En la imagen los actores César Camino y Ana Azorín, que rinden al público con su interpretación en Sueños de un seductor, de Woody Allen, dirigidos por Ramón Paso Foto Ramón Paso
Por Luis Muñoz Díez
Sueños de un seductor, de Woody Allen, se estrenó en teatro como “Aspirina para dos”, su adaptación al cine por el director Herbert Ross, supuso el inicio de la estela Woody Allen. Un antihéroe: hipocondriaco, cinéfilo y feo.
La comedia Aspirina para dos, de Woody Allen, se estrenó en el teatro Marquina de Madrid en mayo de 1980, del siglo pasado, traducida y adaptada por de Juan José de Arteche, ahora Ramón Paso se une a Arteche, y nos presentan esta versión bajo el título de “Sueños de un seductor”.
“Sueños de un seductor”, al ser de los primeros trabajos del cineasta, no cae en los tópicos de su fértil obra, en que sus fans podían augurar con antelación las respuestas de su genio, haciendo de lo obvio virtud, al sentirse parte de la «obra» del idolatrado Woody Allen.
El lenguaje de Allen, es directo. No tiene en cuenta la cuarta pared, y en cine dialogan sin problema los personajes míticos de la historia del cine, con los que él crea, en sus obras no hay nada imposible, y lo deseado se logra sin dificultad.
Si Allen es rápido y directo, Ramón Paso controla todos los palos del teatro, tanto en el drama donde lo presenta en su mera desnudez, como en la comedía como un ejercicio de gozo y recreo.
La elección de la obra es un acierto, porque al margen del reclamo del nombre del autor, lo que sucede en el escenario podría ocurrir en el piso de al lado, o a cualquier vecino o amigo. El logro que nos hace empatizar con los dos personajes principales está en mostrar su vulnerabilidad, sin hacer caricatura.
La función es ágil y divertida, y el público conecta rápido y se hace cómplice desde el principio de la vitalidad de la obra.
En el programa de mano nos avisa, que la compañía PasoAzorín presenta Sueños de un seductor de Woody Allen bajo la mirada de Ramón Paso.
Dado que Paso, es responsable no sólo de la mirada, que también de la dirección, se nota su diestra mano en todo. Lo reconozco en los personajes “burbuja” que interpretan: Inés Kerzan y Ángela Peirat, dos actrices estupendas en manos de un director que maneja como un mago “un mundo femenino”, sazonado de sofisticada excéntrica, como le ocurría a su bisabuelo Jardiel Poncela.
César Camino realiza un trabajo extraordinario, logra el difícil reto de que lo veamos como Alex Fix, desde el minuto cero, se apodera del personaje como si fuera el actor que lo compone por primera vez sobre un escenario.
La réplica se la da, la conocida actriz Ana Azorín, que suma un físico delicado, y una forma de hacer propia y brillante, con el valor añadido de contar con una mirada que sabe interpretar cuando calla y piensa, donde se muestra lista como una ardilla, y cuando parece que ha decidido su respuesta es contundente.
El triangulo amoroso lo cierra Carlos Segui, un actor habitual de la compañía PasoAzorín, que sujeta con generosidad el protagonismo indiscutible de su mujer y de su mejor amigo, en escena.
“Sueños de un seductor”, de PasoAzorín, es una función que vale para todos los meses del año, pero es un aliciente sin competencia disfrutarla en este verano de calor inclemente, en una sala fresquita.
No lo duden acudan a ver esta función, es un regalo.
El montaje de “Sueños de un seductor”, se estrena el viernes 17 de julio y estará todo el verano en la sala Lola Membrives del Teatro Lara, viernes a las 19:30 y sábados a las 22:00
Autor Woody Allen Versión Juan José de Arteche y Ramón Paso Traducción Juan José de Arteche Dirección Ramón Paso Reparto César Camino, Ana Azorín , Carlos Segui, Inés Kerzan y Ángela Peirat Producción Ejecutiva PasoAzorín Teatro Dirección de producción Inés Kerzán Iluminación Carlos Alzueta Espacio Escénico PasoAzorín Teatro Diseño de vestuario Inés Kerzan y Ángela Peirat Fotografía Ramón Paso Diseño gráfico Ana Azorín Jefa de prensa María Díaz Ayte. dirección Blanca Azorín Ayte. de producción Sandra Pedraz Decker y Ainhoa Quintana.