De vez en cuando, y raramente, uno topa con una obra de envergadura que lee apasionadamente tanto por su contenido como por la manera en que está escrita. El libro del que hoy os hablo, y que os recomiendo vivamente, recoge un prolijo testimonio (nada menos que 505 páginas) sobre un personaje no demasiado conocido para el público español, pero cuya importancia sobrepasa el ámbito meramente erudito. Me refiero al escrito de Hazhir Teimourian, publicado en Berenice (25 euros), Omar Jayyam. Poeta astrónomo, rebelde, catalogado como la «biografía definitiva de un genio universal».
Mi primer contacto con Omar Jayyam, hace varios meses, mientras preparaba la edición de Galería de los invisibles (Ediciones Xorki, 2012), no pudo ser más feliz. Encontré en su figura el magisterio de un sabio que, despreocupado por los prejuicios socialmente establecidos, no dudaba en hacer frente a los rigores menos dulces de la vida, sin dejar de atender, por otro lado, a los pocos placeres que nos están dados.
Pan, queso y un jarro de vino,
contigo a mi lado bajo una exuberante parra.
Conozco a un gran rey que, si pudiera,
trocaría su corona por aquello que es mío.
A través de la magnífica prosa -rigurosa y liviana a partes iguales- de Hazhir Teimourian, quizás el mayor experto en el desarrollo del pensamiento en Oriente Medio, y de la maravillosa edición de Berenice (que acompaña el texto con material gráfico de mucha utilidad para el lector), se nos da a conocer la existencia de este extraño y peculiar personaje que tanto marcó la época en la que vivió.
Cuando el Creador planeó mis elementos,
dicen que me quería dar la Tierra Prometida.
Amantes, laúdes y vino junto a un campo de trigo:
dame de los tres ahora. ¡Más vale pájaro en mano!
Aunque la mayor parte de los ensayos filosóficos que poseemos de Omar Jayyam son de incierta autoría, conservamos una parte muy importante de las deliciosas cuartetas (o robaiyyat) que le sirvieron para delinear su propio pensamiento, así como para llevar a cabo numerosas confesiones íntimas -como si de un diario poético se tratara-. En esta obra, además, se ofrece una nueva traducción de estas inmortales composiciones que tanto han marcado el subconsciente lírico de Oriente y Occidente (a través de la traducción inglesa de Fitzgerald).
Se suelen atribuir entre 100 y 200 cuartetas a Jayyam, cada una de ellas con diferente grado de certeza sobre su autoría, «dependiendo de su existencia en los documentos más antiguos y en su contenido filosófico y estilo lingüístico». La manera en que Hazhir presenta los robaiyyat queda plasmada de esta manera: «adoptan la forma del curso de un río, que nace en la ladera de una montaña y comienza su descenso hacia las llanuras que hay más abajo. Empieza siendo un pequeño arroyo, que fluye inquieto y ruidoso saltando por encima de los cantos rodados. A medida que va teniendo más agua, se hace más profundo y ancho, y rebosa de dignidad y de confianza silenciosa en sí mismo. Más adelante, en el otoño de su vida sobre el suelo de un gran valle, serpentea y se oscurece, adquiriendo un carácter sombrío. Finalmente, llega a su máximo esplendor en el estuario, donde parece que no se mueve en absoluto. Se funde con el mar y pierde su identidad individual, su ser».
Este Círculo en el que fluimos y refluimos,
sin principio ni final conocido.
El Enigma sigue como se planteó hace mucho tiempo:
¿de dónde venimos? ¿Adónde vamos?
Como explica Sadeq Hedayat en la Introducción de la edición de Hiperión de los robaiyyat, texto que nos sirve para adentrarnos sin excusa en la biografía editada por Berenice, «la filosofía de Jayyam nunca perderá su frescura porque estos cantos, aparentemente reducidos, aunque medulares, plantean todos los problemas filosóficos importantes y oscuros que a lo largo de la historia han desconcertado al hombre, así como los pensamientos que le han sido impuestos forzosamente y los enigmas que han quedado inexplicados. Jayyam fue intérprete de esos tormentos del alma […]. Tras su sonrisa angustiosa y estremecedora, expone problemas religiosos y filosóficos, después busca la solución perceptible y razonadamente».
¿Perdido en el vino del Mago? ¡Lo estoy!
¿Pagano? ¿Zoroastrista? ¿Hereje? ¡Lo soy!
Cada pueblo tiene su idea sobre mí.
Yo soy yo mismo, sea lo que sea.
El libro de Hazhir Teimourian es un imprescindible. Un clásico contemporáneo de la historiografía del pensamiento de Oriente. Una filón de extraordinaria hondura sobre un pensador, «poeta, astrónomo, rebelde», inigualable, deslumbrante, irreverente y eterno. Un ensayo histórico pero a la vez literario repleto de diversos e innumerables testimonios sobre Jayyam, que guiarán al lector, a hombros de gigante, a través de la apasionante vida del inmortal Omar.
Nunca estuve necesitado de maestros;
y yo mismo he planteado más teoremas.
Durante setenta y dos años pensaba día y noche:
¡sólo para concluir que no sabía nada!