Resonancia magnética. Sobre la estructura blanca del aparato se lee RM. Me duele tanto la rodilla que siento náuseas. No puedo moverme, así que girando solamente los ojos bajo la vista pero no alcanzo a ver mi pierna, devorada por el agujero negro que se abre en el resonador. Tumbado boca arriba sólo veo el techo blanco de la clínica. Ojalá pudiera quedarme dormido: la máquina me arrulla con su tableteo hipnótico. Lo único que me mantiene alerta es el dolor. No sé cuánto tiempo llevo aquí tumbado, quizá unos 20 minutos. Tengo frío, no me extraña, sólo me cubre una de esas absurdas batas de papel que dan en los hospitales.
Sin previo aviso el repiqueteo metálico se acelera, los intervalos se acortan.
Tengo frío, no me extraña, mi ropa está empapada. No sé cuánto tiempo llevo aquí tumbado, quizá unos 20 minutos. Lo único que me mantiene alerta es el dolor. Ojalá pudiera quedarme dormido: las ametralladoras me arrullan con su tableteo hipnótico. Tumbado boca arriba sólo veo las nubes negras de tormenta. No puedo moverme, así que girando solamente los ojos bajo la vista pero no alcanzo a ver mi pierna, devorada por el agujero negro que ha abierto la mina. Me duele tanto la rodilla que siento náuseas. Sobre la manga kaki de mi uniforme se lee RM. Royal Marines.
Me ha hecho volver varias veces para atrás… Luego me he dado cuenta de que no había error, sólo horror. Qué original propuesta, Ana. Genial.
Un abrazo.
La idea es que se pudiese leer desde la primera frase a la última o desde la última a la primera, describir de forma simétrica y casi idéntica dos experiencias radicalmente diferentes. Gracias por tu comentario, un abrazo.