En la imagen el actor Jesús Barranco, que a su vez representa ser un actor en «Obra inacabada», de Los Bárbaros, con dirección de Javier Hernando y Miguel Rojo.
Obra inacabada, parte de una idea de Javier Hernando y Miguel Rojo, que también dirigen. Creación: Rocío Bello, Javier Hernando, El primo de Saint Tropez, Miguel Rojo y Miguel Ruz Iluminación: Miguel Ruz Diseño de vestuario Rocío Bello Espacio sonoro Pilar Calvo Producción Los Bárbaros En coproducción con Teatro de La Abadía en donde estará en cartel los días 2 y 3 de julio de 2022, en la Sala José Luis Alonso, más información AQUÍ.
Por Luis Muñoz Díez
Obra inacabada dibuja el concepto romántico de la vida, de su único protagonista, frente a las dudas de la existencia. Nuestro hombre busca el ideal a través de lo que conoce por la literatura, que no casa con su vida para nada.
En el programa de mano nos avisan que la obra se inspira en la novela inacabada El Monte Análogo de René Daumal. «En la novela se cuenta la historia de un estrafalario personaje con amplios conocimientos científicos que reúne un día en su casa a un grupo de artistas y diletantes para ascender a una montaña que no aparece en los mapas. René Daumal murió antes de acabar la novela, por eso no sabemos si el grupo llegó a la cumbre de la montaña»
El único personaje de Obra inacabada, con las luces. Un actor en la ficción, interpretado por Jesús Barranco que, recrea al detalle una historia en la que se hace con todos los personajes, partiendo de una idea tan sugerente como utópica, que es la de un hombre que decide romper todas las luces que ciegan la noche, y no nos permiten ver las estrellas.
Choca con la realidad como muestra el diálogo que mantiene con los dos policías que le interpelan por romper todo aquello que ilumine. Su respuesta es clara, esas luces no permiten ver las estrellas. El juicio de uno de los policías es que está desorientado, el otro le contradice afirmado, que lo que pasa es que es tonto, porque en Vallecas no hay estrellas.
El actor de la ficción mantiene un diálogo, dando entidad a varias lámparas asépticas en su desnudez, que primero distribuye por el escenario, y después enciende o apaga según adquieren protagonismo, quién representan. Primero las luces le servirán para apoyar su historia de vándalo nocturno, y después ya en su casa por el juego simbólico, de que la luz representa a la vida.
En la obra se marca un antes y un después con el mero cambio de vestuario, en principio el actor mientras trajina con las luces canta y viste como un farero, para después despojarse de sus ropas de calle, y quedar con un mero pijama de tela blanco, con bolsillos, en la intimidad de su casa, con sus fantasmas y sus pensamientos.
A diferencia del personaje de la novela inacabada de Daumal. nuestro hombre, no se reúne en su casa con artistas diletantes para ver la manera de escalar la montaña que no aparece en los mapas. Él se encerrará en su casa llegando a un aislamiento que sobrecoge, porque es cierta la facilidad con la que un inicio voluntario u obligado por vejez o enfermedad, en un tiempo indeseablemente breve, se logra que nadie llame a tú puerta.
Su desvinculación social se inicia con una carta de despido del trabajo, deslizada bajo la puerta, después de una comunicación de la comunidad a los que causa inquietud, traducida a miedo, como todo lo desconocido que no se puede etiquetar por diferente. Su único contacto con el mundo será un cesto con melocotones que recibe sin remite, que han de servir de obsequio para quien ha de venir, que jamás llega, y con los que se alimenta y sus huesos le sirven para establecer un dialogo con las ratas, que buscan sus huesos como alimento.
Nuestro protagonista en un momento dado le faltan las fuerzas para seguir porque el “no lugar” que quiere crear, no es su casa, y él no es más que un actor que representa una función para un público. La interpretación de Jesús Barranco es extraordinaria, consigue mantener la atención y la escucha los 55 minutos que dura la pieza.
Obra inacabada, aparte de mostrar la infinita soledad del individuo, y su total desconocimiento de cual, es la función de su existencia, deja en el aire prendidas 2001 dudas, que no tienen respuesta, como no tuvo final la novela de René Daumal, porque su existencia fue efímera, para responder a todas sus dudas y preguntas.