Uno debe abandonarse a su intuición: sabemos más de lo que creemos.
David Lynch
Desde hace dos años en la sala Artistic Metropol, los sábados por la noche Pablo Raijenstein desarrolla un original espectáculo que mezcla la puesta en escena del mentalismo con la magia del séptimo arte.
Pablo Raijenstein es un artista ecléctico. Nos cuenta:
«Puedo creer en absolutamente en todo y en nada. Me gusta tener la capacidad de sorprenderme.
Yo desarrollo el mentalismo dejándome seducir por todo. Me he formado en varias ramas (arte dramático, edición de cine, escuela de circo, de diversos seminarios de neurociencia e hipnosis) y por eso me gusta fusionar técnicas de mentalismo con la narración de una historia
A raíz de esta “experiencia” , que es como llaman los mentalistas a los ejercicios de su puesta en escena, me siento con Pablo a charlar de su interesante trabajo. Un trabajo diferente que aúna distintas disciplinas.
Quizá lo primero que tenemos que aclarar es qué es exactamente el mentalismo. ¿Es parte de la magia?
Es una rama del ilusionismo la magia, pero el mentalismo a diferencia del ilusionismo no se basa en la floritura, si no en introducirse en tu mente y ahí esta lo inquietante.
Pablo, transpirando cariño por su profesión, resume los puntos de partida del mentalismo.
La época de esplendor es desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Comienza con la historia de las hermanas Fox, que percibían fenómenos paranormales, que luego se descubrió que provocaban ellas mismas.
Después se lleva a teatros con los hermanos Davermport que lo convierten en un espectáculo espiritista. Mas tarde Houdini, se ocupa de recrear ese tipo de efectos para exponer a los falsos videntes o médium.
A principios del XX se popularizan estudios sobre la hipnosis, la psicología, la parapsicología y se empiezan a practicar diversas corrientes como el budismo en occidente, De hecho, el mentalista alemán Hanussen (el primer mentalista moderno) juega con todo esto a la vez.
Los mentalistas emplean esto para justificar ciertos tipos de efectos. De esa unión sale un poco lo ambiguo, lo políticamente incorrecto; el cómo consigo los resultados, cómo consigo leer tu mente.
A mi también es lo que me parece interesante, no se trata de engañar a la gente. Es lanzar la pelota al espectador y que él decida que es lo que ha visto y sentido.
A muchos ilusionistas esto no les gusta , porque consideran que todo tiene que estar muy bien etiquetado.
Yo parto de que es una ilusión, pero es interesante tener una dosis de ambigüedad.
El mentalismo tiene una base científica.
Hoy en día el mentalismo se basa mucho en la comunicación no verbal , a los microgestos, a la sugestión (la hipnosis)
El mentalista honesto es el que hace esas demostraciones de forma ociosa e incluso artística, creando un espectáculo, una historia.
Cómo en la película “Red Light” de Rodrigo Cortes. Falsos médium, y especialistas que intentan demostrar que todo es un truco.
¿En qué consiste el espectáculo Mentalismo en el Cine?
El hilo conductor son las películas malditas, los personajes extraños. Primero, parto de la base de como nos pueden manipular con efectos subliminales, y después como una persona obsesiva puede descubrir quien le dice la verdad o quien no, para continuar con diversas experiencias y meterme de lleno en los rodajes malditos.
¿Es complejo combinar el mentalismo con la teatralización?
Considero que la teatralidad tiene que ser la justa, para dotar de veracidad a las experiencias.
Este espectáculo de cine, empieza de alguna manera diciendo: «Tu también lo puedes hacer. Tu tienes las herramientas como las tengo yo»
Había trabajado con el director Adolfo Simon en “La Mirada de Aleister Crowley” con una fuerte carga paranormal, espiritista y ocultista. También el espectáculo «Ouija House» que bebía de esos elementos.
«Mentalismo en el cine» se puede adscribir más a la psicología, pero sigue siendo vivencial. Todo es muy participativo.
Mucha gente intenta descubrir el como lo haces ¿cómo lo ha hecho? Somos adultos y buscamos la forma, la trampa…
El mentalismo bien ejecutado hace tambalear los pilares de nuestras construcciones mentales y nociones que tenemos de los que se puede realizar y eso puede hace disfrutar mucho. Me gusta llevar a la gente a jugar, a disfrutar de esta experiencia.
Lo divertido es que te pueden confundir con un showman, un psicólogo o un reverendo…
¿Hay algún ejercicio sencillo que pienses que lo podríamos hacer todos?
Esto es como tocar el piano, si tienes oído y enfocas tu vida podrás tocar lo que quieras. Si enfocas o inviertes tiempo y trabajar en ello, se puede conseguir.
¿Cuál es tu experiencia favorita? Aquí Pablo duda, supongo que tiene muchas.
Me gusta mucho trabajar con Little Danny , que es una replica de un muñeco de los años 50. Me ha dado muchas gratificaciones los ejercicios que hago con el.
Little Dani le acompaña en Mentalismo en el cine, y puedo asegurar que es muy sorprendente lo que hacen juntos.
También los procesos de sugestión -añade- que pueden estar presente en cualquier efecto; ese momento en el que la mente empieza a enajenarse.
La sugestión, la hipnosis que hoy en día es considerada una ciencia…
La hipnosis es fascinante. Es impresionante el poder que tiene la mente humana.
¿Todo el mundo puede entrar en ese estado?
Si, a lo mejor no en cualquier momento, pero se puede dar de forma inconsciente en el día a día. A veces vas andando o en coche pensando en tus cosas y llegas a tu destino, y no recuerdas como has llegado, o el camino exacto que has seguido. Eso sucede porque automatizas unas acciones, elimina recuerdos que consideras innecesarios. De esa forma se puede entender el proceso hipnótico. Esa capacidad de concentración, de centrar tu mente en que quieres recordar y que no.
Mentalismo en el cine es un espectáculo que te conduce de sorpresa en sorpresa. No te deja indiferente. Está hecho con mimo, humor y todo los elementos del buen mentalismo.
Pablo Raijesntein es un artista con una puesta en escena limpia y eficaz.
No me interesa la gente que dice, “yo estoy por encima porque puedo hacer esto”. No me crean empatía. Yo parto de la empatía y de la humanidad. No busco ni el susto, ni el terror fácil, no me gusta el trazo gordo, busco el trazo fino, para disfrutar de las sensaciones y sentidos, de los sabores.
Y así es, son sus espectáculos: un trazo fino, elegante que te sumerge en el maravilloso mundo de la mente.
Artistic Metropol C/Cigarreras, 6
sábado 22:30
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