Hace un par de años, cuando yo llevaba la sección de cine de la web Culturamas, el poeta Jorge Díaz Martínez se puso en contacto conmigo para hablarme de un proyecto cinematográfico basado en su poesía. La cosa consistía en una película compuesta por varios cortos referidos a algunos de sus poemas, con una producción en la que se combinaban gráficos animados y escenas mudas de imagen real similar a un collage musicado, sin llegar a ser videoarte o videopoesía. Un proyecto fascinante.
Los directores del proyecto, los noveles Pablo Diartinez (español) y Erik Parys (belga), escogieron el portal IndieGoGo.com para el lanzamiento de su campaña de apoyo mediante crowdfunding a un trabajo cinematográfico extraordinariamente atípico titulado De las páginas de Álbum (From the pages of Album).
Hoy, ese proyecto es una realidad, ha salido adelante y ya esta finalizado el primero de estos cortos. Aún no está visible públicamente en la red pero ha empezado el circuito de festivales: Out of reach (rain night), la versión inglesa de Sin conexión (noche de lluvia), que adapta un poema del mismo título, hizo su estreno mundial en Canadá durante el VIFF 2014 (Festival Internacional de Cine de Vancouver) y este mes verá su estreno estadounidense en el Festival de Cine Slamdance 2015, que se celebra en Park City, una pequeña ciudad del estado de Utah, del 23 al 29 de Enero. El Festival Slamdance surgió de un cisma entre los fundadores del Festival de Sundance, está emplazado en el mismo lugar (en la misma calle incluso) y sucede durante los mismos días. Su objetivo es acoger las películas verdaderamente independientes y que, irónicamente, ya no podrían tener hueco en la selección oficial de su festival hermano, que había crecido «demasiado». Uno de los primeros grandes directores de Hollywood en beneficiarse del acceso simultáneo a la audiencia de ambos festivales fue Christopher Nolan, cuya carrera profesional despegó a raíz de que su primer cortometraje fuese seleccionado por Slamdance.
“Coffee and Cigarrettes de Jim Jarmusch”, nos dicen los autores, “es una serie de cortos disfrazada de largo. Nosotros hemos necesitado hacerlo al revés: aunque nuestra primera intención era hacer un largometraje, el material, la historia y las circunstancias de producción han hecho que sea necesario trabajar pieza por pieza y exhibirlas como serie de cortometrajes. Elaboramos nuestras imágenes para que alcancen una calidad y resolución apta para proyección en salas de cine. En cambio, nuestra particular fusión de narración, poesía, gráficos y música no ha sido nunca vista en cines”.
Llevar poesía a la pantalla es una propuesta arriesgada, y aún más cuando se hace a través de imágenes de una sofisticación visual extrema, pero los autores defienden que el resultado es accesible al gran público: “nuestra receta es original, pero sus ingredientes son conocidos. Utilizamos el lenguaje del videoclip y la publicidad para contar una historia de amor trágico”. Algo que responde a esa buscada transversalidad de nuestros días: mantener una propuesta muy distinta en lo específico sin perder de vista las tendencias estéticas. Y en muchos casos son precisamente los autores aburridos de lo estándar quienes al buscar algo poco convencional acaban por crear nuevas tendencias alejándose de lo preestablecido.