“Aunque nacido de peluche, soy hermano gemelo de un humano aunque ninguno de los dos ha tenido nunca claro donde acaba el Muppet y empieza el hombre… Me encanta el cine en 3D, las películas en las que las actrices enseñan las tetas sin motivo y los musicales de Broadway (especialmente Avenue Q) Odio el doblaje, los anuncios y la gente que consulta su teléfono mientras habla contigo. Tengo una novia muppet como yo pero con dos coletas. Y mi sueño es hacerme viral. ¿Me ayudas?”
No suele ser muy habitual, pero en este caso nuestro crítico de cine más carismático ha quedado fascinado con una película. La afortunada ha sido la ganadora este año del Oscar al mejor documental: Searching for Sugar Man. Todo un hito que Tarántula celebra y que demuestra que, cuando el producto es bueno, hasta los más exigentes corazones de peluche terminan ablandándose.
Searching for Sugar Man (2012) está escrita y dirigida por Malik Bendjelloul y nos transporta a los años 60, década en la que un joven músico conocido como Rodríguez es descubierto en un bar de Detroit por dos productores que buscan hacer de él una estrella de su generación. Sin embargo el éxito no parece llegar y el artista termina desapareciendo entre rumores sobre un posible suicidio. Un tiempo más tarde, una grabación pirata de Rodríguez es encontrada en la Sudáfrica del Apartheid, algo que le convertirá en todo un fenómeno en el país africano.