Scratch, de Javier Lara (Grumelot)

Scratch, de Javier Lara (Grumelot)

Cartel de la obra Scratch por la Dalia Negra

Para ver el mundo en un grano de arena,
Y el Cielo en una flor silvestre,
Abarca el infinito en la palma de tu mano
Y la eternidad en una hora

William Blake.

por Coral Igualador

 

Scratch: Es la técnica de DJ utilizada para producir sonidos característicos a través del movimiento de un disco de vinilo hacia delante y hacia detrás sobre un tocadiscos al tiempo que, opcionalmente, se manipula fundidos en una mesa de mezclas.

De este modo, puede ser entendido lo que sucede en escena. Javier Lara, el artífice de esta historia en la que se juega a romper tiempos y espacios,  mezcla y funde en un devenir de recuerdos, de sueños que no se saben, sabe, como interpretar,  de realidad brutal que destila la vida en estado puro o de sustancias que la hacen percibir de otro modo.  Parte de una historia real, introduciéndonos en el primer momento de la función a un viaje a nuestra tumba y al recuerdo de lo que creemos ser, reflexionando sobre que somos porque los demás nos contienen.

La muerte como primer momento: la nuestra y la del otro, a través de imágenes de youtube (reales) y de un muñeco de esos que pintan en el suelo cuando asesinan a alguien, porque todos somos víctimas y verdugos, llevamos escritos los trazos de nuestro inicio y fin.

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Scratch en su presentación en el Festival Frinje Madrid 2016

Una de sus cuestiones: somos porque nos contienen. Pero solo es una de ellas, porque Javier Lara, uno de los componentes de  Grumelot, nos muestra el sello propio de la compañía escenificando a través del deseo, de la realidad, de la verdad que parte de lo mas esencial de cada uno, de la mezcla infinita de estímulos y de la reconstrucción de la memoria, que ya sabemos que siempre tiene gran parte de ficción.

Y nos drogan nada mas entrar, con un caramelito dulce que se convierte en tragedia o en sonrisa. Vamos a vivir drogados esta función repleta de ruido y frustraciones, pero sobre todo de homenaje a su hermano Antonio Carlos, interpretado con destreza por Fernando Delgado-Hierro. Actor que muestra los registros de vulnerabilidad y fragilidad del que subsiste en éxtasis inducido, en dolor constante, en superación, en perdida, en encuentro. El que yace y vive y revive en el cuerpo de Fernando es Antonio Carlos Lara. Javier Lara todos los demás personajes: sus padres, su novia, su amigo camarero en un bar de Londres, su visión del obispo Lara, y sobre todo su hermano. 

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Javier Lara en Scratch.

Javier luce en su voz, en sus gracias y en sus desgracias. Javier luce en el escenario. El Chocolate, dicen que ese era su mote por su color oscuro en el que sobresalen unos ojos llenos de luz. Javier es sin duda un gran interprete de verdades como mentiras y mentiras como verdades. Es un magnifico actor. Sin duda.

Siempre sonido. El sonido que es movimiento emparejado con el movimiento constante corporal y espacial como ingrediente base de la obra. Hay un primer momento de silencio. Leemos para pensar en voz interior el fragmento del poeta inglés William Blake con el que se encabeza este comentario. Se lee en inglés y en español. Y son los dos idiomas también vehiculares de esta historia en la que Antonio Carlos busca y se busca, como tantos otros, en la tierras inglesas. Momentos hilarantes el del camarero sintiéndose Macaco. Cadiz-Londres-Cordoba-Londres. Bucle. Ulises moderno en busca de un Itaca que se sitúa entre la caída de Alicia en el País de la maravillas y un wáter con grafitis.

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En primer plano Fernando Delgado-Hierro que interpreta a Antonio Carlos Lara en Scratch.

Puede que se pierdan en el vaivén de lo que es real, de lo que es un sueño; lo que es percepción distorsionada por el viaje iniciático hacia la destrucción de un ser apátrida que se busca a través de la música y de cualquier estimulo, estupefaciente o no, que le haga entender el bucle en el que vive, vivimos. El bucle se escenifica, a veces con desconcierto del espectador, pero sin bucle el núcleo de esta historia de pertenencia no se puede vivenciar, y eso es también lo que busca Javier Lara cuando nos presenta Scracth. La necesidad de que el espectador vivencie porque “contar es entender” y “la esperanza está en las variaciones del bucle…Tenemos la sensación de estar revisitando siempre lo mismo.”

No es una obra fácil. Es una obra que necesita compromiso e implicación del público. Su estructura narrativa no resuelve, abre constantemente lo que parece cerrado en un principio, repite, se escapa, te plantea, te marea, te atrapa, te vomita, es histriónica y absurda, es especular e irónica. No es una obra fácil. Te mantiene alerta. Ese es su reto. Ese el reto que debe aceptar el espectador que también es Antonio Carlos, no perdamos de vista que así se plantea desde el inicio. “El público es Antonio Carlos, y yo haré todos los demás personajes”- dice Lara, escritor y director, que se une a Carlos Aladro, Carlota Gaviño e Iñigo Rodríguez-Claro en la puesta en escena. En mi caso, aplaudo esta propuesta dramatúrgica de implicación, vaivén, ruptura, experimentación y experiencial desde el juego constante.

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Y lo que aquí se escribe es también un bucle, como la música de Richard Sebastian Bach que acompaña momentos de la función y que se define como “confusa” para hacer espejo de lo que se cuenta. «Contar es entender» o ¡no! . Scratch cuenta para reflejar y eso hay que dejarlo reposar.

Un bucle que para mi empieza y termina con William Blake:

«Si las puertas de la percepción se depurasen,
todo aparecería a los hombre como realmente es: infinito.
Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver
todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna».

La percepción, los prismas desde donde es enfocan la historia, el infinito y la pertenencia a él. El reflejo platónico y el estar atado a la columna de la fragilidad humana. Esto es Scratch. Un fundido de lo perecedero e imperecedero de nuestra existencia. La tortura y la liberación del ser.

¡Ah!, y por supuesto el amor. Mucho, muchísimo amor, de ese profundo entre lo carnal y mas allá.

Titulo: Scratch / Director y Texto: Javier Lara / Actuación: Javier Lara y Fernando Delgado-Hierro /Puesta en escena: Carlos Aladro, Carlota Gaviño, Iñigo Rodriguez-Claro /Compañía: Grumelot.

Se pudo ver dentro del marco del Festival Frinje Madrid 2016 los días 13 y 14 de julio. Naves del Matadero (Madrid)

Retransmitido también por streaming en la presentación de Alltheater.

Autor

Desde que me recuerdo me han gustado los actos de narración: teatro, literatura, cine... Me apasiona la narración, la psicología y la comunicación y por eso de los caminos no rectos, pero que conducen a lo mismo, acabe estudiando logopedia. He tenido la oportunidad de formarme y trabajar como consultora de comunicación, voz, teatro creatividad y desarrollo personal para diversas entidades y personas. También escribo guiones, obras de teatro, dirijo y actuó. Otra oportunidad que me ha brindado la vida es la de escribir sobre el teatro que se sigue vivo, eternamente vivo, y poder difundirlo.

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