Inés Kerzan en Terror y cenizas de la Iglesia Católica en la Guerra Civil Española de la Compañía Paso-Azorín.
Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.
Jorge Luis Borges
Por Coral Igualador
Hoy se celebran los Santos Inocentes. Cuenta la leyenda bíblica que Herodes asustado porque, según los astros, nacería un niño que lo iba a destronar mando matar a todos los nacidos en la fecha señalada por los visionarios. La matanza de los inocentes. Leyendas crueles las que relata la Biblia.
Cito esta leyenda a colación de lo que veo en escena cuando cinco jóvenes actrices dan vida al terror acaecido en la nuestra guerra patria mas reciente, de la que no nos separa ni un siglo y del que siguen vivas personas que la sufrieron. Esta propuesta forma parte de la trilogía sobre memoria histórica que Ramón Paso arrancó hace pocos años.
El título completo de la obra: Terror y cenizas de la Iglesia católica en la Guerra civil española.
Explícito y contundente.
El terror está servido cuando se combina mujeres, y un grupo de falsa moral, centrado en la Iglesia, la católica, esa tan nuestra que se posicionó en su mayoría en el bando de los vencedores, por convicción y/o por conveniencia. El poder ejecutado desde la violencia física, verbal y sexual por los que nos debían proteger el cuerpo y el alma.
Poder avalado por ser, al fin y al cabo, los que tienen la sartén por el mango y olvidarse de su verdadero objetivo, perdido siglos atrás en un predicador del desierto.
Una bomba de relojería de víctimas y verdugos que se desarrolla en varias escenas, casi todas con tinte sexual y de violencia, que van de la mano en eso de ejercer supremacía sobre los débiles, o inferiores –como se consideraba a la mujer- sacando el instinto animal primigenio, que parece ser permitido y desarrollado sin piedad en los conflictos bélicos.
Dureza teatral sin tregua; como tuvo que ser la vida de muchos durante este periodo que se debe recordar para no repetirlo, ni en nuestras carnes ni en las del vecino. Para que las cenizas, como en el ritual de semana santa, nos marque la frente y recordemos que ser polvo, aun como ley de vida, no debe de ser decisión de otros si no de nuestra propia naturaleza.
Una dureza apoyada en la hipocresía de los que a Dios ruegan y con el mazo dan: violaciones de niñas, venta de bebés, denuncias, esclavitud, prostitución… Un abanico de atrocidades, que basadas en testimonios reales, nos escupen a la cara estas angelicales muchachas, actrices, que lloraron la primera vez que leyeron el texto, y que abren la función en un rítmico vaivén donde se impone el ¡Callaté! ¡No digas nada! Silencio. Eso se busca cuando ocultamos, su relato teatral pretende gritar el horror.
Ellas, paseando en doce escenas, cambiando su papel, aunque es uno solo, el del sexo femenino víctima universal de los conflictos, nos muestran la vulnerabilidad y la supervivencia con grandes aciertos interpretativos.
Una obra que se vive con tensión, como no podía ser menos, quizás algo liberada en la escena de tres prostitutas, o en la de la loca que se cree la Virgen María (texto interesantísimo)
De nuevo en esta miscelánea de escenas, con nexo común, algunas destacan para desarrollarlas hacia una obra más larga, algo muy característico de Paso.
Un final liberador de solidaridad, quizás para abrir una rendijita a la esperanza. Rendija pequeña, ya que el contexto es aprisionador.
Porque no es esperanza lo que se busca con esta obra, o quizás si, porque cuando se muestra desgarradamente el testimonio de lo que sucedió, cuando se enseña es un paso para concienciar de que no vuelva a suceder, y en el reflejo educativo subyace la esperanza de un mundo mejor.
Y si bien comencé con una reflexión de Borges, haciendo hincapié en que la memoria nos constituye, quiero acabar con un frase de Lewis Carroll: ¡Que pobre memoria es aquella que sólo funciona hacia atrás!
Que recordar no sea una venganza, que nos convierta en conscientes de que aquí y ahora el hombre puede decidir vivir en paz.

Patricia Bertrand, Laura de la Vega, Inés Kerzan, Ramón Paso, Ana Azorín, Angela Peirat. Cía. Paso-Azorín.
Titulo: Terror y cenizas de la Iglesia católica en la Guerra civil española/ Director y Dramaturgo: Ramón Paso /Compañía: Paso-Azorín/ Ayudante de dirección: Blanca Azorín, Laura de la Vega, Daniel San Miguel / Actuación: Ana Azorín, Ángela Peirat, Inés Kerzan, Laura de la Vega, Patricia Bertrand/ Vestuario: Sandra Pedráz Decker/ Diseño de iluminación: Pilar Velasco/ Fotografía: María Jordan
Vi esta función en la Sala El Montacargas C/Antillón, 19
Jueves a las 20:30