas, y Alba Mariño es una actriz guapa, enigmática y sugerente, que aporta un toque muy personal al trío, y se complementa a la perfección con Pascual y Munera, dos actores que no pueden ser mas diferentes, ni encajar mejor sobre el escenario.
«The Queeret», con Jorge Pascual, Carlos Munera y Alba Mariño se puede ver a partir del 3 de septiembre de 2015 en La Nao 8 de Madrid, todos los jueves a las 22.30 horas