Macarena Gómez encarna a Montse, una mujer encerrada en su propia casa familiar y trastornada psiquícamente, en Musarañas.
Los directores Juanfer Andrés y Esteban Roel, responsables del corto 036, ofrecen en Musarañas, su ópera prima en el largometraje, un interesante melodrama con elementos terroríficos que no quiere ocultar sus evidentes referentes.
Montse, la solterona que sufre agorafobia y se refugia en la religión como consuelo a sus particulares fantásmas personales, se parece en más de un aspecto a la intolerante Bernarda Alba que Federico García Lorca creara para su más célebre obra de teatro. Por otro lado, el tono casi histriónico que Macarena Gómez elige para dar vida a esta mujer triste recuerda en más de un aspecto a la Bette Davis de ¿Qué fue de Baby Jane?, el clásico de Robert Aldrich.
Dentro del particular cóctel de influencias del filme hay que destacar también la elección de un piso como escenario de atmósfera cargada e irrespirable, elemento que parece tomado de la filmografía de Roman Polanski, especialmente de obras alejadas de la película de Andrés y Roel como Repulsión y La semilla del diablo. Por otra parte, la irrupción de un elemento masculino (el vecino herido al que da vida Hugo Silva) en un contexto eminentemente femenino como el de esa pareja de hermanas que forman los roles de Gómez y Nadia de Santiago recuerda irremediablemente a El seductor, de Don Siegel. De la misma manera, la idea de mantener a un hombre en contra de su voluntad en una cama y sometiéndole a continuos sufrimientos parece prestada de Misery, la adaptación de la novela homónima de Stephen King. A ello hay que añadir el enrarecido clima moral que retrata el filme, que se asemeja en algún aspecto al de El extraño viaje, una de las obras maestras de Fernando Fernán Gómez como realizador, o al mostrado por Carmen Martín Gaite en uno de sus mejores libros, Entre visillos.
No obstante, a pesar de su apariencia de pastiche, Juanfer Andrés y Esteban Roel saben aunar influencias para lograr un interesante y entretenido cuento macabro ambientado en la terrible posguerra española. Los realizadores reflejan a la perfección el clima de represión sexual y el miedo constante al pecado que reinaba en la época y se centran especialmente en la dirección de actores. Macarena Gómez logra con su interpretación adecuadamente histriónica reflejar el carácter de una persona con problemas mentales y afectada por la culpa. Como contrapunto, Nadia de Santiago inyecta candidez a esa mujer que despierta a la vida a pesar de las restricciones que le impone su hermana, mientras que Luis Tosar aporta su inquietante presencia al fantasma del padre que atormenta a su hija mayor. Quizá la peor parte dentro del trabajo interpretativo se la lleve Hugo Silva, que poco puede hacer con el algo desdibujado papel del vecino herido secuestrado por la hermana mayor.
Sin ser una obra importante ni especialmente original, Musarañas funciona como un curioso entretenimiento de cuidada atmósfera y ritmo sostenido al que cabe reprocharle un desenlace excesivamente sangriento.