Ser músico y no morir en el intento: Cooperativas, la nueva salida

Ser músico y no morir en el intento: Cooperativas, la nueva salida

“La profesión ha dado un gran paso hacia su normalización y, al mismo tiempo, hacia la dignificación de su trabajo”

Esta es una de las muchas conclusiones a las que llega, en el libro del que hoy hablamos, Antoni Mas, su autor, hombre de instinto, inteligencia y responsabilidad social a partes iguales, músico de base _pianista y compositor_ desde los 60´ y gestor desde 1990, primero del Sindicat Professional de Músics de Girona y después, a parir de 1995, de la Associació Professional de Músics de Catalunya. A continuación creó el Grup de Gestió MUSICAT, que presidió hasta 2010. Son sus más significativas actividades como generador de nuevos modelos de gestión que empezaron a tramarse hace veinte años para ganar vigencia más que nunca en estos tiempos donde, tanto músicos de primera línea, como profesionales anónimos, sufren el desamparo de la ley y un apoyo nulo por los gobiernos circulantes, tanto a nivel nacional como autonómico.

Cooperativas de Músicos. Un nuevo modelo de gestión (AIE 2013) es una guía, también una presentación de los que son y cómo actúan las cooperativas de músicos, una respuesta a las dudas que estos puedan tener, un apoyo teórico-práctico para lograr los merecidos derechos que como trabajadores los músicos merecen. Luis Cobos, presidente de la Sociedad de Artistas AIE, en el prólogo, y para que se hagan una idea de qué va el asunto, escribe reflexiones como estas: _La innovación es difícil porque significa hacer algo que las personas batallan en hacer. Significa desafiar lo que aceptamos y damos por hecho. Cosas que pensamos que son obvias. El gran problema para la reforma o la transformación es la tiranía del sentido común, las cosas que las personas piensan: “Bueno, no puede hacerse de otra manera porque así es como debe hacerse”_. O también: _La defensa de la creación, del trabajo y del derecho al beneficio del trabajo, no puede ser obligación exclusiva de los creadores y de las entidades de gestión colectiva, sino de todos. Con ello mejoraremos la sociedad, la seguridad, la libertad de expresión y el futuro de la cultura y de los ciudadanos, en una sociedad orientada al bien del individuo y no del consumo_.

Realmente son cuestiones serias a las que mirar de frente, como hace el autor en este libro, más teórico e ilustrativo que llevadero. Necesario para dar luz a las labores y la posición de las cooperativas a la hora de regularizar las facturaciones de los músicos, las retribuciones fiscales en consecuencia, su estado jurídico-profesional, por citar unos ejemplos. ¿Cómo un músico medio puede hacerse cargo de la cuota que exige el Estado para ser autónomo y así poder regularizar su trabajo? ¿Cómo va a responder ante cualquier conflicto legal que pueda surgir entre él y el empresario o Ayuntamiento de turno? ¿Cómo garantiza una cotización en la Seguridad Social justa, la cual, como los demás, su trabajo merece? Se trata de “evitar que los músicos se vean obligados a asumir funciones y responsabilidades no deseadas, que no les son propias, para poder desarrollar su profesión con normalidad”.

Luis Mendo, vicepresidente de AIE, en un ante-epígrafe de título “Defensa de los Intereses Colectivos”, recalca la importancia de seguir trabajando, sin mermar la importancia de las labores que las cooperativas están realizando: _Sabemos, y los propios gestores de las cooperativas lo reconocen, que esta es una solución temporal, que la única forma de resolver este problema es una nueva legislación sobre “todo” el mundo de la música (la tantas veces demandada “Ley de la Música”) que regularice de forma definitiva los sistemas de cotización a la Seguridad Social para nuestras actividades. Pero mientras llega ese momento, las cooperativas están haciendo un maravilloso trabajo, no solo resolviendo los asuntos “burocráticos” de los músicos, sino también aglutinando al sector, constituyéndose en portavoces frente a otras instancias y procurando la defensa de los intereses colectivos de sus asociados_.

Además de todo lo mencionado hasta el momento y siguiendo estas últimas palabras de Mendo, en su lectura, este libro también guarda espacio para reivindicar la unión de los músicos frente a la herencia del «cada uno por su lado», parándose en las ventajas que otorga el modelo cooperativista en cuanto a representatividad territorial y frente a las administraciones, a la fuerza social e individual como profesional y músico, al desarrollo y buena praxis en las diferentes actividades del género, etc…

También, y justo antes de las conclusiones finales, en los capítulos XI, XII y XIII, Manual Práctico para Artistas y Músicos, Manual Práctico para Organizadores de Espectáculos y Manual Práctico para Promotores, Mánagers y Representantes, respectivamente, Mas nos enseña los pasos a seguir en el momento serio, en el momento de firma de contratos, el papel en este caso de las cooperativas, cómo tratar con ellas, qué pasos dar primero, y cuáles y cómo después.

En definitiva, un manual muy al caso de los tiempos que recoge de primera mano las soluciones más concluyentes y consecuentes para con los músicos, de toda índole, cuyo trabajo no está siendo, por cuestiones propias o ajenas, tomado en serio. Un escrito comprometido, generativo y precursor de un nuevo modelo a tener muy en cuenta. Las cooperativas como salida temporal  digna a una situación injusta, siendo mediadoras, como apoyo directo, hacia la dignificación del trabajo de músico.

Terminaremos con una de las conclusiones finales del autor, en busca de una expansión autonómica de este modelo, generado desde Catalunya para el resto de músicos españoles:

«Una vez se cuente con la representatividad adecuada, tanto a nivel estatal como autonómico, los músicos estarán en las mejores condiciones para cambiar la situación actual. Partiendo de esta base, se tratará de avanzar constantemente atendiendo las reivindicaciones del colectivo hasta consolidar una Ley de Música como herramienta fundamental para resolver los problemas endémicos de la profesión y avanzar definitivamente hacia la dignificación de la misma.»

Autor

Autor e intérprete de canciones interesado en todo lo que se mueve alrededor del mundo de la creación artística, con especial devoción por el lenguaje musical, cualquiera que sea su fórmula o dirección. Sensible al cambio y a la tradición a partes iguales, es consciente de los rangos de calidad e importancia social de cada estilo y disciplina. Busca diferenciarse del modelo clásico de periodista especializado para sustituirlo por el de músico infiltrado.

1 comments

  • Esto sigue siendo hambre para hoy y más hambre para mañana. Hacerle la cama a los ayuntamientos y empresarios que evitan sus obligaciones con los contratos laborales y el obligado abono de la seguridad social hacia los músicos. En vez de tanta iniciativa claudicatoria estaría mejor obligar a la administración que cumpla la ley. Los músicos somos todos trabajadores por cuenta ajena ( por ley) y facturar solo lo pueden hacer los empresarios. Obligar a todos los trabajadores por cuenta ajena del país a hacerse autónomos o hacer cooperativas, asociaciones, comunidad de bienes o cualquier otro «chanchullo» para presentar una factura y evadir las responsabilidades del que contrata, eso se llama extorsión y como tal es delito.

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