Pyramid Blue. Tempo Club, 29/XI/2014

Pyramid Blue. Tempo Club, 29/XI/2014

Para el profano el afrobeat y el jazz etíope o ethio-jazz podrán resultar términos demasiado extraños, exóticos o incluso una modernidad más como tantas otras que surgen casi cada semana, pero lo cierto es que son dos de los estilos hechos en África más accesibles y al mismo tiempo más sugerentes para el oyente occidental acostumbrado a la música negra estadounidense. El afrobeat, con el nigeriano Fela Kuti como dios creador omnipotente, recurre a la cadencia funk y a la estructura jazzística para desarrollar en largos temas un discurso bailable y marcadamente político con el neocolonialismo y el poder como bestias negras. El ethio-jazz por su parte elige patrones melódicos árabes para configurar un jazz oscuro y misterioso pero enormemente adictivo y subyugante. Pyramid Blue, grupo español que ha editado un álbum homónimo con Lovemonk cuya música no queda constreñida a estos dos estilos, ofreció el último sábado de noviembre en la sala Tempo un concierto que sí se adscribió exclusivamente al afrobeat y el ethio-jazz, géneros que ejecutan con una enorme precisión, hasta el punto de que el extenso bis, que fue una versión del «Alagbon Close» de Fela Kuti y Africa 70, diría que reprodujo con una extrema exactitud la grabación recogida en el disco de 1974 de este tema que denuncia la brutalidad policial ejercida en el cuartel general de la policía de Lagos.

Pyramid Blue posee una formación estándar para el afrobeat: batería y percusión con algunos instrumentos tradicionales como el shekere, teclados que reproducen con fidelidad el sonido de Fela Kuti, bajo y dos guitarras que, lejos de adquirir una posición preeminente, se limitan a algo tan sencillo pero esencial como marcar el ritmo, uno más de los polirritmos de esta música. El papel preponderante se reserva a la sección de metales, con trompeta, saxo barítono y saxo tenor. Los músicos tocan y se coordinan de manera impecable: apenas unas leves indicaciones del trompetista y líder marcan la continuidad y los cambios de los compases y riffs. Y se nota que disfrutan con su música, porque lejos de hallarse envarados sobre el escenario transmiten de sobra energía y ganas de moverse al público.

pyramid blue

Con una puesta en escena muy visual (los miembros de la banda salen con gafas de sol y trajes tradicionales africanos o hábitos con capucha que les ocultan el rostro), Pyramid Blue demuestran que los dos estilos musicales mencionados, lejos de ser rarezas minoritarias, se erigen como músicas idóneas para la comunión colectiva y el placer al mismo tiempo que propician la difusión de un interesante discurso político antiautoritario y anticapitalista, de denuncia festiva; una revisión actualizada y radical, en fin, del viejo instruir deleitando.

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