Por Miguel Loboh y Carlos Munera
Este viaje es la historia de una huída, de un regreso con una bajada al baúl de los recuerdos, como cantaría Karina, y de tomar una decisión: cambiar o apartarse otra vez.
Miss Destierro podría decirse que es un viaje, pero no un viaje hacia las profundidades y de tono transcendental, no mi amor, no que va, un vodevil nunca puede pararse, ha de ser sorpresivo, plagado de contraste, saltar de bote en bote y a veces… no dejarte ni respirar.
La obra transita de canción en canción y de conflicto en conflicto. A nuestro gusto, hemos intentado no dejar títere con cabeza aunque sí muchas puertas abiertas.
El amor y siempre el amor con sus desengaños, sus encuentros y re-encuentros…
Aquí es a donde llegamos cuando volvemos, cuando nos recuerdan y parece que nos arrastran de donde nos fuimos hace tiempo. Volver con la frente un poco marchita de tanto tumbo pero no con mucha nieve plateando las sienes.
El retorno nos hace revivir de nuevo, ver cara a cara, frente a frente, el punto de partida; y en esta fantasmagórica y grotesca fantasía aparece todo y todos aquellos que nos marcaron. Ahora intentamos encajar la mandíbula y reírnos a carcajada limpia pero no amor, no que va, jode y lo sabes.
Cuando uno se va se reinventa, corta por lo sano y genera un Yo nuevo; un modelo de traje que se ajusta a la piel como un guante, pero el forro de ese guante a veces… pica. El eterno debate está servido
Esta historia nos suena de la Chaning, de Hilda… al final la vida pasa y no sabes quién eres cuando te despiertas porque te acostaste siendo otro, pero nuestro alter-ego, siempre vigilante, nos mantiene alerta y nos hace renegar un poco de lo que somos y aferrarnos en lo que nos hemos convertido.
Recrearse o morir es la clave del ritmo de marcha que lleva ISMAEL, nuestro anti-héroe particular. Porque para crearse hay que creerse, y si no lo haces… ¡Apaga y vámonos!
Cuando Carlos y yo, Miguel,nos conocimos, la atracción fue instantánea, fue amor a primera vista.
Evidentemente, fue ese tipo de amor artístico y platónico que te sucede con personas contadas de esta profesión. Conectamos, ambos teníamos ideas bastante claras de lo que nuestra carrera pedía y decidimos emprender.
Yo escribo normalmente guiones para formato cine y él, actor versátil como es, pues se lanza a muchos retos, pero ambos necesitábamos un canal común en el que volcar nuestras filias, fobias, sentimientos y más tópicos.
Ambos sentíamos idolatría por lo español: lo cañí, Lola Flores y su pendiente, Rocío Jurado “La más grande”, la diversión del humor español tan plagado de ironía ácida y negruras, nuestros clásicos, las verbenas y ferias de nuestras ciudades… Carlos albaceteño y yo malagueño, dos amigos, dos piscis de Marzo, dos que van por la carretera…
De muchas y tantas otras cosas a la vez nace: La Brava, nuestro proyecto más personal hasta la fecha y en el que ambos nos hemos embarcado sin paracaídas.
Confiamos mucho en nuestras referencias, nacimos sin muchas pretensiones, pero evidentemente nuestra primera idea era hacer algo que nos divirtiera, algo sencillo en lo que mucha gente de nuestro entorno y nosotros mismos pudiera sentirse identificado, lo primero que se nos ocurrió fue hacer un monologo; y claro, con tantas canciones que teníamos en la recamara, tenía que ser musical a su vez ¿Qué mejor que el estilo del vodevil?
El tema fue claro desde el principio: La vuelta a las raíces después de la huida. Encontrarse a uno mismo en los lugares en los que alguna vez fuimos desgraciados o felices por un tiempo y que nos han marcado.
Una conversación de confianza que podrías tener con algún amigo en un tasca, sobre cómo fue tu infancia, tu primer amor, el desengaño…Casi un bolero o una copla, la canción que se canta a esa espina que se atraviesa en la garganta y que sólo se baja con un buen trago de vino.
Teníamos ya el logo, referenciando el brillo y el clavel, cosas que simbolizan muy bien nuestro proyecto. Ahora faltaba un título para nuestra primera obra, DESTIERRO sonó como un eco el día que Carlos y yo, tomando una cerveza, empezamos a lanzar palomas al vuelo para encontrar nuestra propia voz en esa obra, a la que teníamos que dar vida, a lo Frankenstein, a un personaje que encarnaba cosas de ambos.
Miss destierro, que da título a la primera pieza escrita por ambos, se auto-destierra de un pueblo murciano llamado Torre de cotillas por el dolor que supone no entenderse, y no ser amado. Lo que le lleva a volver después de 10 años es una boda, porque ¿Qué hay más divertido, caótico y donde puedes reecontrarte con más gente que en una boda? Esto es una comedia, no queríamos matar a nadie, así que lo dejamos todos listo para que todo sonara a estruendo cuando se lance el primer: ¡Qué vivan los novios!
Los viernes de Abril, amor, tienes una cita en Nave 73 con Ismael y con La Brava, vente y verás que no todo es saberse el texto y no tropezarse con los muebles porque… amor, no que va, ¡aquí se mueve hasta el técnico!
TÍTULO MISS Destierro DIRECCIÓN Miguel Lobo TEXTO Carlos Munera y Miguel Lobo INTERPRETACIÓN Carlos Munera PRODUCCIÓN La Brava Teatro
A partir del 12 de abril de 2019 en La Sala Nave73 -Madrid- más información aquí