Por NACHO CABANA
El éxito llama al éxito. O al menos facilita acceder a él. Cuando el hijo de un actor o cantante se queja de lo que pesa su apellido dan ganas de decirle que sin él, probablemente, jamás tendría acceso a los foros y cobertura mediática de que dispone por ser descendiente de determinado linaje.
Algo parecido ocurre cuando un actor decide probar suerte en el mundo de la música. De su talento dependerá, sin duda, su permanencia en éste y la sucesiva publicación de discos. Pero que tiene un buen lanzamiento asegurado es indudable por la única razón de que sus fans del mundo del cine o la tele irán a verle sobre un escenario haga lo que haga.
En España hay casos donde la carrera musical ha eclipsado la cinematográfica (Marlango y Leonor Watling) mientras que en USA ha habido tantos batacazos históricos (Don Johnson o Keanu Reeves) como interesantes aportaciones de tipos como Seth MacFarlane (el creador de Family guy y el mejor presentador en años de la gala de los óscares tiene dos nominaciones a los Grammy por sendos discos) o Jared Leto vocalista en sus ratos libres del grupo 30 seconds to mars.
El próximo día 14 sobre el escenario del Barts barcelonés y al día siguiente en el Joy Eslava madrileño tendremos nada menos que a David Duchovny, la estrella de Expediente X y de Californication presentando su primer disco Hell or highwater un año después de su publicación. Un trabajo con reminiscencias de Wilco o R.E.M en el que Hank Moody hace gala de una voz tan hosca como introvertida y oscura a lo largo de doce cortes que no esconden tampoco su deuda con el folk y el rock de raíces estadounidenses.
En palabras del actor devenido en músico: “grabar este disco ha sido un sueño hecho realidad, aunque nunca tuve la necesidad de hacerlo antes. Grabar estas canciones ha sido la expresión más verdadera que he sido capaz de conseguir y estoy emocionado por compartirlas con todos”.
El disco se abre con una guitarra acústica y la voz desnuda de Duchovny contando en Let it Rain la historia oculta tras una ruptura amorosa para luego dar paso, en 3000, a una oda pacifista. Rebuscando en el territorio de Johny Cash pero cruzando el camino de Eddie Vedder y Ryan Adams está Another Year mientras que When the Time Comes es donde Duchovny se expone completamente, mostrando la textura aterciopelada de su garganta.
Habrá que ir a escucharle aunque mucha gente a lo que vaya será a verle (e intentar hacerse una foto con él, pero me temo que eso estará reservado para los que compren la entrada VIP). Y de paso ver si a la salida le esperan Karen o Scully.
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