PULP FICTION: Edición 30 aniversario.
Por NACHO CABANA.
Divisa lanza una edición de coleccionista en 4K Ultra-HDTM con HDR-10 y Dolby Vision más un Blu-ray de la mítica película de Quentin Tarantino con atractivos extras… físicos: réplica de una hoja de contactos, tarjetas, pegatinas y una cubierta pop-up recreando la escena del baile entre John Travolta y Uma Thurman.
En la sobrevalorada Anora, Sean Baker dedica 25 minutos de sus 2 horas 10 minutos de metraje a imitar (con poca gracia) el cine de Quentin Tarantino. Es decir, en 2024, el jurado del Festival de Cannes entregó su Palma de Oro a una película que bebe directamente de la que se hizo con el mismo galardón tres décadas atrás. Y lo hizo después de que en la década de los 90 y 2000 fueran numerosos los directores (Guy Ritchie, Martin McDonagh) que buscaron su lugar en el sol haciendo un uso lúdico de la violencia cinematográfica y olvidando a la vez que Pulp Fiction es mucho más que gangsters manteniendo conversaciones delirantes mientras revientan cabezas.
Y es que los componentes de provocación que hay en la película que ahora edita Divisa siguen vigentes hoy en día porque se complementan con una estructura temporal tan legible como significativa.
Tarantino reformuló en Pulp Fiction el perspectivismo cinematográfico que había dado lugar a obras maestras como Atraco perfecto de Kubrick o Rashomon de Kurosawa (en literatura, la verdad, estaba más que inventado) utilizándolo, no para contar el mismo acontecimiento desde el punto de vista de los diferentes personajes implicados, sino para implicar al al espectador en el drama a través de un puzzle temporal que despejó el camino a otras películas de historias cruzadas como Shortcuts de Robert Altman (1993).
Al tiempo, Tarantino desperdigaba por su metraje una serie de elementos que, en estos 30 años, se han convertido en objeto de culto como la cita bíblica que recita compulsivamente el personaje de Samuel L. Jackson (Ezequiel 25:17), la cartera con la leyenda «Bad mother fucker», el logo de la compañía de taxis que agarra Bruce Willis cuando escapa del combate de boxeo en el que se ha negado a echarse a la lona («Big Jerry Cab»), la identidad corporativa del restaurante «Jack Rabbit Slims» o la Big Kahuna burguer, la cadena de comida rápida de temática hawaiana que también aparece en Abierto hasta el amanecer de Robert Rodríguez, Death proof o Reservoir dogs.
Son precisamente estos elementos icónicos los que reproducen las pegatinas que se adjuntan en el sobre de extras físicos de la edición 30 aniversario de Pulp Fiction junto a una supuesta hoja de contactos, fotocromos y un hermoso desplegable pop-up.
La calidad de imagen y sonido de la edición que ahora se lanza de manera limitada (y que ya está agotada en algunos puntos de venta habituales) es excepcional. Es de lamentar que no se haya incorporado extra alguno, existiendo como existe una edición británica (también de coleccionista) de principio de los 2000 donde, entre otros suculentos materiales, se puede disfrutar de 5 escenas extendidas con otras tantas introducciones de Quentin Tarantino, un “Behind the scenes” de media hora de duración, una recopilación de trailers internacionales…
Fuera o no la de Anora una Palma de Oro de consenso (parte del jurado hubiera premiado a Emilia Pérez y parte a La sustancia), lo que resulta innegable no es solo que la sombra de Pulp Fiction llega a nuestros días sino que la peineta que Tarantino le hizo a alguien del publico que le increpaba cuando Clint Eastwood le otorgó el gran premio del Festival de Cannes en 1994 sigue vigente hoy día, dirigida a esos críticos inmaculados que, aludiendo un impostado humanismo, encumbran Anora (muy inferior incluso a los dos títulos precedentes de su director) o alaban “troleos” tipo No esperes demasiado del fin del mundo de Radu Jude de los que nadie se acordará en 2054.
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