En Karpas Teatro se está representando la función De Hombre A Hombre, de Mariano Moro Lorente. Una función que puede levantar polémica porqué aborda un tema muy delicado: la relación sentimental que se establece entre Juan Manuel, un profesor de Lengua y Literatura, y Andrés, uno de sus alumnos. Siendo Andrés el que toma la iniciativa.
La obra está interpretada por Lisandro Vela, que es también el responsable del proyecto, y por Carlos Munera. La interpretación está al servicio de un juego dialéctico con ritmo de partida de ping-pong. Y el responsable de la dirección es Rodrigo Chiclana, un hombre de teatro que el próximo año cumplirá 30 años sobre los escenarios como actor y director.
Con Rodrigo Chiclana he querido mantener esta conversación de Hombre a Hombre para conocer su opinión de ese amor que parte de la desigualdad que marca la edad y de cómo ha encarado el montaje.
Rodrigo, ¿qué es lo primero que te llamó la atención del texto de Moro Lorente?
Cuando Lisandro Vela me pasó la obra, con la propuesta de dirigirla, sabía que no debía enfrentarme al texto solamente como lector sino también como observador de las posibilidades que tendría el material a la hora de transmitir emociones, de contar una historia. Lo primero que me llamó la atención fue el vuelo poético y filosófico de los dos personajes, a través de sus palabras y de sus opiniones. Mariano Moro ha creado dos maravillosos personajes con convicciones, con carencias, con dudas, con miedos y emociones contenidas. Me pareció un texto exquisito e inteligente.
¿Por qué has apostado por una puesta en escena tan directa?
Creo que es algo que el texto pide a gritos. Esos gritos que los personajes callan. Creo que con estos textos hay que perder el miedo a lo “directo”. A veces lo poético y filosófico suele solemnizarse y “acartonarse”. Trata un tema complejo y delicado que cuando se presenta de forma directa y sin tapujos puede generar un vuelo aún más enriquecedor y una diversidad de emociones y opiniones mas contrastantes y constructivas. De ahí mi apuesta por un concepto minimalista y directo. Sin parafernalias de grandes recursos técnicos. Casi desnudo.
En el montaje llama la atención que muy pocas veces se apaga la luz de la sala, ¿por qué lo haces?
Precisamente ese es uno de los aspectos que hacen que la puesta en escena sea tan directa. El espectador forma parte de la historia. Mi postura frente a este texto -a diferencia de otros montajes que he dirigido que requerían lo contrario- ha sido la de crear un ambiente íntimo en el que el espectador se sienta parte de la historia, dejando de ser un mero espectador… Gran parte de la obra se desarrolla durante las clases que imparte Juan Manuel, dentro de la cual Andrés y los espectadores son alumnos. Están en clase. Por eso en esos momentos la sala está completamente iluminada. Todos estamos en clase. La luz de sala solo se apaga en los momentos en los que Andrés y Juan Manuel están solos.
En la obra, Moro Llorente presenta que los prejuicios de Juan Manuel son sólo morales o religiosos, pero ¿no hay una falta de aceptación de su condición?
Juan Manuel justifica con sus fundamentos morales o religiosos esa falta de aceptación. El no oculta sus ideas en cuanto a estos aspectos a la vez que las mismas le sirven de escudo ante lo que no quiere mostrar ni aceptar. Su falta de aceptación, o tal vez su decisión de mantener sus impulsos contenidos, su universo de seguridad y autoestima se tambalea frente al descaro de Andrés.

Juan Manuel es Lisandro Vela, que es también es el responsable del proyecto y Carlos Munera es Andrés.
En cambio, Andrés parece más valiente, pero su atrevimiento ¿no está basado en su inexperiencia?
Andrés nos presenta la otra cara de la moneda. También tiene miedos. También oculta parte de su historia. Pero precisamente esa inexperiencia del que adolece le permiten liberarse de toda coraza y atreverse a contrastar. A decir lo que muchos adultos callamos. A dejarse seducir y perder el miedo a ocupar el lugar que merece, mas allá de prejuicios. Es el encargado de poner a Juan Manuel contra las cuerdas, aunque ello acabe jugándole una mala pasada.
En la obra se toca un tema muy delicado, y es el de la relación de un hombre con un adolescente, ¡vamos, un menor!
Manosear psicológicamente a un adolescente puede marcarle de por vida, y en la huida de Juan Manuel no queda claro si pesa más el miedo a romper su mundo y asumir que es homosexual, o que el objeto de su amor es un menor.
¿Qué opinión tienes sobre ese tipo de relaciones tan desiguales?
El ser humano es muy vulnerable y mucho mas aún cuando está marcado por la condición de adolescente. Cuando un adulto se aprovecha de esta vulnerabilidad adolescente y opta por el manoseo psicológico, ni hablar del abuso físico, merece una desaprobación total por mi parte. Me parece asqueroso y condenable. Sucede que, y aquí un tema para dejar abierto y para el debate, muchas veces se cuela en medio el enamoramiento genuino y eso puede cambiar algunas historias como las de Andrés y Juan Manuel. Andrés y Juan Manuel, se enamoran, Andrés se juega la vida y le planta cara a este amor. Juan Manuel conoce el peligro y se debate entre cambiar su historia y el miedo a que su mundo se rompa y lo perjudique.
Tienes una larga experiencia como actor, ¿no te tentó interpretar a uno de los personajes? Y ahora, jugando con la mera especulación de que todo es posible, incluso variar la edad, ¿en cuál de los dos papeles te hubieras sentido más cómodo? o ¿cual está más cerca de ti?
Cuando diriges debes comprender y defender a todos los personajes, es la única forma de permitirles volar y ser libres. Es cierto que como actor te seducen unos mas que otros. Entrando en el juego que me propones, ya que de otra forma la edad no me lo permitiría –Rodrigo se ríe con dulzura-, siento mas empatía por el personaje de Andrés, el adolescente, porque como persona comparto mas sus conceptos, ironías y descaro aunque eso no quita encontrar el atractivo en Juan Manuel, el adulto, un personaje complejo y complicado, por esa necesidad de crearlo a partir de la contención, es un personaje que se muestra seguro pero a la vez se debate entre su pulsión adolescente y su elección de mostrarse ante el mundo, a veces impuesta por la sociedad y el mundo en que se mueve y otras motivada por sus propios miedos y contradicciones.
¿Crees que la homosexualidad está tan normalizada como algunos queremos creer o se admite sólo de cara a la galería, y solo es verdaderamente aceptada cuanto es la opción sexual de una persona a la que se quiere previamente: un hijo, un hermano, un amigo del alma…?
Es un tema muy complejo. Vivimos en un país en el que desde la legislación se ha dado un paso enorme y valiente para contribuir a la normalización (mal que le pese a muchos políticos y religiosos) de algo que para muchos no es “normal” e inaceptable como forma de vida. Creo que la sociedad en general está preparada para aceptar esta evolución. Pero la misma será aún mayor cuando seamos capaces de vivir historias mas allá de una elección sexual. Cuando dejemos de presentar al homosexual en esa galería como un mero personaje circense. Y esto no solo debe cambiar desde la política…
-Rodrigo hace un silencio que le respeto y continúa hablando-
…parte de la sociedad y hasta muchas veces algunas organizaciones que defienden los derechos LGTB, por suerte no todas, contribuyen a crear un sectarismo, una moda de lo gay que tampoco ayuda. Estoy a favor de la reivindicación, de mostrarnos al mundo tal cual somos, de defender nuestros derechos, de unas fiestas del orgullo, pero el circo que crean algunos alrededor de este tema no me gusta y creo que nos hace dar unos cuantos pasos hacia atrás.
¿Por qué crees que el público tiene que asistir a ver esta función?, y ¿qué se va a encontrar?
El público se va a encontrar con la historia de dos almas solitarias y atormentadas que conectan a pesar de sus diferencias. Dos personas que se sienten atraídas y no pueden evitar lanzarse al vacío. Se encontrará atrapado junto a los personajes en esa caída hacia lo “desconocido” y no quedará indiferente ante la historia de sus personajes.
Por último una pregunta más difícil: ¿qué te gustaría que se llevase el público a casa de esta obra?
Me gustaría, y por los comentarios que recibimos veo que nuestros deseos se están cumpliendo, que los espectadores se lleven muchas preguntas. Esas preguntas que generan debate diversidad de opiniones y conclusiones. Eso enriquece. El teatro, además de entretener, mal que le pese también a algún inculto ministro de turno, debe generar estas reacciones y emociones para mantenerse vivo. Y creo, por suerte, que con De Hombre A Hombre lo estamos consiguiendo.
Me despido de Rodrigo dándole las gracias por haber tenido la amabilidad de atenderme, con la seguridad de que pronto nos volveremos a sentar a hablar de teatro, y como el buen teatro es vida y estimula las emociones acabaremos como en esta ocasión mezclando vida y teatro.
La función «De Hombre a Hombre» se puede ver en Karpas Tetaro, Madrid, C/ Santa Isabel nº 19, los miércoles a las 20.30h y los viernes a las 22.30h
Con muchas ganas de verla, la verdad.
Seguro que te gusta Alfonso, es un texto excelente.