Por NACHO CABANA
Se dice que la primera actuación del Sonar Club del viernes, la que tiene lugar en torno a las 22:00, es la reservada a la nostalgia. Por este horario hemos visto desfilar (con el consiguiente goce) a Duran Duran, Jean-Michel Jarre o New order (¿para cuándo una banda española, por ejemplo Aviador Dro, en este slot?).
Sónar 2024 no iba a ser menos y los elegidos fueron nada menos que Air quienes conmemoran el 25 aniversario de su mítico primer disco Moon Safari, que interpretaron íntegro y por orden (sí, hubo un tiempo en el que el orden de las canciones era relevante y los discos se escuchaban enteros).
Enmarcados en un rectángulo blanco con techo y suelo de espejos y pantallas de leds que permitían fogonazos puntuales de luz, Air aparecieron de blanco impoluto para recordarnos que en la semilla del “trip hop” estaba el jazz. Y que el techno puede ser tan progresivo como el rock y la música electrónica puede servir para bailar pegados.
La segunda parte del concierto de Air fue ocupada por temas de sus LP´s inmediatamente posteriores al homenajeado culminado con Don´t be light y Electronic perfomers de 10.000 Hz legend (2011) que fueron precedidos por High school lover, de la banda sonora de Las vírgenes suicidas y Run de Talkie walkie.
Tan tradicional como esa “sesión corazón” en el Sónar club es la actuación, inmediatamente después ,en el Sónar Pub de bandas con bases más acústicas que electrónicas. O, por decirlo de otra forma, cantantes que no dependen de las maquinitas para elaborar su sonido. Así pasó el año pasado con Fever Ray y ha vuelto a suceder en este 2024 con Jessie Ware, por mucho que los estilos de ambos artistas no tengan nada que ver.
Tiene Jessie Ware auténtica madera de estrella de club de los años 50, no en vano la escenografía de su show estuvo presidida por un neón que rezaba “The Pearl” mientras que su vestuario no llamaba a engaño. Pero es que, además, Ware se ha convertido en un icono de la comunidad LGTBI+ a la que regaló una memorable versión del Believe de Cher habiendo centrado previamente el setlist en su último lanzamiento That! Feels Good! (con la que abrió su recital). Jessie Ware posee, sin lugar a dudas, la mejor de las voces que se han escuchado en este Sónar 2024: no solo porque prescinde, obviamente, de autotunes y demás sino porque llega con su voz a la nota que le dé la real gana. Estupendo el remix de Running conformado por Hot N Heavy y What’s Your Pleasure?.
Ver después de Ware a la Goony Chonga puede ser un bajón si uno no cambia lo suficientemente rápido el chip mental. Esta suerte de La Zowie versión Miami comparte con la española nacida en Francia el desparpajo y la hipersexualización de sus letras, movimientos y grupo de baile. Seguro que algún sociólogo está ahora mismo estudiando cómo es posible que se puedan conjugar letras como “todo lo que quieras / yo te lo hago / yo te lo hago” con el empoderamiento femenino.
Más o menos después vinieron Adriatique que culminaron con una electrónica sin escondrijos la agotadora jornada del viernes de quien esto escribe.