La conjunción de talentos y profesionalidad que se dan cita en el espectáculo musical Sister act hubiera sido impensable en los tiempos en que el género comenzaba a buscarse un hueco en nuestro país. Para empezar, encontrar a una actriz de color española que además cantara y bailara hubiera sido en 1997 una misión tan imposible que el cambio de raza probablemente se hubiera impuesto en el casting. Hoy, Mireia Mambo Bokele aporta a todo lo anterior una indudable presencia y belleza física a la que acompaña de un considerable talento vocal. Cierto es que le queda bastante camino por recorrer en cuanto a calidad interpretativa se refiere y que en una obra 100% de texto lo mecánico de su actuación la invalidaría en parte, pero en este Sister Act no solo cumple sino que brilla en más de un momento.
A su lado, destacando por igual en lo dramático que en lo musical, está Angels Gonyalons, una actriz que ha protagonizado musicales como Chicago, La tienda de los horrores, Mar y cielo o Hermanos de sangre entre otros. Aquí recoge el testigo de la madre superiora interpretada por Maggie Smith en la película primigenia, de Sheila Hancock en el montaje original londinense y de Victoria Clark en su estreno neoyorquino. Y lo hace con soltura, aportando la dosis justa de intolerancia a la amabilidad de su personaje y luciendo una calidad vocal incuestionable. Entrañable, el veterano Fermí Reixach en su papel de monseñor Del resto del elenco me quedo con Silvia Abril en el papel de la hermana María Lázaro y con Malia Conde como hermana María Patricia. Habrá que estar atento a futuros trabajos de ambas.
Detrás del escenario, Carla Janssen Hofelt respeta el trabajo de escenografía de Klara Zieglerova y lo mismo hace Frances Chiappeta con las coreografías de Anthony Vaan Lasta, y Alistair Grant con el diseño de iluminación de Natasha Katz. La producción de El Terrat luce y el dinero invertido se ve sobre el escenario.
Hay, sin embargo, un aspecto en el que la producción española no está a la altura del conjunto. Asumiendo que las canciones originales de Alan Menken y Glenn Slater han de estar en castellano, la versión que del libreto original de Cheri y Bill Steinkellner ha hecho Xavier Cassadó (guionista habitual de los programas de Buenafuente) va en contra de la credibilidad de la historia al llenarla de supuestos chistes anacrónicos con el espacio y el tiempo en el que se desarrolla la acción. Es muy equivocada la presunción de que citar en una historia que se desarrolla en la Filadelfia de 1977 a Bisbal, Matías Prats o la moreneta va a acercar el espectáculo a una audiencia más popular y menos “teatrera”.
Estamos, recordémoslo, ante una historia canónica de lo que en comedia se llama “fish out of the water” que en todo momento se mueve en un tono blanco y familiar. No hace falta que las monjas se pongan a cantar flamenco para que el público conecte con el conflicto porque lo único que se consigue con ello es que dejemos de creernos que son religiosas estadounidenses en la segunda mitad de la década de los 70.
Un error fácilmente evitable en la gira que tienen por delante y en su presumible futuro estreno madrileño. Solo tienen que recuperar el texto original que por algo fue candidato al Tony en 2011.
Sister Act estará en el Teatro Tívoli hasta el próximo 26 de abril para viajar luego a Bilbao (Teatro Arriaga, del 20 de Agosto al 13 de Septiembre), Vigo (Auditorio Mar de Vigo, del 22 al 27 de Septiembre), Santander (Palacio de Festivales de Cantabria del 1 al 4 de Octubre), Zaragoza (Palacio de Congresos de Zaragoza, del 8 al 18 de Octubre) Baluarte (Pamplona, del 22 al 25 de Octubre), Murcia, Córdoba, Sevilla, Valladolid, Tenerife, Las Palmas, Valencia, Alicante, Gijón, San Sebastián, Málaga, Burgos y Salamanca (fechas y recintos por determinar).
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