En «Que vaya bonito», Jorge-Yamam Serrano, centra su atención en la institución por excelencia: La familia, proveedora de seguridades y miedos, inoculados en la niñez, disfrutados y resentidos durante toda la vida, y sin ninguna posibilidad de pedir cuentas de adultos por daños o carencias, porque cuando el daño o la carencia es irreparable, los niños son hombres y los hombres viejos. Y en estos casos queda un resentimiento que sólo tiene una fecha caducidad: La muerte de todos los implicados.
Si el mero hecho de evocar los recuerdos familiares supone siempre abrir la caja de truenos, Jorge-Yamam Serrano, da una vuelta más de tuerca, y fuerza la situación con una fiesta de despedida, pero es casi un símbolo, aunque David no iniciase este viaje a México, nada se podría aclarar nunca de las rencillas del pasado, porque el tiempo en sí, es ya un viaje de ida sin billete de vuelta, y aquí cojo un trozo de la canción de José Alfredo Jimenez, que parafrasea el título de la función: Cuantas cosas quedaron prendidas, yo no sé como voy a apagarlas.
Jiménez en su canción las llama luces de una manera muy poética, pero más bien son gritos difíciles de callar, y sin esperanza redentora de justicia, porque la memoria es caprichosa y cada uno la elabora al antojo de sus necesidades. Si oyéramos hablar a dos hermanos de su padre y su hermana, sin estar al corriente de su parentesco, lo mas seguro es que no pensaríamos que hablan de las mismas personas.
No hay relación que concite tanta contradicción de sentimientos: rechazo, necesidad, amor, odio, como las relaciones filiales y recordemos que lo contario del amor no es el odio, sino la indiferencia y ante un padre o un hermano es casi imposible que se produzca ese sentimiento.
La canción Ojalá que te vaya bonito, con la que juega el título de la función, habla de amor y el amor tiene muchas acepciones, y el filial es uno de ellos y es perfecta para retratar la relación de amor odio o ni contigo, ni sin ti que mantienes los hermanos: David, Pedro y Carolina en «Que vaya bonito» de Jorge-Yamam Serrano. La canción comienza con un deseo aparentemente generoso: Ojala que te vaya bonito, ojala que se acaben tus penas. Suma otro deseo, este más envenenado: que te digan que yo ya no existo, que conozcas personas mas buenas. Una ironía: que te den lo que no pude darte. Una afirmación tajante: aunque yo te haya dado de todo. Una llamada de atención disfrazada de ahí te quedas: nunca más volveré a molestarte, y un puñado de abono para el jardín de los complejos de culpa: te adore, te perdí, ya ni modo.
En el Cine o en el teatro, es un clásico, que mientras se celebra una fiesta en la biblioteca, unos personajes ponen en claro sus vidas. Jorge-Yamam Serrano ha partido de esa mimbraría clásica, pero ha hecho dirimir sus pleitos a los hermanos dentro de la misma fiesta, y allí hace hablar a David, Pedro y Carolina con dos discursos diferentes: uno lo que se espera que digan y otro lo que realmente piensan. David, se va a vivir a México, su padre tiene alzhéimer. Pedro y Carolina se quedan, y aquí se adereza el desasosiego de que su relación forjada de rencores, amores y odios, que tanto lugar ocupa, pase a ser definitivamente pasado perfecto. El padre es una sombra, pero sigue haciendo daño, a David no le reconoce, y cuando va Pedro pide a gritos que venga su único y querido hijo David.
La interpretación de Jorge Cabrera, Jorge-Yamam Serrano y Carmen Flores es simplemente rotunda, porque los tres se potencian, crecen y crecen poniéndose el listón muy alto, con una cintura envidiable para pasar de lo que es correcto decir a lo intolerable, del abrazo a te reviento la cabeza, y lo que solo un hermano te pude contestar: pues ven y reviéntamela.
Jorge-Yamam Serrano, es David, todo un prototipo masculino que se empeña en encubrir cualquier sentimiento con una ironía simpática, pero sufre como todos, Serrano le da un punto perfecto, Jorge Cabera es Pedro, un personaje más oscuro, y si David quiere ser color y Serrano sabe fingir color, Pedro tiene una gama de grises muy rica, por la que Cabera transita, gira y endereza con la rapidez y precisión de quien maneja el volante de un bólido en un circuito. Carmen Flores para mí ha sido un descubrimiento, da vida a Carolina hermana real, y madre por vocación de David y Pedro, que se niega a ser solo mujer, y la representa con esa verdad que desarma, y transmitir esa verdad en una representación es un don que pocas actrices tienen.
Del triple trabajo de Jorge-Yamam Serrano, solo vemos a David, acompañado de Pedro y Carolina, y eso sin duda es que su labor como dramaturgo y director está perfectamente engarzada y funciona.
Enhorabuena señora Flores, señor Serrano y señor Cabrera, son y están espléndidos en esta fiesta de familia.
Título: Que vaya bonito / Dirección y dramaturgia: Jorge-Yamam Serrano / Intérpretes: Jorge Cabrera, Carmen Flores y Jorge-Yamam Serrano / Música: Jorge Cabrera / Ay. dirección: Nico Aguerre / Asesor coaching actoral: Cristina Gámiz / Constelaciones creativas: Quique Culebras / Colaboradores FiraTàrrega: Astrid Corral, Laura Barba, Paco Romero / Covers: Laura Alejandro, Pedro Herreros, Adriá Olay, Eduardo Telletxea / Producción: Jorge-Yamam Serrano / TeatrodeCERCA – La Rueda – FIRATÀRREG
Teatro Lara Sala off Calle Corredera Baja de San Pablo, 15 Madrid
Fechas: 31 de octubre y 7, 9, 14, 21, 28 de noviembre.