El temible sufrimiento de los hermanos Izquierdo, Antonio, Emilio, Luciana y Ángela, no tuvo un punto final hasta que en la madrugada del 24 de febrero de 2010 se ahorcó Emilio en la celda de la prisión donde cumplía condena por haber sido la mano ejecutora, junto a su hermano Emilio, de un acto de justicia, a su entender, pergeñado y deseado por todos sus hermanos desde que su madre murió en un incendio del que acusaron a un vecino en concreto y al pueblo de Puerto Hurraco en general. El saldo que dejaron los hermanos machos el 26 de agosto de 1990 en las calles de Puerto Hurraco fue de 9 personas muertas y 6 heridos.
Emilio fue el último en morir de los cuatro, su hermano mayor lo hizo en la prisión de Badajoz y sus hermanas en el hospital Psiquiátrico de Mérida, y con este último desgarro cerraron su historia y lo más importante: cumplieron su destino.
La mano ejecutora fueron los dos hermanos mientras las hermanas cogían el tren con destino a Palencia. Nunca hubo un arrepentimiento y vivieron los hechos como un acto de justicia. Antonio guardó un silencio hermético durante toda su condena, sólo el día del entierro de Emilio se pronunció ante su cadáver: «Hermano, te vas al cielo con 74 años, pero te vas con la satisfacción de que la muerte de tu madre ha sido vengada».
El texto de Jorge Moreno trasmite inquietud, como el ruido de un serrucho o el torno de un dentista, y va socavando el sufrimiento de los hermanos. Expone, que no cuenta, la historia de la matanza de Puerto Hurraco, y sólo pone en boca de los cuatro hermanos el goteo necesario de información para que entendamos lo que sintieron y cómo lo vivieron. La intención de Moreno parece que no ha sido contar lo hechos reales, porque sólo se ha centrado en las cuatro historias particulares y en singular de cada uno de los Izquierdo, con un único denominador común para los cuatro, que es el pensamiento obsesivo de hacer justicia a la muerte de su madre y el dolor irreparable que padecen, amasado, cocido a fuego lento e inoculado por Luciana.
El responsable de la puesta en escena es Ivan Ugalde, que debuta como director y no lo hace con una pieza fácil ni cómoda. Tampoco ha puesto límites ni escatimado riesgos en una puesta en escena que es muy valiente. La función está montada en el hall de El umbral de primavera, donde hay puertas, altillos, habitaciones que no se ven pero desde las que oiremos hablar a los personajes. Para mí la elección de este espacio escénico es un acierto de Ugalde, porque refleja el miedo acechante que sentían los hermanos, en su propia casa, de todo lo que provenía del exterior, que podía en cualquier momento tornarse en tragedia real.
Sería fácil recurrir a García Lorca por más que esta historia sea rural y trágica como Yerma o La Bernarda, yo la enraízo más con la tragedia griega. Los Personajes de «Si los Ángeles Disparan» no viven una situación cotidiana resuelta con sangre, los hermanos Izquierdo viven para llevar a cabo una venganza casi divina.
Si decía que la dirección de Ivan Ugalde es valiente, el trabajo de los cuatro actores es de entrega absoluta, la voz de mando la lleva Luciana, a la que da vida la actriz Elena Tur, que inicia la función en un cometido difícil como la función misma, porque habla para sí, entre dientes, y como lo debía de hacer Luciana, sin necesidad de ser entendida por sus hermanos, que bien sabían su historia, y en este caso por el público y Ugalde lo respeta. Luciana, mientras farfulla, realiza un constante rito de limpieza con agua, su hermana Ángela es Ana Feijoo y es su sombra y espejo imprescindible de los actos de Luciana, si Luciana vive una irrealidad, Ángela nos pone pie en la realidad y narra lo poco que Moreno cuenta de la tragedia real, con la lectura de un periódico y los comentarios de televisión. Ana Feijoo hace una lectura del periódico larga con la dificultad de una iletrad que a veces causa angustia, y en un acto de temor al mal fario evita los nombres tanto de los hermanos como del pueblo, y de nuevo Ugalde respeta esa lectura torpe de Ángela sin concesión.
En la función hay signos de que Ángela es algo más que hermana de Antonio, pero puede ser un reparto de afectos de unos seres tan carentes de ellos, como cuando la propia Lucrecia baña a Emilio como ejecutando un rito mientras le sugiere al oído cual es su cometido y su fin.
Antonio y Emilio viven sin hembra apartados del pueblo y en constante reto entre ellos, al contario que sus hermanas mantienen un diálogo abierto y muestran sus dudas y con ellas su debilidad en un estado de inquietud permanente, en principio parece más fuerte el mayor, Antonio, pero es el pequeño, Emilio, el que ante un quiebro ante la masacre justiciera sugiere a su hermano que no son niños sino tórtolas.

Antonio es Paco Gámez, y Manuel Domínguez es Emilio en «Si los Ángeles Disparan» Foto de Inés Poveda
Antonio es Paco Gámez, y Emilio es Manuel Domínguez, los actores dan a sus personajes lo que estos demandan con un acierto generoso, los componen de la mano de Ugalde de una forma elemental y naturalista, con una inquietud desazonada, y su trabajo es un reto difícil, desde acento a la aptitud que lindan siempre con la locura sin llegar a serlo, es un tempo alto y constante, logrando reflejar el desasosiego permanente en que debían vivir los Izquierdo.
Luciana y Ángela viven su venganza como una necesidad, y aunque su obsesión es constante parecen menos atormentadas, solo están expectantes porque llegue el momento. Transmitir esa expectación tampoco es tarea fácil, y Ana Feijoo y Elena Tur lo consiguen, representan a unas iluminadas, se complementan, se potencian entre sí y lo logran.
El trabajo de Iván Ugalde es minucioso, insisto que no ha esquivado el riesgo alguno en favor del texto. Si acierta en la elección del espacio escénico lleno de recovecos y rincones para que anide el miedo, también lo hace con la iluminación tenebrosa y la música en directo de Rafael Domínguez que acompaña y subraya el drama. Señalar, que para la dirección el director ha contado con la ayudantía de dos actores de la talla de Georbis Martínez y Paco Celdrán.
Ivan Ugalde ha dirigido «Si los Ángeles Disparan«, a ritmo lento y constante como ni mata ni deja vivir toda obsesión.
Titulo: Si Los Ángeles Disparan / Texto: Jorge Moreno, adaptación de la obra «Garrulos» / Director: Ivan Ugalde /Intérpretes: Manuel Domínguez, Ana Feijoo, Paco Gámez, Elena Tur / Música original en directo: Rafael Domínguez/ Compañía: Teatro Hermético / Escenografía: Lola García/Iluminación: Jesús Antón/ Aydte.de dirección: Georbis Martínez y Paco Celdrán
El umbral de primavera C/Primavera, 11
Miércoles y jueves 21 h