Cuando esta noche Gary Kemp, Martin Kemp, Tony Hadley, John Keeble y Steve Norman salgan al escenario del Palacio de los Deportes madrileño, el público asistente a buen seguro no llevará el pelo cardado ni vestirá trajes de gánster ni sombreros Fedora y mucho menos turbantes de jeque o blusas con chorreras. Pero retendrá el aliento cuando el vocalista ataque Round and round. Y lo mismo pasará mañana viernes en el Palacio Euskalduna de Bilbao y sábado y domingo en los barcelonés Jardines de Pedralbes.
Y es que aunque le parezca increíble a las nuevas generaciones, hubo un tiempo en que la estética acompañaba siempre a un estilo musical. No era concebible llevar puesta una determinada indumentaria si esta no servía para decirle a todo aquel con el que te cruzabas por la calle que eras seguidor de determinada corriente o grupo. Podían ser, desde luego, camisetas con portadas de los discos de una banda determinada o conmemorativas de una gira pero también un outfit que te identificaba con una determinada tribu urbana. Los mods vestían invariablemente con gabardinas largas y polos entallados como los usados por su grupo de referencia, The Who, y tenían una especial predilección por los peinados al estilo college boy ellos y garçon ellas. Los mods eran a menudo confundidos en nuestro país con los siniestros, nunca entendí bien porqué ya que estos últimos preferían el pelo cardado, los corsés, la iconografía religiosa y seguían, entre otros muchos grupos, a The Cure.
Y luego estaban los nuevos románticos, un subgénero musical y estético nacido de la new wave inglesa de principios de los 80 donde se combinaban el maquillaje y los cardados punk con todo aquello que pudiera remitir a una sofisticación de glamour autoconsciente.
Y, aunque había muchos grupos que se adscribieron a esta corriente (Visage, Ultravox) fue uno el que más éxito masivo y una carrera más larga desarrolló: Spandau Ballet.
La banda actuó por primera vez el 17 de noviembre de 1979 y tan solo un mes después, Chris Blackwell, jefe de Island Records, les ofrecía un contrato discográfico que rechazan para poder apostar por su compañía propia, Reformation.
Tras varios conciertos sin disco en la calle es finalmente Chrysalis la compañía dispuesta a coeditar sus grabaciones y lanza Cut a long story short preludio del álbum Journey to glory. Con Chant n° 1 llega a la cúspide de las listas y abre un nuevo camino a la banda, que inmediatamente inicia una gira por las principales capitales europeas de la música: Madrid, París, Milán, Roma, Florencia e Ibiza.
En abril de 1982, la banda publica Diamond, álbum dividido con una parte dance y otra digamos más experimental. EI tercer disco de Spandau Ballet, True, publicado en la primavera de 1983, fue el mayor éxito de la banda.
En julio de 1984 publican Parade, que también llega a los primeros puestos de las listas europeas. La gira posterior World parade tour llegaría a sumar 800.000 espectadores; de ellos 140.000 sólo en Gran Bretaña. El quinto álbum, Through the barricades se publica en 1987. Tras una gira menos exitosa, la banda entra en crisis y se toma una larga pausa hasta que publica su nuevo single Be free with your love anticipo de su nuevo álbum, Heart like a sky que marcó el final de la primera etapa de su carrera.
Tras años de pleitos por el nombre y las regalías de las canciones, la banda se reúne de nuevo en 2009 para el denominado Reformation tour al que seguirá este 2015 la gira Soul boys of the western world que les trae ahora a España.
Aunque abandonaron la estética new romantic con True, Spandau Ballet siempre tuvieron y tendrán mucha más clases que los grunges e indies que les sucedieron.
Más información en:
http://www.spandauballet.com/