Teoría del partisano, de Carl Schmitt

Teoría del partisano, de Carl Schmitt

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, y después de pasar por Núremberg, Carl Schmitt fue forzado a dejar la universidad. Desde entonces, su docencia quedaría fijada en libros y conferencias. Entre los países que le recibieron con especial mimo y atención, podríamos incluso utilizar la palabra veneración, fue España. A nuestro país vino en diversas ocasiones y sus libros eran rápidamente traducidos al castellano. Normal, su discurso político encajaba muy bien con el régimen franquista.

Teoría del partisanoTeoría del partisano. Acotación al concepto político (2013), tiene su origen en la conferencia que en 1962 Schmitt pronunció en la Universidad de Zaragoza en el Tercer curso sobre defensa nacional, una actividad organizada por la cátedra “General Palafox”, y que fue bautizada como “Teorías modernas sobre el partisano”.

En esta obra, destacan tanto la brevedad, apenas 115 páginas, como la contundencia y claridad del discurso de Schmitt. Puede uno estar o no de acuerdo, pero nadie le puede arrebatar a este alemán que formó parte del Partido Nacionalsocialista, la fuerza y precisión de su discurso. Decir, también, que por su obra fue amenazado por las SS, algo que le costaría no formar parte de la primera línea pública.

En Teoría del partisano, Schmitt toma como punto de partida el contexto histórico y político en el que los Estados permanecían en sus relaciones mutuas en el estado de naturaleza hobbesiano. Esto se traduce, en que mientras una paz relativa gobernaba la política interna de un país, la política exterior estaba marcada por la guerra. Los conflictos bélicos entre distintos Estados, Schmitt los define como “un duelo de caballeros”, en los que se distinguía entre civiles y militares, entre combatientes y criminales, y lo que es más importante, entre guerra y paz, esto último, implica la posibilidad de que entre los distintos Estados se alcancen “verdaderos tratados de paz”.

Con la quiebra del nomos antiguo continental, el fin del estado de cosas que acabamos de describir, nace la figura que será el objeto de análisis en esta obra de Schmittt, nos estamos refiriendo al partisano, que será descrito de la manera que sigue:

El combatiente que criminaliza a su adversario y se propone exterminarlo por todos los medios. Es el combatiente irregular que se confunde con la población civil y ataca por sorpresa a las tropas regulares en la retaguardia. No porta sus armas a la vista, no se identifica como combatiente, y su lucha imprevisible no renuncia a nada que pueda dañar al enemigo»

Para Carl Schmitt, la figura del partisano se inicia en España, en la Guerra de la Independencia que la invasión napoleónica desencadenó. Partisanos, que además de cumplir con las características antes dadas, añadieron la nota final a la definición: el nacionalismo, ya que ellos nace como una forma de resistencia contra el invasor extranjero en la población.

Nacida en España, por casualidad histórica o no, la figura del partisano toma a lo largo del XIX y el XX una relevancia universal, porque sus métodos reaparecen en otros movimientos políticos. Schmitt, en este sentido, señala a Lenin, “que destruyo sin miramientos todos los acontecimientos tradicionales de la guerra”, a Stalin en su lucha contra el ejército alemán, a Mao Zedong, a la guerra dirigida en Cuba por Fidel Castro y Che Guevara, y a la forma en la que el Vietcom plantó cara al poderoso ejército americano.

Con el partisano, se pierde esa definición de guerra como un “duelo entre caballeros”:

El partisano moderno no espera ni gracia ni justicia del enemigo. Dio la espalda a la enemistad convencional con sus guerras domesticadas y acotadas, y se fue al ámbito de otra enemistad verdadera, que se enreda en un círculo de terror y contraterror hasta la aniquilación total»

Ahí, en el último concepto, en esa “aniquilación total”, es en donde debemos poner nuestro ojo intelectual. No se trata ya de guerras entre Estados, guerras reguladas en las que se distingue entre el civil y el militar, entre el soldado y el criminal, entre la guerra y la paz. La guerra que el partisano desemboca, se convierte en una guerra ilimitada en la que ningún acuerdo de paz será ni verdadero ni duradero. El odio al enemigo, su crinminalización hasta eliminar el rango de persona, es absoluto, tanto, que pasa de generación en generación como una oscura y temible herencia.

Más allá del uso político que pueda dar Schmitt a su análisis, uso político y biográfico, nos interesa este ensayo por la actualidad que contiene, como ejemplo, basta ver el terrorismo internacional que nos sacude, y, cómo no, la forma en la que ese terrorismo es combatido por los países que lo sufren, ya que ambas partes han adoptado la forma de guerra del partisano, quedando en el medio de sus disputas el ciudadano de a pie que se convierte en una víctima necesaria y justificada. Aquí, en la conceptualización de un fenómeno que padecemos, está el valor de esta obra, pero también, en el interés que late en cada página por buscar una acotación jurídica que regule y prevenga los daños. En definitiva, estamos ante un ensayo que abre toda una caja de Pandora al ponernos ante una la fea realidad que nos sacude.

Teoría del partisano. Acotación al concepto de lo político. Carl Schmitt, Trotta, 2013. Prólogo de José Luis López de Lizaga y Epílogo de Franco Volpi.

Autor

Soy filósofo y hago cosas con palabras: artículos, aforismos, reseñas y canciones. De Tarántula soy el cocapitán y también me dejan escribir en Filosofía Hoy. He estado en otros medios y he publicado algo en papel, pero eso lo sabe casi mejor Google que yo.

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