NOCTURNA 2015, día 1

NOCTURNA 2015, día 1

Cómo pasa el tiempo… Ya ha pasado un año desde mi primera vez en Nocturna, Madrid International Fantastic Film Festival, y aquí estamos de nuevo, volviendo a dejarnos seducir por la programación del certamen. Durante nuestra primera jornada en este tercer certamen hemos podido disfrutar de tres productos, pertenecientes cada uno a una sección.

A eso de las 16:30 horas, nos plantamos ante la entrada de los Palafox, donde el ambiente festivalero ya se respira y palpa en el ambiente. Tras los primeros encuentros con viejos y nuevos amigos y compañeros, nos adentramos en la sala 1 para que dé el pistoletazo de salida oficial al inicio del festival la primera película de la semana: Indigenous (Alastair Orr, 2014), primera proyección de la Sección Oficial Fantástico. Un survival hecho para la generación Instagram, con personajes salidos de una campaña de Abercrombie, exaltación del uso (y vicio) de las redes sociales, una criatura legendaria (el Chupacabras) dispuesta a darse un festín de idiotas, y muy poca personalidad en cuanto al resultado final. Muchos son los intentos de acercamiento a la magistral The Descent (Neil Marshall, 2005): el diseño de la criatura, la secuencia dentro de la cueva y el plano fetiche que muestra la instantánea de las futuras víctimas como preludio a que algo malo va a suceder. Pocos son los momentos estimulantes. Los amantes de la serie B más tópica quizá encuentren en ella lo que un servidor no pudo verle. Los fanáticos de las monster movies, encontraran en Indigenous un producto de consumo tan rápido como olvidable. O puede que no.

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«Indigenous», de Alastair Orr.

Tras el bajón de la primera proyección, volvemos a entrar a la misma sala para disfrutar, esta vez sí, de una de las sorpresas de Nocturna 2015. The House on Pine Street (Aaron & Austin Keeling, 2015) se presenta dentro de la Sección Panorama, y nos pone en situación ante Jennifer (Emily Goss) y Luke (Taylor Bottles) una joven pareja recién mudada a una nueva casa. Ella, embarazada, deberá hacer frente a la soledad de un nuevo hogar. A los golpes, objetos que se mueven, sombras que deambulan y puertas que se abren y cierran, hay que añadir un trauma del pasado que aún no ha cicatrizado del todo, y que será el que haga que nos preguntemos cuánto hay de real y cuanto de imaginario en el poltergeist que se está viviendo en la casa de Pine Street. Más parecida a Babadook (Jennifer Kent, 2014) que a La semilla de Diablo (Roman Polanski, 1968), como muchos habían asegurado, tenemos ante nosotros una historia en la que los miedos y las emociones sirven para trasladar al espectador la angustia de la sufrida protagonista. El primer must see de esta edición.

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Emily Goss pasándolo mal en «The House on Pine Street», de Aaron & Austin Keeling

A las 21:30 tenía lugar el photocall, desfile de «celebrities» con el único fin de un reclamo que a un servidor no le hacía falta ver, y que servía como antesala a la gala de inauguración, que contaba con la presencia de Robert Englund aka Freddy Krueger y Alexandre Aja, quien recogería el Visionary Award, premio que nos hace dudar un poco, pues hablamos de un realizador en cuya carrera únicamente constan remakes y adaptaciones de novelas, y de quien aún no hemos visto nada original. Y lo sigo sin ánimo de menospreciar, pues todo y con eso considero al realizador galo como uno de los máximos exponentes del cine de terror actual ¿La película de inauguración? Horns, del propio Aja, y adaptación de la novela Cuernos de Joe Hill.

Sin embargo, en lugar de visionar Horns en pantalla grande, preferimos no darnos ningún descanso y entrar directamente a la sala 2 para disfrutar de la primera proyección de la Sección Madness: Lost after dark (Ian Kessner, 2014). Seguramente, uno de los homenajes al slasher hechos con más amor de los últimos años, cuyo psychokiller es un depravado caníbal que responde al nombre de Joad Jr., quien ejercerá el tradicional arte del bodycount sobre los jóvenes que se han escapado del baile de graduación y han acabado en su casa. Guiños absolutos a las máximas figuras del género, con unos personajes llamados Tobe, Wes, Heather, Adrienne, Jamie… Y con Robert Patrick como secundario de lujo. Risas aseguradas, la casquería justa, alguna que otra vuelta de tuerca a las reglas básicas del slasher y una soberana mala leche hacen de la primera película de Ian Kessner todo un ejercicio de nostalgia que los amantes del género sabrán apreciar como es debido.

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«Lost after dark», de Ian Kessner

Se acercaba la medianoche cuando salíamos de los Palafox, momento para hacer balance de una primera jornada que ha resultado gratificante. Toca descansar y dejar reposar la mente, pues el martes nos espera una jornada bastante movidita.

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