Obsesión, de Rob Cohen

Obsesión, de Rob Cohen

Claire Peterson (Jennifer Lopez) es profesora de literatura clásica en secundaria y está intentando asimilar que su marido, Garrett (John Corbett), le puso los cuernos con su secretaria. La llegada del apuesto veinteañero Noah Sandborn (Ryan Guzman), el sobrino de su vecino, despertará en Claire una atracción sexual que derivará en un encuentro íntimo del cual se arrepentirá más tarde. Los celos y la locura del joven aflorarán en un intento de hacer la vida imposible a la mujer madura de la que se ha enamorado de forma enfermiza.

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«Obsesión», dirigida por Rob Cohen

Rob Cohen, experto perpetrador de telefilms vendidos como producciones de las que deben pasar por las salas de exhibición, lo ha vuelto a hacer. Y no vengo a referirme a rodar un producto medianamente correcto como los que hizo en los noventa (Dragón, la vida de Bruce Lee, 1993; Pánico en el túnel, 1996; o Dragonheart, 1996), sino que esta vez ha apostado por el bodrio mayúsculo, lo que parece haberse convertido en un sello de identidad propio, como buen mercenario del celuloide especializado en rodar subproductos de los que contienen algún que otro reclamo (en este caso, la celebrity del Bronx) que sopese la nula calidad del film realizado.

Tomando todos los clichés baratos del suspense de sobremesa, de forma rancia y tediosa asistimos a una tontería épica hecha a imagen y semejanza de Jennifer Lopez, la cantante portorriqueña que parece no escarmentar en cuanto a su carrera como actriz, la cual debería haber abandonado con dignidad hace ya muchos años, para así dejar de torturar al espectador de a pie con su aburrida presencia y nula capacidad de transmisión emocional. Esta vez, su partenaire no es otro que Ryan Guzman, actor a la altura de la fémina protagonista, proveniente de la aberrante saga de baile callejero Step Up, de la cual encabeza el reparto de la quinta y sexta entrega. Con semejante nivel, lo que uno puede esperar de esta Obsesión es que, al menos, entretenga. Error.

Situaciones que todos conocemos, convertidas en cliché de mercadillo, véase a JLo sentada en el sofá poniendo cara pensativa con una gran copa de vino en la mano. Una subtrama que no interesa lo más mínimo: la del hijo de la protagonista, víctima de bullying que acabará yendo al baile de otoño (¿baile de otoño? ¿En serio?) con la chica más guapa del instituto. Personajes planos y de los que no nos importa qué les pase o les deje de pasar: la subdirectora del centro educativo, el ex marido infiel, incluso la  propia Claire. Y por no hablar de una tensión que brilla por su ausencia, o del supuesto erotismo que debía importar en algún que otro momento clave de la trama. Todo en conjunto es lo que suma para convertir esta producción en el enorme despropósito que es.

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«Obsesión», dirigida por Rob Cohen

En definitiva: si quieren disfrutar con un supuesto thriller convertido en comedia involuntaria, esta es su película. Si no quieren sentirse estafados: apuesten por cualquier producto de la sobremesa del fin de semana, pues la gran mayoría superan con creces la calidad de esta última aberración fílmica de esta diva del pop de saldo.

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