Sitges 2014. 1ª Crónica. Casas encantadas en tiempo de embargos

Sitges 2014. 1ª Crónica. Casas encantadas en tiempo de embargos

Las casas encantadas son un subgénero al que no le tengo especial aprecio ni manía, pero que nos acaba de regalar dos de los mejores títulos vistos en el Festival de Sitges 2014 hasta la fecha: Home de Nicholas McCarthy y, sobre todo, The Canal de Ivan Kavanagh.

La crisis económica ha afectado todos los aspectos de nuestra vida y, no por estarlo, las casas encantadas iban a escapar del drama. Este es el planteamiento de Home de Nicholas McCarthy, largometraje protagonizado por una agente inmobiliaria encargada de colocar las propiedades que el impago de la hipoteca por parte de sus compradores ha puesto en manos de los bancos. Se trata de una película cuya dirección está muy por encima del material narrado. No es que el guión (obra del propio director) sea flojo, de hecho es bastante eficaz en su dosificación de protagonismos y secuencias de efectos especiales, sino que la realización (especialmente en lo que a uso del espacio se refiere) está muy por encima de la historia. Los fans de la serie Glee  -2009- se alegrarán de descubrir en la pantalla grande a Naya Rivera (la “cheerleader” Santana en el show de Ryan Murphy) aunque a otros nos haya resultado especialmente grato el reencuentro con Catalina Sandino Moreno, inolvidable protagonista de María llena eres de gracia (2004) de Joshua Marston.

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«The Canal» de Ivan Kavanagh

The Canal, por su parte, es una película irlandesa que tiene el enorme mérito de copiar casi literalmente El resplandor (1980) de Stanley Kubrick y no sólo salir airosa del intento sino, además, parecer nueva y original. Sexta película de su director, The Canal consigue crear inquietud a partir de una historia de locura, celos e infidelidades contada a través de fantasmas y viejas películas mudas rodadas en celuloide. Cuenta con un buen reparto encabezado por Rupert Evans en el que sobresale una excelente Antonia Campbell-Hugues quien consigue en una sola secuencia dotar de verdad a su personaje y al del protagonista. The Canal da sustos y mal rollo, justo lo que los amantes de Sitges buscamos en este festival para sentirnos bien.

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«Housebound» de Gerald Johnstone

También en una casa encantada se desarrolla Housebound de Gerald Johnstone, protagonizada por una asaltante de cajeros automáticos a la que el juez impone un arresto domiciliario en el hogar de su madre con quien no mantiene una relación muy cercana. El drama familiar pronto adquiere tintes de comedia con la aparición de un agente de la condicional que les ayuda a averiguar si los fenómenos extraños que suceden en la casa son realmente obra de entidades paranormales. Desigual en sus aciertos y defectos, Housebound podría haber sido mucho más divertida si el secreto que se esconde tras sus muros (que no voy a desvelar aquí) hubiera sido más disparatado y todos en general se hubieran desmelenado un poco más tanto en comedia como en drama y horror.

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«Starred up» de David Mackenzie

No hay nada de encantado y sí mucha violencia en la prisión donde se desarrolla íntegramente Starred up de David Mackenzie. A los dramas carcelarios les pasa lo mismo que a las historias ambientadas en el mundo de la prostitución: suelen resultar muy previsibles. Starred up escapa de esta maldición convirtiendo la violencia en el principal medio de comunicación entre el reo protagonista (excelente Jack O´Connell) y su entorno, especialmente su padre al que la prisión ha convertido homosexual. Mackencie huye también de la moraleja redentora y filma el guión de Jonathan Asser en un tono documental que convierte la prisión de la serie Orange is the new black (2013) de Jenji Kohan en el país de las maravillas.

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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