Priscilla Reina del Desierto. Al éxito por la mímesis.

Priscilla Reina del Desierto. Al éxito por la mímesis.

Cuando se cumplen dieciocho años del estreno en el Teatro Lope de Vega de Madrid de la versión de El hombre de la Mancha  producida por Luis Ramírez con José Sacristán  y Paloma San Basilio (montaje que normalizó la presencia de musicales en la cartelera madrileña) hay algo que ha quedado claro en lo que a adaptaciones de espectáculos extranjeros se refiere: cuanto más miméticos son los shows españoles a las producciones originales, mejor. O dicho de otra forma: adaptar a los supuestos gustos del espectador hispano textos y canciones que ya han triunfado mayoritariamente en inglés solo sirve para devaluar la versión local. El rey león tiene el éxito que tiene en el Lope de Vega porque es igual a los montajes estrenados en Nueva York, Londres y quince ciudades más; Los productores fue un fracaso (amén de por las carencias vocales de parte de su cast) por españolizar las gracias.

Priscilla, reina del desierto es un musical original de Stephen Elliot y Allan Scott que fue estrenado en el 2006 en Sydney. En 2009 viajó a Londres, en Broadway se estrenó en 2011 y en Buenos Aires el año pasado. Ha ganado los premios Tony al mejor actor en un musical y mejor diseño de vestuario amén de los Olivier a mejor nuevo musical, mejor actor en un musical y mejor diseño de vestuario.

El primer acierto de sus productores españoles ha sido trasladar el show original prácticamente tal cual, sin abaratarlo con chistes locales, sin buscar la complicidad y la risa fácil de un tipo de espectador que carece de capacidad económica para pagar una entrada. El segundo es haber invertido en la producción el dinero necesario para reproducir los hallazgos escénicos de los montajes extranjeros.

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De esta forma, sobre el escenario del madrileño Teatro Alcalá se suceden espectaculares números musicales coreografiados por Ross Coleman y Andrew Hallsworth, una escenografía -de Brian Thomson– tan colorista como ingeniosa (me quedo con el momento en que la furgoneta se va iluminando de color según los protagonistas la pintan) y un despliegue de vestuario –de Tim Chappel y Lizzy Gardier–  absolutamente apabullante y generoso.

Priscilla reina del desierto mezcla en su concepción dos subgéneros del musical bastante denostados por los especialistas: la adaptación de un éxito cinematográfico y el “juke box”. A ello añádanse los riesgos de contar sobre el escenario una historia que es básicamente un viaje (en la memoria queda aquel imposible versión canadiense de El señor de los anillos en el 2006 que logró representarse durante un año en el West End). Sorprendentemente, la combinación de los tres elementos funciona y muy bien. Los éxitos de la música disco habitualmente asociados a la cultura gay son encajados de forma bastante fluida en la misma trama de la película al tiempo que las posibilidades escénicas del omnipresente autobús se multiplican según avanza el show. Es además tremendamente aplaudible la valentía de Ángel Llacer, Manu Guix y Julio Awad de mantener el inglés en la mayoría de los temas ahorrándonos la vergüenza ajena (¿recuerdan aquel “Quiero montar en bicicleta” de We will rock you, el musical de Queen?) que provoca escuchar traducidas al castellano temas como “I will survive” o “Like a virgin”. Solo se escuchan en español fragmentos de las letras importantes para la comprensión de la trama (nunca los estribillos) excepto en el caso de True Colors que es interpretada íntegramente en español.

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No tuve ocasión de ver a Mariano Peña en el papel de Bernadette pero su cover, el histórico transformista José Luis Mosquera, hace gala de una gran credibilidad y excelentes dotes vocales. A su lado, Christian Escudero y Jaime Zatarain cumplen sin esfuerzo pero no brillan como Mosquera. Etheria Chan modula mal el histerismo de su personaje en su encarnación de Cynthia, la thai especialista en “ping pong pussy”, un número al que se le podría haber sacado más partido.

La obra sufre un bajón de ritmo al inicio del segundo acto. El melodrama convocado por el encuentro final con el niño (una lástima que la interpretación de la versión Elvis de “You are always on mi mind” no acabe con el cover que de la misma popularizaron los Pet Shop Boys)  se queda lejos de llegar al corazón. En cambio, el número que los tres travestis hacen de espaldas al público comprimiendo en cinco minutos una actuación de más de una hora en el supuesto casino al que llegan los protagonistas tras atravesar el desierto levanta el show hasta su final.

Teatro Alcalá, Calle de Jorge Juan, 62. 28009 Madrid

Horario: 10:00-14:00 y 17:00-20:30
(Lunes cerrado)

Metro: L2, L9 Príncipe de Vergara. L4 Goya Autobús: 29, 52, 15, 152, 146 y L2.

 

http://www.priscillaelmusical.es/

 

Autor

Escritor y guionista profesional desde 1993. Ha trabajado en éxitos televisivos como COLEGIO MAYOR, MÉDICO DE FAMILIA, COMPAÑEROS, POLICÍAS EN EL CORAZÓN DE LA CALLE, SIMULADORES, SMS y así hasta sumar más de 300 guiones. Así mismo ha escrito los largometrajes de ficción NO DEBES ESTAR AQUÍ (2002) de Jacobo Rispa, y PROYECTO DOS (2008) de Guillermo Groizard. Ha dirigido y producido el documental TRES CAÍDAS / LOCO FIGHTERS (2006) presentado en los festivales de Sitges, DocumentaMadrid, Fantasia Montreal, Cancún y exhibido en la Casa de América de Madrid. Ganó el premio Ciudad de Irún de cuento en castellano en 1993 con LOS QUE COMEN SOPA, el mismo premio de novela en castellano en el año 2003 con MOMENTOS ROBADOS y el L´H Confidencial de novela negra en 2014 con LA CHICA QUE LLEVABA UNA PISTOLA EN EL TANGA publicada por Roca Editorial. Acaba de publicar en México su nueva novela VERANO DE KALASHNIKOVS (Harper Collins). Su nueva serie, MATADERO, este año en Antena 3 y Amazon Prime.

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