Adam Bakri y Leem Lubani, en una imagen de «Omar»
El director Hany Abu-Assad sorprendió en el Festival de Berlín de 2005 con «Paradise Now», la historia de dos jóvenes palestinos que recibían la misión de cometer un atentado suicida en Tel-Aviv. El cineasta mostraba sin barato maniequismo las peripecias de dos kamikazes que se encontraban lejos de ser esos seres malvados que la mayoría de los ciudadanos puede tener en la cabeza cuando se habla de un terrorista. La sensibilidad del cineasta a la hora de retratar a los chavales y su postura nada tendenciosa respecto al conflicto palestino-israelí le hicieron merecedor de los premios del Público y Ángel Azul en el certamen de la capital alemana, así como de una nominación a la Mejor Película de Habla No Inglesa. Su siguiente trabajo, el corto «A Boy, A Wall and A Donkey», su aportación al filme colectivo «Stories of Human Rights», suponía casi una prolongación de su filme anterior al mostrar la historia de tres chavales que sueñan con convertirse en soldados de la causa Palestina en una zona cercana a uno de los muros que desgraciadamente pueblan el lugar.
Después de su experiencia norteamericana con el fallido thriller «The Courier», Abu-Assad vuelve a territorio conocido con ‘Omar’. De hecho, podríamos hablar de casi un complemento a «Paradise Now» o «A Boy, A Wall and A Donkey». Parece como si nos encontráramos con los protagonistas del corto algunos años después de aquellos juegos de niños, cuando ya han crecido y se han convertido en seguidores activos de la causa Palestina. Uno de ellos, el chico que da título al filme, es detenido después de participar en un ataque donde murió un soldado. Encarcelado por su negativa a reconocer los hechos, las autoridades del país le permitirán salir a cambio de darles información sobre sus compañeros. Será entonces cuando se vea en un particular dilema moral, agravado aún más por estar enamorado de una chica que es la hermana de su mejor amigo y ha conquistado a otro de sus colegas.
Abu-Assad refleja de manera acertada lo difícil que puede ser la vida de aquellos que se encuentran en medio de un conflicto como el palestino-israelí. El realizador nos enseña cómo los intereses personales parecen quedar a un lado en un lugar donde resulta prácticamente imposible llevar una vida tranquila y todo parece condicionado por las personas a las que cada cual acabe apoyando. Evidentemente, muestra la represión israelí con sus torturas y su acoso a los palestinos, aunque estos tampoco aparezcan como el colmo de la tolerancia.
El cineasta logra plasmarlo todo como si fuera un thriller realista y consigue extraer maravillosas interpretaciones de un reparto mayoritariamente amateur. Especialmente memorables resultan Adam Bakri, que encarna de manera natural a ese chico que se encuentra entre la espada y la pared, y Leem Lubani, en el papel de su novia. Ambos plasman de manera perfecta ese proceso de endurecimiento y maduración a la fuerza que sufren sus personajes. Contribuye a dotar de veracidad al filme unos diálogos nada forzados que parecen recién salidos de la misma calle.
Sin ningún tipo de exhibicionismo formal, «Omar», ganadora del premio del Jurado de la sección ‘Un certain Regard’ del Festival de Cannes y candidata a la Mejor Película de Habla No Inglesa, es, sin duda alguna, una de las mejores cintas exhibidas en los cines españoles durante 2014.
«Omar», de Hany Abu-Assad, se estrenó en España el pasado 4 de julio.