Por NACHO CABANA
Hace ahora poco más de un año que los ojos de todos los seriéfilos del mundo estaban pendientes de la nueva temporada de Twin Peaks. En nuestras cabezas, varias hipótesis posibles. ¿Sería una reformulación en la línea de Fargo? ¿Intentaría Lynch resucitar los falsos enigmas? ¿Sería una mera operación comercial para facilitarle al creador original una jubilación de oro? Ni los más optimistas pensaron que sería capaz de reventar de nuevo todos los cánones establecidos en la ficción televisiva en una época, la actual, en la que la narración serializada está alcanzando unas cimas a las que era completamente ajena en 1990.
Y Lynch lo hizo. Desprendiéndose para empezar del marco geográfico que pudiera restringir su capacidad de acción. Salía Twin Peaks, cierto, pero también Nueva York, Las Vegas… Cuando se emitió en capítulo 8 nos dimos cuenta que estábamos a la vez en el territorio de Eraserhead pero también en uno completamente nuevo lleno de capas dobles, triples y cuádruples. Por si fuera poco, Lynch abría de repente en algunos episodios un hueco para esa nostalgia que supone haber creado un universo que está en el imaginario colectivo de varias generaciones sin que esto alterara sus nuevas propuestas. Y se permitía cerrar cada capítulo con una actuación musical que cobrarían sentido con la aparición final de Julee Cruise.
Ya está en el mercado la edición Blu Ray de la serie que incorpora un disco de extras muy interesante. Se trata de una serie de 10 piezas cortas, con una duración total de cinco horas, titulada Huellas y dirigidas por Jason S (productor del documental David Lynch The art life). Bien es sabido por los expertos en Lynch que al director de Carretera perdida no le gusta arrojar luz alguna sobre el significado de sus películas, rara vez contesta de manera concreta a las preguntas que se le hacen al respecto. Huellas intenta encontrar a Lynch viéndole dirigir. De hecho, el hilo conductor es “La búsqueda del hombre con el tupé canoso”.
Precedida cada uno de los microepisodios por unos planos de dron ralentizados y diferenciados entre sí por las localizaciones del rodaje, en Huellas vemos como a menudo solo Lynch sabe exactamente lo que está haciendo en el rodaje. Monta las escenas siguiendo solo las claves que tiene en su cabeza y no se preocupa de explicarle a los actores más que las emociones y movimientos con que tienen que acompañar al texto. Kyle MacLachlan dice en una de las piezas “David Lynch es un hombre muy abierto y colaborativo pero cuando se retira a su lugar de creación en el set hay que respetarlo; no comparte ese lugar con nadie”. Esto es, quiere tiempo en el plató para que se le ocurran cosas, no solo para ejecutar el story board y resolver la secuencia previamente escrita.
En Huellas asistimos a algún cabreo con el ayudante de dirección que revela que incluso en una producción de estas dimensiones, el plan de rodaje es parte del proceso creativo. Vemos la despedida que le hace a sus actores el día que acaban de grabar y lo cortés que es con los episódicos que vienen solo un día a grabar y están nerviosos por conocer al maestro pero también la amistad que le une con Laura Dern (no se pierdan el clip “un maldito dedo en tu boca”) y el cariño con que le “explica” a Sherilyn Fenn lo que tiene que hacer en una secuencia y cómo.
Se incluyen también en la edición en Blu ray, los siete sucesivos teasers que ha tenido la serie (que van de lo más a lo menos críptico), una mesa redonda en la Comic Con 2017 de San Diego en donde Everett McGill cuenta cómo le localizó gracias a Twitter y se revela que parte del público asistente está más pendiente de llamar la atención sobre sí mismo que en obtener una respuesta a sus preguntas. El debate está precedido por un impagable y surrealista video de presentación de Lynch donde da rienda suelta a su peculiar sentido del humor.
Hay también material sobre los fans que hicieron en su día la revista Wrapped in plastic sobre la primera temporada de la serie y a partir de la cual se creó la primera comunidad de fans en internet; referencias a bandas que hacen versiones de la música original, compañías de teatro que toman como base de su espectáculo de burlesque la iconografía de la serie, obras de arte etc.
Además de Huellas, en la edición se incluye el documental Un sueño muy hermoso: Un día en Twin Peaks es la crónica del regreso del reparto a las localizaciones originales 25 años después, en 2015, antes que la nueva temporada de la serie mientras que Detrás de la cortina roja y Tuve mala leche en Dehradun son sendas películas de media hora rodadas por Richard Beymer, el Ben Horne de la serie,
Por supuesto, también están los 18 episodios completos.
Cabe preguntarse si, tras el éxito de Twin Peaks, el retorno Lynch se plantea rodar nuevos episodios de esta serie o, lo que sería aún mejor, quitarse grabar por fin la serie de televisión que iba a ser Mulholland Drive en 1999 y que Showtime no se atrevió a producir en aquel momento (provocando que Lynch reciclara parte del piloto para hacer la célebre película homónima).