Nunca segundas partes fueron buenas…¿Se puede aplicar a la última película de Lars von Trier el viejo adagio? Desde luego parece arrastrarse algo, una cadena que nos ata, todavía hipnóticamente a la primera parte, al Volumen 1. Así, esta nueva película da inicio como finalizó, con Jérôme, en planos de cierta alarma o expectativa por su parte. Jérôme, interpretado por Shia Labeouf, salvo al final del film cuando lo encarna Michaël Pas, de quien no siente nada nuestra heroína, Joe, alternativamente Stacy Martín y Charlotte Gainsbourg.
En una de sus escasas atinadas apariciones en esta segunda parte, Seligman, el confidente de Joe que interpreta Stellan Skarsgärd, da pistas, quizá algo tramposas sobre la visión que acompañó al primer orgasmo, con doce años, de la protagonista, diagnosticado como un ataque de epilepsia, pues el orgasmo fue espontáneo.
Recordé, al oírlo, que ciertos casos de epilepsia se tratan mediante la callosotomía, o seccionamiento del cuerpo calloso, masa neuronal que une a ambos hemisferios cerebrales. De resultas de una callosotomía se pierde la conexión entre el cerebro emocional y el racional.
Seligman da a entender a Joe que en ese remoto origen se produce su disociación entre culpa y placer. A continuación surge a la luz que Seligman nunca ha conocido a mujer -ni a varón- y que es asexual. Se quiebra aquí sutilmente la relación que da sentido al planteamiento narrativo de la película: Joe-Scheherezade contándole historias excitantes a Seligman-Sultán.
El grado cero de la narración, se toca fondo y es como si de ahí surgieran el hombre y la mujer religiosos, pecadores y culpables. El personaje de Seligman pierde su razón de ser. Y el cerebro de Joe vuelve a funcionar normalmente, con sus dos partes reunidas en una sociedad todavía patriarcal y en la que la mujer, con suerte, boquea y sobrenada, con mayor o menor dificultad.
Se podría decir que en esta segunda parte todo se masculiniza y, por tanto, al tratarse de la historia de una mujer -la vida sexual de una mujer-, surge la culpabilidad y el sufrimiento con mucha mayor abundancia. Es que el hombre, todavía con resabios patriarcales, no sabe sino hacer ésto con las mujeres que gozan: hacerlas sufrir.
Y hasta dejar de gozar: Joe pierde su capacidad orgásmica en cuanto se levantan a su alrededor los muros y la techumbre del hogar patriarcal que conforma por un tiempo junto a Jérôme. No en vano el título del capítulo más extenso de este Volumen 2 es “La iglesia oriental y la iglesia occidental” para subrayar el tránsito de la felicidad al dolor y la crispación.
Otro personaje masculino, K. al que da vida Jamie Bell, marca el inicio del declive del pene en esta historia. En efecto K. ejerce violencia sobre las mujeres sin que quede claro cuál es su mecanismo de satisfacción sexual pues no parece necesitar del contacto físico. K. “ejerce” efectivamente, su modus operandi es el de un especialista, sexólogo, por ejemplo, que atiende a sus pacientes-clientas en un consultorio que también tiene algo de sala de teatro alternativa, con su atrezzo y su escenificación.
Joe se somete a K. negando su condición de mujer libre y liberada para buscar desesperadamente una vía perversa de retorno al orgasmo, lo cual consigue trabajosamente.
Se abre luego un periodo de latencia, que Joe aprovechará para visitar un grupo de autoapoyo de adictas al sexo, en las que no se verá reflejada pues sus componentes son sencillas compulsivas, más o menos mecánicas mientras que Joe es una rebelde que “no entra en la sociedad ni la sociedad entra en ella”.
En el último capítulo, la madura Joe, definitivamente al margen de la sociedad conoce a L., Willem Dafoe, que le conducirá a la joven P., Mia Goth, espléndida en el papel, con la que cerrará el círculo que abrió con su padre, Christian Slater, en el Volumen 1, buscando en sus paseos por el bosque, “las almas de los árboles”.
Pero aquí el rumbo de la película parece definitivamente perdido. Da la impresión de que el director busca un aterrizaje lo más suave posible, con los menores desperfectos posibles. Cumple al espectador determinar si lo consigue o no.
Nymphomaniac, Volumen 2, de Lars von Trier se estrenó en España el 24 de enero de 2014.