«Edipo fue víctima de su propio destino, y nada pudo impedir que se cumpliera»
Aina de Cos, ha escrito una pieza dramática corta, y la ha titulado con un nombre simbólico Solo cuando llueve, se hace y nos hace esta pregunta: ¿Somos libres para decidir en circunstancias extremas? y la respuesta pese a quien pese es «posiblemente no»
Es difícil escribir sobre una pieza de teatro corta sin destriparla, porque a poca información que desveles se pierde un minuto precioso en la sorpresa de la trama, y no es mi intención hacerlo.
Solo cuando llueve nos presenta a una mujer que entra en un bar, así fija un espacio y ancla la historia en una época indefinida de la pos-guerra civil española. Nuestra protagonista entra en el bar buscando justicia, pero cuando mira a los ojos del hombre al que quería ver muerto, su mirada no es la que esperaba. La mirada y la actitud del hombre le desconciertan. El hecho atroz es el mismo y el hombre es el ejecutor de la tropelía con toda seguridad porque lo confiesa abiertamente, y la autora nos pregunta: ¿Estás preparado para escuchar lo que quieres oír? Evidentemente la mujer no estaba preparada para escuchar lo que quería oír, para mayor desconcierto pensó que iba a encontrar una bestia y encontró a un simple hombre.
La autora consigue en minutos, algo que muchos no logran en una función con una duración estandar, y es que sus personajes crezcan. La mujer que entra en el bar, no es la misma que sale, aunque el mal sea irreparable y el dolor el mismo, y es de suponer que la visita tampoco haya dejado indiferente al hombre.
El logro de Cos, en su función es invocar a la duda. «La duda» es madre de la reflexión y germen de nuevas luces que agitan y cuestionan filias y fobias, y esas luces que se encienden pueden hacer mas llevadero el dolor, al dar nuevas perspectivas, aunque la herida sea la misma.
La apuesta es arriesgada y el discurso valiente, porque intenta caminar con los zapatos de quien no comprende, elige un tiempo y un momento aún caliente, en que la vida cotidiana se convirtió en una carnicería con una escalada de violencia que se autoalimentaba con más muertos, más odio, más sangre, y la valentía es que dibuja dos personajes de carne y hueso.
¿Qué bando sobre el papel fue el ejecutor? Los vencedores está claro y es incuestionable, pero como dice el canto «entre los vencidos el pueblo llano pasaba hambre y entre los vencedores el pueblo llano la pasó también» y ese pueblo llano a veces no tuvo posibilidad de elegir.
La función tiene una factura impecable, cuenta con un decorado y Antonio Albella y Aina de Cos se mueven por un espacio reducido con la misma pericia que si lo hicieran en el escenario de un teatro, es el resultado de unir a dos buenos actores bajo la dirección de un auténtico hombre de teatro, que toca todos los palos, y conoce como pocos los ingredientes que ha de tener una buena representación como es el caso su director Fran Arráez.
El actor Antonio Albella, afronta un personaje de entrada y de salida reprobable, pero el actor domina y defiende su personaje con una voz y un temple al que otorga una verdad incontestable. Aina de Cos, está honda y recrea en su personaje todo un abanico de sensaciones que experimenta desde que entra al bar buscando justicia a cuando sale incapaz de cumplir su venganza.
Dicen que lo bien hecho, bien queda, púes la función Sólo cuando llueve, está bien hecha.
Título: Sólo cuando llueve /Autor: Aina de Cos / Director Fran Arráez / Intérpretes: Antonio Albella, Aina de Cos / Mentxu Romero / Producción de Trama Teatro
Sólo cuando llueve, se estrenó el 2 de julio de 2014 y estará hasta el 27 de julio de 20:30 a 0:00