«Cuando una gota toca la semilla es inevitable que germine«
Seminka, es un drama en el mejor sentido de la palabra, y sorprende que una autora tan joven como Veronika Pospíšilová, se decante por escribir una obra con la estructura clásica de los grandes dramas: presentación, nudo y desenlace. Una obra en que se le da toda la importancia que tiene la palabra en el teatro, y haciendo uso de esa palabra, por medio los actores sabremos el pasado y el presente de una familia reunida para la fiesta de cumpleaños de Blanka.
Blanka cumple dieciocho años y los invitados a su fiesta son su padre, su madre, su hermano, Tereza, una amiga entrometida y Vladimír un invitado de Blanca muy especial e incómodo. Semínka, es un drama basado en un secreto de familia, y la incomprensión de la joven Blanka de cómo pueden vivir su familia sin encarar la realidad, aún es demasiado joven para saber que nada es blanco o negro, que nos solemos mover en la gama de los grises, evitando los extremos por no sufrir un dolor innecesario.
La función está bien estructurada y bien escrita, con unos diálogos que fluyen con facilidad, y en ningún momento decae el interés por saber lo que va a pasar. La autora se ha hecho responsable de la puesta en escena y ha tenido buen pulso para dibujar los pasos de unos actores que una vez que pisan el escenario no volverá a salir de él, y es un lujo poco habitual en estos tiempos poder ver sobre el escenario a seis actores.
A Blanka la interpreta la joven y delicada actriz Paula Ruiz López, que trasmite muy bien la ansiedad de quien necesita que su verdad no quede oculta y se choca contra un muro de silencio, que es algo doloroso y muy difícil de aceptar.
Jan, el padre, es el personaje más oscuro de la obra, porque durante la representación en ningún momento queda claro si sabe o ignora, el actor Yan Angosse compone bien el personaje difícil por la ambigüedad que requiere.
Helena, es la madre, y es quien crea el conflicto de la obra, le da vida con mucho acierto la actriz Laura Fernández, componiendo un personaje muy rico en matices: una mujer atrapada por un pasado, un secreto y una responsabilidad por la que ha tenido que renunciar al amor.
Martín, es el hermano, interpretado de una manera muy vital por Mario García-Patrón Álvarez, es joven no entiende ni la hipocresía con la que viven los padres, ni los deseos de bautizarse como católica de su hermana. Este es el grupo familiar y frente a él, no sé si por casualidad o buscado por la autora, están esos dos personajes con un toque más sofisticado, como una tentación o un peligro para el grupo familiar que son: Vladimír y Tereza. Vladimír es el invitado que da pie al drama, un pintor enigmático al que presta su buena voz y su físico el actor Yan Nazca, y a la amiga indiscreta sensual y juguetona llamada Tereza, le da vida Roberta Pasquinucci, que realiza un trabajo brillante con un papel que de entrada en un bombón para cualquier actriz, en el que puede potenciar toda su sensualidad y cuenta con unos diálogos inteligentes.
Parafraseando a Veronika Pospíšilová, que afirma que «Cuando una gota toca la semilla es inevitable que germine«, cuando una obra cuenta con un buen texto, unos actores a la atura y una puesta en escena adecuada «una función es inevitable que germine y de un buen fruto». Seminka, es una propuesta de calidad, si puedes no te la pierdas.
‘Semillas, semínka’
Texto y dirección: Veronika Pospíšilová
Intérpretes: Laura Fernández, Yan Angosse, Paula Ruiz López, Mario García-Patrón Álvarez, Roberta Pasquinucci y Yan Nazca.
Asistente de dirección: Genoveva Santiago/ Escenografía y vestuario: Eva Ruzickova
Espacio Labruc (Calle Palma, 18). Madrid
Cuándo: todos los jueves de abril y mayo, a las 21 horas.
Cuánto: 12 euros general anticipada (9 euros descuentos de estudiantes, parados y jubilados) y 14 euros en taquilla.